Grandes y pequeñas superficies, hipermercados, tiendas de ropa y calzado, negocios de todo tipo y condición se preguntarán por las tendencias que marcarán el comportamiento de los consumidores en este año recién iniciado.
Más allá de los ciclos económicos, el comportamiento de los consumidores siempre depende de múltiples factores, entre los que destacan su tipo de personalidad, su mayor o menor grado de susceptibilidad frente a las informaciones catastrofistas y su situación personal y emocional.
Pero es cierto que, como consecuencia de la concatenación de las crisis sufridas en los últimos años, las decisiones de compra cada vez son más racionales y reflexivas. Sobre todo hoy en día, con un horizonte plagado de dudas y tras haber sufrido un incremento de los precios que ha disparado la tasa de inflación hasta cotas no vistas desde hace casi 40 años.
Según Mónica Mendoza, conferenciante y experta en temas de estrategia comercial, inteligencia emocional y ventas, el consumidor actual es adaptable, resiliente y acepta el cambio con más facilidad que antes de la pandemia.
Preferencia por productos y servicios de empresas sostenibles
Eso sí, Mendoza asegura que “está aumentando la consciencia en el consumo”, ya que cada vez hay más usuarios que prefieren comprar productos y servicios de empresas sostenibles y socialmente responsables.
Los consumidores actuales están más sensibilizados hacia la economía colaborativa, no tienen tanto sentimiento de pertenencia al producto como generaciones anteriores y buscan una relación más profunda con sus marcas favoritas mediante experiencias.
Asimismo, tienen muy en cuenta las reseñas y comentarios que han realizado otras personas previamente.
¿Qué tendencias marcarán el comportamiento del consumidor en 2023?
Tal y como remarca Mendoza en este artículo de prensa, las principales tendencias de consumo serán:
1. Polarización de la población
La polarización no solo se refleja en el ámbito político, sino que también define las decisiones de compra, puesto que las diferencias económicas y sociales se han acentuado de manera alarmante en los últimos años. Así, en España, la desigualdad entre ricos y pobres aumentó en 2021 más que en los trece años anteriores.
Esta brecha impacta de lleno en las ventas, pues cada vez se venden productos más baratos y más caros, respectivamente, siendo el segmento medio el más afectado.
Para prueba, los datos. Y es que mientras el consumo de marcas blancas se incrementó siete puntos desde 2019 hasta 2021 -llegando su cuota de mercado al 46,2%-, las ventas de los productos más caros y selectos no dejan de batir récords, sorteando las distintas crisis que hemos atravesado.
2. Respeto al medio ambiente
La transición ecológica es uno de los ejes más importantes en torno a los que gira el Plan de Recuperación. España debe alcanzar cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050. Y el objetivo no solo depende de renovar el parque automovilístico o de acometer obras de rehabilitación energética para reducir el consumo de nuestras viviendas, sino de una masiva concienciación de los ciudadanos que también influirá en sus decisiones de compra.
De hecho, los expertos consideran que los consumidores se decantarán claramente por productos y servicios de compañías cuya misión y visión tengan en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y el cumplimiento de los ODS dos pilares fundamentales para su negocio.
3. Salud mental y financiera
Los trabajadores y los consumidores cada vez valoran más el bienestar psicológico y emocional, la salud mental y la estabilidad.
Ya en 2021, unos 50 millones de trabajadores en Estados Unidos abandonaron sus empleos durante un fenómeno conocido como la Gran Renuncia.
Según los expertos, podría tratarse de algo más que una situación coyuntural fruto de la pandemia. Incluso muchos se preguntarán: ¿estamos ante un nuevo enfoque del concepto de trabajo?
Casi en paralelo al salario, las personas priorizan intangibles como las posibilidades de conciliar y compaginar vida personal y profesional, la flexibilidad horaria, la posibilidad de teletrabajar… Y todo ello también tiene su reflejo en el comportamiento del consumidor.
4. El metaverso
El metaverso exige un cambio de rumbo en la estrategia empresarial y obligará a las compañías a rediseñar productos y servicios. Según algunos estudios, acogerá a 7 de cada 10 grandes compañías en los próximos cinco años.
Las principales marcas de ropa ya han comenzado a vender sus catálogos en este otro mundo, donde se organizan conciertos, se puede hacer turismo o realizar casi cualquier tipo de actividad.
Las empresas deberán sincronizarse con el metaverso para hacer frente a las expectativas, cada vez más exigentes, de los consumidores.
Mirada incierta al futuro
¿Cómo será el comportamiento en el futuro? Pese a la dificultad de realizar previsiones, “a medida que en los países del primer mundo se van cubriendo las necesidades básicas, se irá invirtiendo cada vez más en experiencias de orden superior, formación, productos de cuidado y salud, productos antiedad, etc», manifiesta Mendoza.
En un plano más social, el miedo de los más jóvenes al compromiso, el consumo omnicanal, la eliminación de barreras entre el mundo físico y online o la búsqueda constante de experiencias seguramente influyan de manera directa en el comportamiento de los consumidores. ¿Serán cada día menos fieles a las marcas y más exigentes ante sus pretensiones de compra? El tiempo lo dirá.
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