Por qué este año tampoco vas a reinventarte

¿Cómo y por qué reinvertarse?

Un día en la escuela, el profesor dio esta instrucción a uno de sus alumnos, Gregorio Esteban Sánchez: 

—Niño, llévame esta hogaza de pan a mi casa.

Pero se la comió por el camino y entonces decidió no volver al colegio. Desde ese momento no paró de trabajar. 

Gregorio fue más conocido, mucho tiempo después, como Chiquito de la Calzada.

La moraleja aparente de esta historia es que cualquier decisión podría ser buena. Y que cualquier decisión podría ser mala. Al menos vista con la perspectiva que da el tiempo.

Otra enseñanzas que podríamos obtener es que no elegimos nuestra vida, sino que se marca en momentos que no se eligen, simplemente ocurren. 

Si hiciéramos un sencillo estudio basado en entrevistas, comprobaríamos que la mayoría de los profesionales no decidieron sus vidas, sino que sus vidas «les pasaron». Para bien y para mal. 

En este este estado de cosas, lo importante no es tanto lo que te pase, que en gran parte no depende de ti, sino lo que vas a hacer y decidir cuando te pase.

Una última y extravagante interpretación de la anécdota sobre Chiquito podría llevar a decir que el artista “reinventó” su vida en el momento en que decidió abandonar la escolarización.

¿Se nos ha ido de las manos el uso de la palabra “reinvención”?

En todo caso, sea lo que signifique eso de reinventarse, implica tanta planificación, esfuerzo y dedicación que es probable que este año tampoco te reinventes. A menos que mi pesimista predicción te toque tanto el amor propio que te propongas conseguir reinventarte solo para llevarme la contraria. 

1. Si no has conseguido ingresos (suficientes), no te has reinventado

Reinventarse no es solo «hacer cursos», es elegir un nuevo camino de especialización o una nueva forma de afrontar tu desarrollo profesional, incluso en la empresa actual, para obtener los ingresos que quieres y el estilo de vida ajustado a tus valores.

Reinventarse también es conseguir volver al juego o encontrar oportunidades.

Asimismo, reinventarse puede ser encontrar nuevas o mejores formas de sobrevivir y de seguir adelante en condiciones personales o profesionales difíciles.

Algunos finales son felices, pero la mayoría simplemente son necesarios e incluso convenientes. 

La forma de iniciar el cambio es dejar de avanzar por una vía muerta y, a veces, la única forma de terminar una guerra es perderla.

Si estás pensando en reinventarte como profesional digital, recuerda que vender servicios en Internet es fácil, lo difícil es vender los suficientes.

2. ¿Qué te hace cambiar? Los tres tipos de reinvención

Suelo afirmar que las personas (y los profesionales) solo cambiamos cuando sufrimos lo suficiente, cuando aprendemos lo necesario o cuando encontramos algo mejor.

Y esos tres tipos de motivaciones para el cambio darían lugar a otros tantos tipos de reinvención profesional: 

  1. Una reinvención por necesidad u obligación, por ejemplo, cuando se sufre un despido.
  2. Una reinvención para el crecimiento o el desarrollo, por ejemplo, tras un programa de formación o entrenamiento especializado, que nos abre nuevas y mejores puertas profesionales.
  3. Una reinvención sobrevenida o inesperada, por ejemplo, cuando un contacto nos da acceso a una oportunidad que mejora nuestra situación profesional, sea o no con merecimiento.

¿Qué reinvención dirías que es la más frecuente? Sí, efectivamente, la mayoría de las personas cambian su vida de forma drástica o significativa sobre todo y solo cuando no tienen más remedio. 

Y añadiría que la mayoría de las personas no se reinventan porque elijan salir de su “zona de confort”, sino porque necesitan encontrar otra.

3. Tener que reinventarse no es nada confortable 

Cuando hablé de supermotivación, afirmé que el objetivo de cualquier profesional no es salir de la zona de confort, sino hacerla más grande.

