Con la presión, cada vez mayor, de las energías renovables, la industria de Oil & Gas demanda soluciones tecnológicas que le ayuden a permanecer competitiva en mercados inestables.
En medio de la pandemia, el precio del barril de petróleo descendió a los 20 dólares y, dos años después, gracias al conflicto con Ucrania se situó en los 100. Estas cifras, más allá de la volatilidad de los precios, demuestran los drásticos cambios a los que es sometida la industria de Oil & Gas.
Una situación que ha llevado a sus líderes a ver la tecnología como una herramienta para aumentar la rentabilidad y anticiparse a los posibles problemas. Sin embargo, no a todas las empresas del sector les ha ido tan bien en esa transformación digital.
Como ejemplo, McKinsey nos recuerda que, aunque la inmensa mayoría de empresas de Oil & Gas han emprendido proyectos de digitalización, 70% de ellas no los han desarrollado más allá de la fase piloto. Y el problema ni siquiera es la tecnología, ha sido su adopción.
Es decir, en muchos casos, los desarrollos han sido tomados como elementos aislados de la estrategia de la empresa y no han logrado generar un valor suficiente para molestarse en adoptar nuevo personal, prácticas y procesos.
Las nuevas tecnologías
Por fortuna, algunas nuevas iniciativas tecnológicas se están abriendo paso en esta industria, por sus ventajas y por la inercia que traen desde otras verticales de mercado. Un ejemplo claro es el Blockchain.
Usado por firmas como Chevron y Exxon, entre otras, el Blockchain aumenta la seguridad, eficacia y transparencia de las operaciones. Uno de sus primeros antecedentes viene desde 2017 con la adopción de contratos inteligentes para los contratos de crudo.
Otra tecnología, importada de una industria distinta a la de sus orígenes, es la de los drones. Un mercado que para 2020 ya superaba los 15.200 millones de dólares gracias a sus beneficios, que permiten detectar vertidos, rastrear emisiones de gases y vigilar los campamentos, entre muchos otros usos.
El IoT Industrial también se hace presente en esta industria y es un elemento fundamental para supervisar tuberías, bombas y filtros del sistema con datos transmitidos en tiempo real, y sin necesidad de gastar, ni arriesgar, recursos humanos. Son más precisos, además.
Inteligencia Artificial en la industria
La firma analista Ernst & Young revela que 92% de las empresas del sector Oil & Gas está invirtiendo o va a invertir en Inteligencia Artificial en los próximos dos años, porque mejora procesos a lo largo de todo el ciclo de vida de esta industria.
Un ejemplo claro se presenta en la fase de exploración, una actividad costosa y susceptible a errores humanos, donde cada exploración sin buenos resultados puede generar costos que varían entre los 5 y los 20 millones de dólares.
Ahora, con la IA, es posible reducir este riesgo, como lo hace ExxonMobil con su flota de robots potenciados por IA que realizan exploraciones a profundidades de hasta 6.000 metros.
Otro ejemplo de uso se da en otras fases como el transporte, refinería, analítica para realizar mantenimientos preventivos, entre otros. Después de todo, las inversiones en IA del Oil & Gas son gigantescas y se espera que lleguen a los 18.940 millones de dólares para 2032.
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Foto de jcomp