Reconozcámoslo, el SEO siempre ha sido la parte más árida y compleja del marketing digital. Es complicado y siempre está supeditado a las actualizaciones. Con cada core update (actualizaciones principales) de Google, nuestros sitios pueden verse afectados y comienza la travesía del desierto para descifrar qué factores prioriza el buscador para el posicionamiento orgánico.
Además, los últimos años no han sido nada fáciles.
La inteligencia artificial, los algoritmos, la forma que tiene Google de presentar los resultados de búsqueda (con cada vez menos elementos orgánicos) ha hecho pensar que el SEO ya no tiene tanta importancia como hace años en la visibilidad de los negocios. Pero es un gran error.
Lo que ha evolucionado es la forma de hacer SEO. La última actualización de Google, Helpful Content Update, nos da pistas de qué se valora y prioriza a la hora de aparecer en los primeros resultados de búsqueda.
Así que por mucho que queramos enterrar el SEO, nos queda cuerda para rato. Lo mejor que podemos hacer es reconciliarnos con él y ver cómo aplicarlo en nuestros negocios para conseguir más visitas, más tráfico y más visibilidad.
¿Qué ha cambiado y qué permanece?
Para responder a esta pregunta, quizá deberíamos pensar cómo cualquiera de nosotros buscábamos antes un dato o una información y cómo lo buscamos ahora.
Y aquí la palabra “antes” tiene un peso importante. En los años 90, los principales dispositivos de navegación eran los ordenadores de escritorio y apenas existían dispositivos móviles. Todo lo contrario a lo que sucede ahora, con una altísima penetración de los smartphones y con más dispositivos móviles que personas.
Esta evolución, no la única pero sí la más evidente, ha cambiado las reglas del juego. No se busca igual. No es lo mismo buscar “farmacias abiertas en domingo” que “farmacias cerca de mí”. En el primer caso, posiblemente tendremos que hacer clic en los resultados de búsqueda para comprobar la información. En el segundo, no. Son las búsquedas cero, que interpretan la intencionalidad del usuario y proporcionan toda la información resumida en el mismo resultado sin necesidad de hacer clic, como en el siguiente ejemplo:
Las palabras clave, la estructura de enlaces, los aspectos técnicos de una web, el caché, la velocidad del sitio, las redirecciones son factores que siguen ponderando -y mucho- en el posicionamiento orgánico, pero no son los únicos ni los más decisivos, como ocurría en el pasado.
Hasta aquí lo que ha cambiado. Vayamos con lo que se mantiene.
Lo que permanece es la idea de resultar útil al lector, visitante o usuario. Es decir, que el resultado de la búsqueda se ajuste a la intención del usuario y que cuando un usuario hace clic en un resultado obtenga la información deseada.
La evolución de las búsquedas y el SEO
Con este panorama, para muchas empresas es mucho más ventajoso aparecer en estas búsquedas cero que en las primeras posiciones orgánicas. ¿Motivos? Según un estudio de HubSpot, conducen hasta un 114% más de visitas que las primeras posiciones orgánicas tradicionales.
Quizá porque dan respuesta a los usuarios de una manera mucho más rápida, extractando lo más importante, quitando lo irrelevante y exponiendo lo que realmente busca el usuario.
¿Pero no siempre es así? En teoría, sí; en la práctica, no tanto. Con el desarrollo de la inteligencia artificial han surgido muchas webs que generan contenidos de manera automatizada, que intentan posicionarse por determinadas palabras clave y que generan contenido más para agradar al buscador que para satisfacer al usuario.
Son los sitios que solo están relacionados con las búsquedas en el titular y quizás en alguna frase en la introducción, en detrimento de otros sitios que sí que resultan útiles para los usuarios. La nueva actualización de Google quiere acabar con todo esto.
Helpful Content Update, qué es y qué debo tener en cuenta
Google quiere favorecer el contenido útil “por y para las personas”, según su comunicado. O lo que es lo mismo, premiar los contenidos útiles hechos por personas y para las personas. No solo es que mire con lupa los contenidos generados por inteligencia artificial o contenidos automatizados, también manifiesta que deben ser contenidos útiles, tanto si los escribe un programa de IA como una mente pensante.
Quizá la pregunta está en saber qué considera Google un contenido útil. Para ello, debemos ir a los seis pasos que enumera el buscador para saber si nuestras webs están en línea con su última actualización. De ellos, los más destacables son:
- Conocer de primera mano el tema que tratas, es decir, que seas un experto en la materia y que tus contenidos sean útiles para quienes los leen, no para el buscador. Es lo que en SEO se conoce como EAT (Expertise, Authoritativeness, Trustworthiness – experiencia, autoridad y confianza).
- Contenidos únicos y originales. Nada de refritos ni adaptaciones de otros contenidos.
- Estrategias SEO basadas en tu audiencia, en tu público, con contenidos dirigidos a estos perfiles.
¿Y cómo afecta a un negocio esta nueva actualización?
Realmente, si tu web sigue los consejos básicos de Google para el SEO, no deberías preocuparte. Tampoco si tus contenidos son únicos, originales y útiles.
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