No dejamos nuestros «maravillosos trabajos» ni salimos de nuestras «zonas de confort» porque sí, sino porque esos trabajos no eran tan buenos ni esas zonas de confort tan confortables. Pero tendemos a contar y a contarnos la historia como mejor nos suena o como más vende.

«¿Por qué decidí salir de mi zona de confort y dejar un trabajo seguro y bien pagado?»

Cuando alguien da este título a una conferencia o a un artículo, me dan ganas de despejarle sus dudas gratis con estas posibles respuestas:

Dicho de otra forma: si saliste de tu supuesta zona de confort, seguramente no era tan confortable como quieres creer o hacernos creer. O simplemente encontraste otra mucho más cómoda. 

En fin, que muchas historias de «reinventados» son solo folletos de venta.

Qué cansino y sospechoso es el cliché de la persona que sufrió un drama, una enfermedad, un despido o una crisis existencial, pero que logró «reinventarse» con mucho éxito y ahora quiere contarte todos sus secretos en un curso win-win, para que tú también triunfes.

Eso sí, en esos cursos win-win lo que siempre está asegurado es el primer win, el del que lo vende. 

No critico que cada uno intente reinventarse como quiera o como pueda. ¿Quién podría criticar eso? Cada persona siempre tiene sus motivos para intentar cambiar, bien sea para estar mejor o bien para estar menos mal.  

Reinventarse es un proceso que puede ser una decisión interesante y que en otras muchas circunstancias es sencillamente inevitable, casi una obligación. 

Pero sí cuestiono a aquellos que se vanaglorian de una supuesta reinvención exitosa como milonga para «vender reinvenciones» a la gente de forma piramidal. 

No dejamos nuestros «trabajos maravillosos» ni abandonamos nuestras «zonas de confort» porque sí, sino porque esos trabajos no eran tan buenos ni esas zonas de confort tan confortables.

Pero ya seamos vendedores de historias o simples profesionales, casi todos tendemos a ver y a hacer nuestras trayectorias como “viajes del héroe”, que alcanzan la gloria tras difíciles decisiones y obstáculos, en lugar de como personas que simplemente intentan sobrevivir buscando mejores oportunidades.

4. La reinvención proactiva: de administrativo a fontanero

Hace muchos años asesoré a un profesional de unos treinta años que tenía mucha experiencia como administrativo comercial: 

—Quiero hacer algo radicalmente distinto que no tenga que ver con la venta o la atención al cliente. ¿Puedes ayudarme?

Tras una serie de acciones de «generación de alternativas», el exadministrativo decidió realizar un curso gratuito de fontanería de unos cinco meses de duración, adscrito al programa público de Formación Profesional para el Empleo.

Muchas personas tienden a realizar muchas y variopintas acciones de formación si no suponen gasto porque, en demasiadas ocasiones, mantenerse ocupado de forma continua haciendo cursos es, en parte, una forma de evitar tomar decisiones de especialización y de afrontar la búsqueda de empleo de forma activa, en lugar de esperar a que “te llamen” o de esperar a que “salga algo”.

Este «encadenamiento formativo» suele convertir el currículum en un rosario incoherente de experiencias difícil de explicar en una entrevista de selección.

Sin embargo, este caso iba a ser diferente. Tras finalizar el curso, el fontanero en ciernes volvió a solicitar una sesión para planificar la estrategia que le llevara a obtener un empleo.

Una de las medidas de búsqueda de oportunidades y de clientes fue ofrecer sus servicios a todos los familiares y contactos cercanos, con el gancho de una revisión gratuita de las instalaciones del hogar. ¡Y así lo hizo durante meses!

Esta táctica, por sí sola, generó clientes suficientes para ir creándose experiencia y reputación como fontanero y una red de contactos que le llevó a conseguir un empleo estable por cuenta ajena solo un año después de su «reinvención».

¿Por qué recuerdo y quiero resaltar este caso de reinvención profesional?

Es muy poco frecuente que una persona reinvente su carrera profesional de forma sistemática y proactiva en lugar de «esperar a ver qué pasa».

