Aunque la mayoría de la energía eléctrica generada en Colombia proviene de las centrales hidroeléctricas, aún existen zonas donde es necesario recurrir a los combustibles fósiles. ¿Cómo está el país en el uso de energías renovables?
Como siempre, el mundo se encuentra en una disyuntiva. Mientras, por una parte, se encuentra más sediento que nunca de energía eléctrica, por la otra, está cada vez más presionado hacia las políticas de sostenibilidad. ¿Cómo se manejan estos retos?
La respuesta no es fácil. Por una parte, está el consumo energético generado por tendencias como la Inteligencia Artificial, que seguirá creciendo en los próximos años y que es considerado un activo estratégico por varios gobiernos (Estados Unidos y China, por ejemplo).
Por otra parte, está la Agenda 2030 de la ONU, que establece una serie de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a los que no solo se han comprometido 193 países firmantes del acuerdo, sino también innumerables empresas que no solo ven la sostenibilidad como una forma de mejorar su imagen, sino también para optimizar sus eficiencias operativas.
Por esto, empresas como Google, Apple, Telefónica y Amazon, entre muchas otras, se han comprometido con iniciativas Net Zero (cero neto), donde buscan recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cercano posible a las emisiones nulas. En otras palabras, neutralidad climática.
¿Cómo entran las energías renovables en escena?
Para cumplir con esas metas de Net Zero existen varias rutas, como la reducción de emisiones y, sobre todo, el uso de energías renovables. Una tendencia en la que Colombia se ubica de forma privilegiada como el tercer país de la región más avanzado en transición energética.
En Colombia, la energía de origen hidroeléctrico es responsable del 81,6 % de la capacidad instalada en 2022, seguida por los combustibles fósiles (16,8 %), biomasa (1,0 %), solar (0,5 %) y eólica (0,1 %).
De hecho, el impulso hacia las energías renovables no es algo nuevo en Colombia. Como muestra está la Ley 1715 de 2014, que definió las Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER) en el país como:
“Aquellos recursos de energía renovable que son ambientalmente sostenibles, pero que en el país no son empleados o son utilizados de manera marginal y no se comercializan ampliamente. Se consideran FNCER la biomasa, los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (PCH), la eólica, la geotérmica, la solar y los mares. Además, la Ley de Transición Energética estableció como FNCE a otras fuentes como el hidrógeno verde y el hidrógeno azul”.
De igual forma, la Resolución 40179 de 2021 convocó a una subasta de contratación para proyectos de generación de energía eléctrica, exclusiva para fuentes no convencionales de energía renovable. De esta operación se contrataron 9 empresas con 11 proyectos de generación eléctrica solar, con una capacidad de 796,3 megavatios (MW).
A diversificar la generación eléctrica
Se trata de una apuesta a largo plazo, al punto de que la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) apunta a que para 2027 la matriz eléctrica del país sea 43% hidroeléctrica y 30% de energía solar. De igual forma, la UPME ha anunciado medidas para impulsar proyectos de energía eólica offshore en el país, donde La Guajira surge como una de las zonas de mayor potencial para la construcción de parques eólicos.
En resumen, Colombia se encuentra en una transición energética, donde existe un gran potencial solar y eólico ubicado en la zona costera norte y de tipo hidroeléctrico en las zonas montañosas. Sin embargo, también existen desafíos de infraestructura y seguridad pública que deben ser superados para alcanzar su potencial.
Si quieres saber cómo desde Movistar Empresas te podemos ayudar a impulsar la transformación de tu negocio y a hacerlo de manera sostenible ingresa aquí.
Foto de Freepik