El trabajo es un espacio en el que las personas invierten gran parte de su vida, por lo que supone un desafío encontrar modos para mejorar el bienestar y la satisfacción de los empleados en este ambiente. Para las empresas, cuidar a sus trabajadores es un factor clave.
Mejorar elementos como la motivación de la plantilla depende en gran medida del vínculo que la empresa establece con cada persona, y en última instancia de la percepción que cada individuo tiene respecto de la compañía para la cual trabaja. Esto no solo se basa en los salarios, sino en puntos esenciales como que sea un lugar innovador donde puedan desarrollarse y se sientan valorados y cuidados. Teniendo estos parámetros presentes, ¿cómo podemos desarrollar iniciativas de bienestar en el trabajo que nos empoderen a todos?
¿Cómo la pandemia ha influido en la salud mental?
Aunque la mayoría de personas han iniciado con muchas ganas el nuevo año para dejar bien atrás el 2020, todavía estamos inmersos en las consecuencias devastadoras de la crisis mundial provocada por el COVID-19. Últimamente se escucha con fuerza que la cuarta ola de esta pandemia va a ser la salud mental y, precisamente, las personas que trabajan en este sector, son conocedoras de las consecuencias que está dejando el coronavirus en nuestras vidas y la salud mental se está viendo seriamente afectada.
‘The Lancet Commission on global mental health and sustainable development’ advierte que los problemas mentales se dan en un continuo que abarca desde una angustia moderada y limitada en el tiempo, hasta trastornos mentales graves. La COVID-19 afecta directamente sobre la situación de las personas dentro de ese continuo, ya que debido a los múltiples factores estresantes vinculados a la pandemia muchas personas se ven desbordadas y con carencia de recursos de afrontamiento, de tipo económico, emocional y/o psicológico que les permitan afrontar esta situación.
Si una proporción importante de la población activa mundial se está viendo afectada mentalmente por la pandemia, es esencial que los líderes empresariales revisen sus planes corporativos de bienestar en el trabajo e incluyan medidas en este sentido.
La importancia de invertir en salud mental en el trabajo
Invertir en salud mental en el trabajo es apostar por un valor seguro, puesto que las personas que están menos estresadas son más productivas y menos propensas a cursar baja laboral por enfermedad. Así lo refrendan diferentes estudios, entre ellos el de Deloitte, llegando a concluir que la inversión que se realiza en el ámbito de la salud mental dentro de la empresa tiene un retorno de esta a los 3 años, e incluso se duplica si estos programas se mantenían en vigor pasado este tiempo.
Estos datos, son precursores esenciales en la toma de decisiones de aquellas empresas que quieren asumir un papel más activo orientado a contribuir en una buena salud mental de sus trabajadores, pero aún no han dado el paso definitivo. Pero ¿las iniciativas convencionales funcionan para todos?
Muchos aspectos comunes nos unen a los seres humanos. El psicólogo Abraham Maslow fue el primero en señalar en su artículo titulado ‘La teoría de la motivación humana’ que nuestra especie comparte un conjunto de necesidades básicas que dictan su comportamiento. A su vez, compartimos muchas costumbres y tradiciones, dependiendo del entorno cultural en el que vivamos.
Pese a estos factores vinculantes, nuestras percepciones y sentimientos derivados de nuestras experiencias vitales particulares hacen que cada individuo sea único. Esta es la razón principal por la cual los programas estandarizados de salud y bienestar en el trabajo a menudo no logran alcanzar las necesidades particulares de cada miembro de la empresa. Todas las personas reciben la misma información y estrategias con la esperanza de que esta iniciativa produzca cambios en el sentido deseado.
Construyendo iniciativas personalizadas para el bienestar de los empleados
Ya lo decía Heráclito conocido como ‘El enigmático’: todo está en continuo cambio y movimiento. Él sostenía que el cambio no es un problema, al menos mientras aceptemos que la realidad es contradictoria, variable y cambiante. Esa es la realidad de las empresas, porque en definitiva es la realidad del ser humano.
Este simple razonamiento está en la base de la gestión organizacional. Es imprescindible la adaptación a las necesidades que van apareciendo para prevenir y/o solventar las posibles consecuencias de elementos que están presentes y que pueden afectar a la salud mental de los trabajadores, como la sobrecarga de trabajo, la duración de la jornada, la repetitividad o un ritmo excesivo de trabajo, sumado a las problemáticas externas al espacio laboral.
Los servicios o programas de salud mental de las compañías han de estar centrados en las “necesidades específicas” y llevando a cabo una continua evaluación. La recopilación de datos cualitativos y cuantitativos permite ese ajuste de atención personalizada y los resultados son mucho más satisfactorios. Esta es la perspectiva de Wemby, startup acelerada por Madrid Open Future.
La experiencia de Wemby
Teresa Salgado, una de las psicólogas clínicas internas de Wemby, cree que estos programas estandarizados no cumplen con las expectativas porque no consideran que “cada persona es única y especial, con una genética diferente, un proceso de aprendizaje vital, y tipos de personalidad «. Además, “pensar que el mismo libro, técnica o manual es válido para todos, es similar a producir un zapato que es de una sola talla y esperar que se ajuste a todos. Algunas personas encajarán en esos zapatos, otras intentarán hacer que les encaje y puede ser que se lastimen, y para algunas, serán tan grandes que se perderán en el proceso «.
Al arrojar luz sobre estas tendencias recientes en la intervención de salud mental, Teresa Salgado nos recuerda que el aspecto más importante del tratamiento es el individuo. Este es el pilar principal de Wemby ya que desarrollamos herramientas para mejorar bienestar emocional de los empleados de las empresas. Nos centrarnos en la persona, no en un número.
Los profesionales de la salud mental deben estar ampliamente capacitados para comprender la base común de muchos tipos diferentes de desencadenantes, factores estresantes y preocupaciones que las personas encuentran en su vida diaria.
Por Wemby.