5. Las reinvenciones acomodadas 

Muchas personas que llevan años «reinventándose», pero sin ingresar, pueden permitirse ese “autoengaño” gracias al apoyo de sus parejas. 

No tiene nada de malo poder contar con el sostén económico de otras personas. Pero hay que diferenciar entre hobbies o meras actividades ocupacionales disfrazadas de proyectos de reinvención, y aquellos proyectos profesionales que implican riesgo financiero y exigen un alto grado de compromiso y dedicación a las personas que quieren reinventarse.

Muchas personas sin presión económica, gracias a sus parejas o familiares, emprenden «caminos de reinvención» caros y largos de dudosa eficacia profesional, que posiblemente no tomarían si tuvieran que afrontar los costes por sí solas. Si lo saben y así lo han decidido, perfecto, pero tal vez algunas no son conscientes de que se están engañando. 

Esta actitud además crea burbujas y expectativas profesionales que motivan que otras personas sigan opciones similares: si tanta gente está haciendo este curso o se está reinventando en esta profesión, es que debe tener «salidas».

No voy a poner ejemplos de «profesiones burbujeras», seguro que ya tienes en mente decenas de programas de posgrado y cursos online que ofrecen reinvenciones digitales a (no tan) módicos precios. 

Respecto a este tipo de reinvenciones acomodadas, una persona dejó este comentario en mi blog, Yoriento.com:

«Cuando eres madre soltera y vives sola, reinventarse es más una cuestión de dar pequeños pasos para intentar mejorar tu vida. Cuando hay mucho en juego, es más difícil tomar decisiones kamikazes, porque es muy fácil quemar gasolina que no es la tuya».

6. Reinventarse no es (solo) crear una marca personal

Algunos profesionales reinventados que no logran vender sus productos o servicios no tienen un problema de «marca» o de networking, simplemente es que lo que venden no tiene valor. 

De todas formas, en general casi todos tendemos a creer que ofrecemos más calidad y valor del que reconoce el mercado.

En un contexto profesional, el valor lo define el mercado, no el prestador del servicio. Todo lo demás, es opinión. 

El «valor» de un producto o servicio lo marca el cliente, no la calidad, el tiempo, el «cariño» ni la inversión hecha en su elaboración o puesta en venta.

El valor de un servicio siempre es relativo y depende de lo que el cliente está dispuesto a pagar. En todo caso, es un análisis caso a caso.

Conocer y ajustar el valor es complejo. Se sobrevalora la estrategia de comunicación, marca o networking para vender.

En política, la forma de comunicar y el mensaje forman parte del «producto», pero cuando el producto es muy malo, no hay mensaje que lo arregle.

Yo no digo que no se pueda vender humo, porque hay humo que tiene valor para la gente que compra expectativas. Es lo que hay.

Lo que digo es que si tu producto no se vende tal vez es porque no tiene valor, sea humo o no, no que tu marca o tu forma de vender sea mala.

Es verdad que también algunos profesionales siguen usando técnicas de comunicación, marketing y venta que no son funcionales, pero esos son menos visibles.

Me refiero más a profesionales o negocios que hacen grandes esfuerzos e inversiones en comunicación, SEO, email marketing, copywriting, blogs de relumbrón, etc., pero hay que sacar la lupa para encontrar el valor y que no venden a pesar de su extrema visibilidad.

7. Decálogo para una reinvención efectiva

7.1- Enfócate. Elige una meta y un camino 

Define objetivos para dirigirte, motivarte y comprobar tus avances.

Para conseguir lo que quieres, deja de hacer lo que no quieres. 

Infelicidad es no saber qué quieres, pero matarte para conseguirlo.

7.2- Planes. Planifica para poder elegir siempre entre dos o más opciones 

Los profesionales que tienen éxito no son los que tienen un buen plan, sino los que también tienen un buen plan B.

7.3- Sin coherencia no hay reinvención

Sé tú mismo, a menos que debas cambiar.

Dejar de ser uno mismo para mejorar no es convertirse en otra persona, sino en una mejor.

