Un mundo de personas especiales

Un mundo de personas especiales

Hay un denominador común en los últimos tres posts que he publicado en este blog: las personas. Cada día que pasa veo más clara la importancia de potenciar el talento de cada uno de nosotros, para conseguir esos momentos que nos producen felicidad individual, porque seguramente -y estaremos casi todos de acuerdo en esto- el mundo necesita personas especiales como tú.

Pero tengo la sensación de que las palabras escritas, aunque estén bien estructuradas, no provocan el cambio ni producen reacción, y solo evocan pensamientos y visiones para el futuro. Seguramente, hace falta algún ingrediente más para dar el primer paso hacia la mejora personal y profesional.

Cuando en algunas de mis conferencias pregunto a los espectadores por qué están allí, la mayoría de las respuestas son por conseguir más ventas, más dinero o por crecer profesionalmente y tener éxito. Es decir, todos quieren lograr resultados. Porque somos todos conscientes de que no nos pagan por trabajar, sino por el resultado de nuestro trabajo.

Mi respuesta a la pregunta sería: «Para conseguir más calidad de vida». Todos queremos más ventas, más dinero o éxito profesional, pero siempre con el objetivo de tener una mayor calidad de vida.

La siguiente pregunta que suelo formular es si somos conscientes de cuál es el origen de los resultados que obtenemos, ya sea en nuestra vida personal o profesional. Y la respuesta es esta: El responsable de cualquier resultado que hayamos conseguido en nuestra trayectoria es nuestro comportamiento, que viene derivado de nuestra forma de pensar, nuestra forma de ser y nuestras creencias. Todas ellas son las responsables de que reaccionemos de una forma u otra para tomar una decisión y, como consecuencia, realicemos una acción para conseguir ese resultado final.

A mi modo de ver y llegados a este punto, la clave vuelve a estar enfocada en las personas y sus comportamientos. Si somos capaces de variar nuestra forma de pensar, cambiará nuestra forma de ser y seremos capaces de modificar el resultado. Pero la realidad es que muy a menudo no cambiamos por diferentes motivos.

Cada uno de nosotros como personas somos responsables de conseguir lo que queramos como profesionales. Solo nuestras decisiones, nuestras acciones y nuestra interacción con los demás nos llevarán a cambiar.

Personas: seis puntos de mejora

Hay seis puntos que a veces olvidamos y que son necesarios para mejorar.

Estar para lo bueno y para lo malo

Tenemos que estar para lo bueno y para lo malo. Me explico. Los que tenemos hijos nos encontramos a menudo con este ejemplo. Si aprueban un examen con buena nota, nos dicen: «Papá, he aprobado». Si no lo han superado, comentan: «Me han suspendido».

Otro buen ejemplo es el deporte y, más concretamente, el fútbol. Si gana tu equipo preferido, dices: «Hemos ganado, qué gran partido hemos hecho, hemos jugado de forma impecable», etc. Si pierde, el comentario es: «Han perdido» y argumentas el porqué desde tu punto de vista.

Aprender a escuchar y hablar

El segundo punto, igualmente importante, es que debemos aprender a escuchar y hablar. Hace años en las escuelas nos enseñaban a escribir y a leer, pero nunca nos enseñaron a escuchar y a hablar.

Las personas que no saben escuchar normalmente no dejan hablar, y los que saben hablar habitualmente dejan de escuchar. Tenemos que trabajar el saber escuchar siempre y hablar solo cuando es necesario. Hay muchas personas que oyen lo que dices, pero no escuchan.

Cuidar el «compartimento» personal

En la vida hay tres «compartimentos», el personal, el familiar y el profesional. Es muy necesario trabajar el compartimento personal, porque si lo cuidamos, los otros dos ámbitos irán a buen ritmo. Pero si, por ejemplo, nos focalizamos solo en el trabajo, descuidaremos los otros dos.

Rodearse de buenas personas

El cuarto punto es indispensable y, a la vez, delicado. Es difícil definir el significado de buena persona o mala, pero es indispensable hacerlo para poder avanzar hacia las metas marcadas. Cuando era pequeño, mi madre me repetía: «Lluís, es dando que se recibe, y es un buen indicador para saber si las personas que te rodean son buenas contigo. Si das y no recibes, piénsalo».

Conocer tu propuesta de valor diferencial

Es preciso conocer tu propuesta de valor diferencial respecto al resto de personas que te rodean. Tu valor personal es lo que te hace único, diferente y especial, y en esta cuarta revolución industrial se precisan personas disruptivas e innovadoras.

Podrán copiar tu forma de vestir, tu forma de trabajar y muchas cosas más, pero nunca podrán copiar tu forma de ser y tu valor diferencial como persona.

Descubrir nuestro talento

Debemos descubrir nuestro talento como personas. Eso será lo que nos lleve a un equilibrio personal y profesional que nos ayudará a relacionarnos con otras personas de nuestro ámbito y poder seguir avanzando.  

Siempre he pensado que el mundo está dividido en dos tipos de personas, las «normales» y las especiales. Habitualmente, cuando le cuentas algo a una persona «normal», ve y entiende ese algo, a diferencia de las personas especiales, que ven las consecuencias de aplicar ese algo. Permitidme pediros que seáis especiales.

En conclusión, debemos trabajar estos seis puntos cada uno a nuestra manera, que no es más que otra forma de vivir. Tomemos todos juntos decisiones que ayuden a crear un mundo mejor, con una base sólida para lograr esos resultados deseados y que nos permitan tener mejor calidad de vida o encontrar la felicidad. 

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