Las excepcionales circunstancias que vivimos con la crisis del coronavirus pueden afectar de forma especialmente dañina a pequeñas y medianas empresas y autónomos, que atraviesan una situación de gran incertidumbre en lo que a su futuro se refiere.
Los responsables al frente de los pequeños negocios deben tratar de tener la mente fría y evitar la parálisis por análisis que los lleve, ante la sucesión de noticias negativas, a quedarse bloqueados en el estudio de la situación, sin realizar acciones concretas.
Aunque no es fácil, es momento de tomar decisiones que sean lo menos traumáticas posibles, pero que traten de garantizar la viabilidad de la mayor parte de las compañías.
Evidentemente las grandes empresas también van a sufrir la situación negativa, pero gracias a su mayor dimensión lo normal es que la afronten de una forma distinta.
Pymes más afectadas que otras por el coronavirus
Incluso dentro de las pymes y dependiendo de los sectores y negocios en los que estas compitan, la situación afectará en diferente grado.
Lo explico con un par de ejemplos:
En mi caso, que entre las actividades profesionales que realizo se encuentra la formación, parte de mis cursos los puedo seguir impartiendo de forma online, mientras que otros ya los he tenido que cancelar. No obstante, tengo la esperanza de poder programarlos más adelante.
Sin embargo, un hotel o un restaurante no pueden recuperar el día que el cliente no se hospeda o come en sus instalaciones. El lucro cesante, es decir, la pérdida de beneficios como consecuencia del dichoso coronavirus, es mucho más evidente en estos casos.
Consejos desde el ámbito financiero
Pensando precisamente en las empresas que pueden verse más afectadas por esta crisis, se me ocurren una serie de consejos que se pueden tener en cuenta desde la órbita financiera, que lógicamente deben contemplar las medidas que se emprendan desde el resto de áreas de la empresa, como por ejemplo, las de regulaciones temporales de empleo.
En el escenario actual, si la situación de inactividad se prolonga en el tiempo, el flujo de caja (cobros menos pagos) de muchos negocios puede verse comprometido y llegar a ser negativo con facilidad, lo que en el peor de los casos puede desembocar en el cierre de las empresas.
Se pueden ejecutar las siguientes acciones:
1. Reducir gastos (y pagos aparejados) innecesarios
Dependerá de cada empresa, pero estoy pensando en gastos de limpieza, de publicidad, etcétera. Esta medida puede llevar a tener que cancelar contratos con suministradores que en el nuevo escenario no se consideren imprescindibles.
2. Renegociar con los proveedores
Esta renegociación, que incluya un aplazamiento en los plazos de pago, se podrá hacer especialmente con los de mayor confianza. Hay que intentar que nuestros proveedores entiendan que vamos a seguir atendiendo sus facturas, aunque sea un poco más tarde.
3. Gestionar con cuidado el riesgo de crédito comercial
Es decir, analizar mejor que nunca a quién se vende y las posibilidades reales de cobrar las facturas.
4. Ampliar pólizas de crédito y financiación a corto plazo
Esto se hará con las entidades financieras con las que ya trabajemos. Al enfrentarnos a una situación que puede conllevar tensiones de liquidez de carácter temporal, se puede tratar de negociar una especie de créditos de campaña, como los que se dirigen a financiar los desfases en actividades que poseen gran estacionalidad, como es el caso de las agrícolas.
Habrá que ver la voluntad de las entidades de crédito para esta propuesta, en un momento especialmente complicado para todos. En cualquier caso, se deben intentar renegociar los tipos de descubierto y las comisiones en cuentas corrientes y de crédito, por si llegada la situación hay que entrar en números rojos de forma puntual.
5. Solicitar aplazamientos de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social
Esta acción se realizará en función de las medidas que vaya implantando el Gobierno, especialmente cuando no conlleven el abono de intereses de demora.
6. Estar muy atentos a las ayudas financieras
Informarse sobre ayudas directas a pymes y autónomos que se habiliten desde los poderes públicos, para apoyar su liquidez (líneas ICO, etcétera). En este sentido, pueden abrirse programas limitados en cuantía o en el tiempo, en los que hay que intentar ser de los primeros solicitantes para no quedarse fuera.
7. Dar una importancia fundamental al presupuesto de tesorería
El presupuesto de tesorería debe estar permanentemente actualizado. Se trata de intentar ir por delante de los problemas de liquidez, para tratar de atajarlos. Si en tu empresa no llevas un presupuesto detallado de este tipo, es el momento de hacerlo.
Asimismo, es muy útil leer el artículo de David Ballester con TODAS las medidas aprobadas por el Gobierno, que son aplicables al ámbito fiscal, laboral, financiero, mercantil, y general y de consumo.
Fuerza y solidaridad con las pequeñas y medianas empresas de este país, nos va a hacer mucha falta…