Quiérete tal como eres, pero también como lo que podrías llegar a ser.

7.4- Descubre, prueba, experimenta

Antes de elegir una meta y un camino, dedica tiempo y recursos suficientes a informarte sobre potenciales metas y motivaciones profesionales. Indaga suficientes alternativas y conoce tus intereses y competencias actuales y potenciales. 

Prueba para tomar decisiones. Antes de decidir iniciar e invertir en una trayectoria profesional, da pasos pequeños y prueba. 

Realiza actividades sencillas, baratas y rápidas para conocer ámbitos profesionales, ocupaciones y competencias.

7.5- «Haztitud». Actúa para avanzar, no esperes a que todo encaje para empezar

Cuando se hacen cosas, se aprenden cosas; cuando solo se espera a que pasen, pasan o no pasan, pero se aprende poco.

7.6- Especialización y dedicación

La vocación no se espera, se construye. Nos puede interesar casi todo si le damos oportunidad. Cuánto más sabemos de algo, más autoestima y reconocimiento obtenemos.

El camino a la satisfacción profesional es un camino a la maestría: cuanto más conoces sobre una materia, más motivado estarás sobre ella. 

Si quieres conseguir motivación profesional, no esperes que “salte una chispa”, piensa mejor en “llenar un embalse”.

“Obsesiónate con cosas, por raras que parezcan, y aprende todo sobre ellas. Una será tu especialización, pero todas te servirán para algo». @delia2d, periodista.

7.7- La reinvención requiere planificación y responsabilidad

Dedicar recursos y tiempo a intentar desarrollar tus intereses o motivaciones actuales puede convertirse en un camino profesional, pero asegúrate también de conseguir los ingresos necesarios para vivir y sobrevivir. 

Persigue tus pasiones, pero no descuides tus obligaciones. Haz más de lo que ya te gusta hacer, pero también dedica tiempo a hacer lo que tienes que hacer.

Trabaja en lo que puedas, pero no dejes de buscar lo que quieres, aunque sea un minuto al día.

7.8- Networking para el cambio

Si quieres consejos diferentes, pídelos a personas y profesionales diferentes.

7.9- Reinvéntate “dentro”

Considera la posibilidad de convertirte en un “profesional nuevo” en tu empresa u ocupación actuales. 

Valora cómo conectar tus obligaciones en la organización con tus intereses actuales, cómo cambiar los contextos de trabajo para hacerlos más motivadores para ti y para el equipo; cómo establecer retos y metas más ilusionantes y asequibles; y cómo encontrar apoyos para esos cambios.

7.10- Compromiso. Decide el precio que estás dispuesto a pagar por tus metas

Valora tus éxitos por lo que has conseguido, pero también por lo que has dejado en el camino para alcanzarlos. Valora también tus futuros logros por lo que tengas que sacrificar.

En todo caso, será muy difícil valorar a priori qué nivel de inversión y esfuerzo seremos capaces de alcanzar hasta que no estemos en la faena. Y también será difícil conocer el coste de oportunidad y los sacrificios que implicará cualquier decisión. 

Por otro lado, antes de empezar a recorrerlo, tendemos a sobrevalorar la dificultad del camino elegido, porque no tenemos en cuenta las satisfacciones y logros intermedios que obtendremos al hacerlo que supondrán motivaciones para continuar.

7.11- Expectativas. No confíes en ti, confía en lo que haces

No confíes en ti, confía en tus habilidades actuales, tu dedicación y tus recursos.

No sobrevalores tus posibilidades, pero tampoco las infravalores. Creer que “querer es poder” es ingenuo, pero creer que no se podrá sin intentarlo es absurdo.

7.12- Competencias. Las profesiones cambian, pero las competencias permanecen

No persigas solo obtener títulos, céntrate en aplicar habilidades y dominar herramientas.

Las empresas valoran tus habilidades, no tus títulos. Tus compañeros, clientes y usuarios valoran tus resultados y comportamientos, no tus intenciones.

