A día de hoy parece todo un poco lejano, pero en el nuevo concepto de Internet de Mark Zuckerberg las empresas deberán desarrollar nuevos productos y servicios. El marketing se orientará a un nuevo espacio, el de la realidad virtual, y se contará con una nueva presencia online, diferente a la que ahora vivimos.
Dejaremos de “ver“ en Internet para “vivir“ en Internet. ¿Será una buena oportunidad para emprendedores? ¿Qué tipo de negocios serán los que prevalezcan? ¿Hablaremos de empresas “metaversas“?
¿Qué es el metaverso?
Hace 30 años, Arnold Schwarzenegger en la película Total Recall –Desafío Total en español- visitaba “Memory Call” para comprar recuerdos y vivir experiencias de una manera tan real que lo soñado y lo vivido se entrecruzaban. La acción ocurría en Marte. Era 1990 y todo esto nos parecía ciencia ficción. También de esta época es Snow Crash, la novela de Neal Stephenson donde aparece por primera vez el concepto metaverso.
Ahora, Mark Zuckerberg nos propone una realidad paralela, un siguiente paso en la evolución de Internet, donde podremos comprar, trabajar, relacionarnos a través de nuestros avatares y vivir experiencias, como ir a conciertos o tomarnos un café, en una especie de hiperrealidad. De momento, hay algunos aspectos que necesitan resolverse para que este escenario sea realmente factible. Uno de ellos, la tecnología.
Y es que esta nueva dimensión de Internet necesita algunas tecnologías como realidad virtual, 5G e incluso 6G, blockchain e inteligencia artificial, que aún están lejos de considerarse maduras.
Entonces, ¿por qué ha despertado tanto interés? Las grandes tecnológicas están destinando inversiones nada desdeñables para hacer realidad este metaverso, en parte, porque anticipan un gran desarrollo de productos y servicios. Según Bloomberg Intelligence, este metaverso representará un negocio de 2,5 billones de dólares en 2030 y creará 24 millones de empleos en los próximos diez años, según la consultora PwC.
Algunas aplicaciones “reales” del metaverso
La interoperabilidad entre el mundo virtual y el físico, base del metaverso, abre posibilidades reales para mejorar procesos industriales, experimentar vivencias desde una óptica más inmersiva o interactuar con nuestras marcas preferidas en un entorno virtual.
Quizá se entienda mejor con ejemplos.
En la industria, un error en el funcionamiento de los equipos y máquinas puede ocasionar grandes pérdidas. De igual manera, implantar procesos y sistemas por primera vez sin simulación real es un ejercicio de ensayo/error que también puede lastrar los beneficios.
El metaverso podría constituir un espacio de pruebas para la industria, donde se podrían testear ciertos procesos industriales antes de introducirlos en planta, o comprobar el funcionamiento de máquinas y sistemas a través de sus gemelos digitales. No solo evitarían fallos, también se podrían ver los márgenes de mejora.
Para las empresas dedicadas a vender experiencias de ocio, el metaverso les ofrece un nuevo abanico de posibilidades, tanto para nuevas propuestas de patrocinio y promoción como nuevos canales de ingresos.
Un ejemplo fue el concierto que la cantante Ariana Grande o, mejor dicho, su avatar dio el pasado mes de agosto en Fornite ante millones de fans. Apenas duró quince minutos, pero obtuvo un eco mediático brutal. Promocionó el juego por sus redes sociales, introduciendo a millones de usuarios en la plataforma y su avatar lució los nuevos accesorios del juego en cuestión, reportando ingresos tanto para la artista como para la marca. Por cierto, repitió la experiencia en Halloween. Son los conciertos del metaverso.
Propuestas emprendedoras para el metaverso
La nueva forma de relacionarnos que tendremos en este otro universo digital abre enormes oportunidades para las marcas. Nuevos comportamientos que serán la antesala de novedosos productos o servicios. Y, sobre todo, su capacidad para monetizarlos.
Desarrolladores de contenidos, aplicaciones para móviles o tiendas virtuales pueden ser algunas de las apuestas emprendedoras para este metaverso.
Aplicaciones para móviles en 3D, realidad virtual y realidad aumentada e interactuar con nuestros avatares en el espacio del metaverso serán necesarias para recrear estos mundos. No podremos transitar en un mundo paralelo sin nuestro avatar y la tecnología que lo sustenta.
¿Y abrir una tienda de ropa en el metaverso? Sí, en él podremos comprar e interactuar con las marcas que estén presentes. Podremos comprar artículos virtuales, pero también reales. Es la superposición de los dos mundos.
De igual manera, puede ser el territorio para nuevos proyectos de contenido que acaparen el interés del usuario. Las nuevas experiencias que vivirán en el metaverso deben estar respaldadas por un contenido, una narrativa que atrape, que les invite a quedarse en ese mundo digital y que compita con éxito para atraer su atención.
Seguridad y privacidad
Todavía hay muchas incógnitas en torno al metaverso. No sabemos nada de cómo se regularán aspectos como la seguridad o privacidad de nuestros datos en esta nueva dimensión. Tampoco si va a ser propiedad de una sola empresa o habrá varias compañías ofreciendo experiencias en el metaverso. En todo caso, lo que parece innegable es que se abren nuevas oportunidades para empresas y emprendedores.
Quizá lo que deberíamos preguntarnos es qué podemos ofrecer en este metaverso que sea diferente a nuestras experiencias reales, qué le vamos a ofrecer a esos usuarios del metaverso que les atrape en un mundo digital y que sea mucho más interesante que el mundo real en el que viven.