Enfócate en tu digitalización profesional, desarrollando competencias digitales y tecnológicas especializadas y transversales como inversión de presente y de futuro.

La actitud no es suficiente. Hazte un profesional competente: aprende, aplica y especialízate en las habilidades y actividades clave en el sector y ocupaciones que te interesan.

Sobrestimamos el impacto de la tecnología a corto plazo, pero lo subestimamos a largo plazo. 

7.13- Cambio. Cambiar es inevitable, mejorar es una decisión

Valora lo que tienes para conseguir lo que te falta.  Antes de cambiar algo, decide qué no debe cambiar, porque algunos cambios innecesarios pueden convertirse en nuevos problemas, como inundaciones para la sequía. 

7.14- Motívate en positivo

Si quieres motivarte para mejorar, conoce y describe en positivo los beneficios del cambio. 

Parafraseando a @alejodorovsky, no es lo mismo decir “lávate las manos que es feo tenerlas sucias”, que decir “lávate las manos que es bello tenerlas limpias”.

7.15- Reglas para el cambio

Tres reglas para el cambio: concretar, hacer y evaluar.

¿Esperas que la vida mejore o persigues metas concretas?

¿Piensas mucho o haces mucho?

¿Aplicas los métodos que conoces o los que funcionan?

7.16- Superación del fracaso

No se aprende de fracasar, se aprende a superar los fracasos. Y eso es muy difícil.

Tras un fracaso o un error, pregúntate:

  1. ¿He aprendido algo?
  2. Qué hubiera hecho diferente.
  3. Qué competencias he de desarrollar.
  4. De quién debo aprender.
  5. Cuál es el próximo paso.

7.17- Experimenta para aprender

Piensa menos y prueba más. O considera probar como una forma práctica de pensar.

La mejor reflexión es la que te permite reorganizar condiciones, aplicar métodos y comparar resultados.

“Probar es hoy fácil, rápido y barato. No intentes entender el mundo. Experimenta y aprende”. @javiercuervo 

7.18- Elige a tus referentes profesionales 

Encuentra modelos profesionales a los que emular y de los que aprender y cuenta con el apoyo de mentores adecuados.

Si quieres mejorar, observa por qué le va bien a otros, qué hacen, cómo lo hacen y cómo aprendieron.
Aprendemos mucho más de los éxitos ajenos que obsesionándonos con analizar los fracasos propios.

En síntesis, si quieres reinventarte con efectividad, es importante seleccionar a referentes de los que aprender que ya están haciendo lo que tú quieres hacer.

Pero no te dejes deslumbrar por «marcas personales» ni títulos rimbombantes en Linkedin o en las redes sociales.

Céntrate en aquellos profesionales que de verdad obtienen ingresos y clientes suficientes por su actividad y que pueden vivir de su «reinvención».

7.19- “Gestión de emociones”: aceptación, «haztitud» y asertividad

Me dijo un youtuber con más de un millón de fans: “Tardé cuatro años en conseguir los primeros mil seguidores”. Cualquier cambio nos parece un fracaso cuando va por la mitad.

Y cualquier éxito puede convertirse en un fracaso.

Te sientas como te sientas, continúa con tus planes. Acepta y aprende a convivir con tus malas emociones y pensamientos negativos mientras haces lo que debes, lo que tienes previsto hacer.

Aceptar no es rendirse ni resignarse, es una forma de superarse. Aceptar no es un final, es un comienzo. Aceptar que no siempre se puede no es un fracaso, es un signo de madurez que puede abrir otras puertas.

Aspira a ser mejor, espera poco, compárate solo con tus propios resultados y valora lo que tienes.

La felicidad no es una idea, es un conjunto de hábitos. Una vida ocupada y organizada facilita la motivación y previene el desánimo.

Escucha las críticas, pero sigue remando.

No abandones por la presión social que te dice «cuantas menos cosas intentes, menos posibilidades de que te critiquen». 

Trabaja en lo que puedas, pero no dejes de buscar lo que quieres, aunque sea un minuto al día.

Foto de Ben Robbins en Unsplash

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