Muchas organizaciones han cruzado el Rubicón de la pandemia con notable éxito, otras continúan en el intento, pero unas y otras son conscientes de cuánto ha cambiado el entorno: es el momento de preparar el futuro.
Un proceso que debe muscular la resiliencia empresarial. Una cualidad que la actual pandemia ha demostrado de gran valor para sobreponerse a las dificultades y adaptarse al cambio, en lo que pueda restar de crisis y en cualquier otra que la suceda.
Áreas de actuación para ser una empresa resiliente
La consultora EY ha marcado diez áreas de actuación que considera esenciales “para navegar por la incertidumbre y la complejidad”. Un recorrido que se centra en las acciones concretas que debe trabajar la empresa para preparar ese futuro que este otoño llama a la puerta.
1. Fortalece el modelo de organización
Las empresas resilientes deben afinar su organización para poder «navegar» en mercados de incertidumbre generada por las diferentes crisis a las que deberá hacer frente.
Posibles medidas:
- Realizar revisiones periódicas, que aseguren que la empresa está bien adaptada al momento que vive. No solo en las políticas de salud, también en las áreas de legal, fiscal, seguridad o finanzas, para tratar de minimizar los efectos de este cambio continuado en los mercados, los clientes y la propia empresa.
- Reforzar la ciberseguridad. Desde EY se recuerda que muchas empresas han reforzado los canales de venta online B2B y B2C durante la pandemia, por lo que hay que asegurar que se cuenta con unas infraestructuras adecuadas para soportar esa digitalización del negocio.
- Formar a los empleados en ciberseguridad, ya que es una de las medidas más efectivas ante la certeza del constante incremento de ataques a todo tipo de organizaciones.
- Actualizar los planes de contingencia de crisis, en previsión de posibles rebrotes u otros escenarios de crisis.
2. Utiliza el análisis de datos para reducir la incertidumbre
Hay que reducir la incertidumbre usando el análisis de datos. Pero la empresa necesita dotarse de herramientas o plataformas que ayuden a entender qué está pasando y qué puede pasar.
Es decir, debemos asentar una cultura de empresa data-driven, “en la que los datos se democraticen y estén a disposición de todos los empleados, aportando inteligencia en todos y cada uno de los procesos”. Una monitorización que debe prestar especial importancia a los departamentos de cliente, operaciones y finanzas.
3. Trabajo inteligente y ágil
El objetivo es flexibilizar y digitalizar todos los entornos de la organización. Una empresa más resiliente requiere modelos organizativos más ágiles y adaptables, y también empleados que mejoren sus capacidades a través de la tecnología. Hay que asentar la nueva cultura de empresa y la relación laboral, que debe redefinir sus reglas.
Qué medidas se pueden tomar
- Mayor agilidad organizativa, a través de equipos multidisciplinares, autogestionados y conectados.
- Integrar tecnologías emergentes de automatización, sobre todo en los procesos más transaccionales.
- Adaptar la plantilla al nuevo modelo operativo, formándolo y dimensionándolo de forma adecuada.
- Rediseñar los procesos de gestión de personas.
- Transformar la cultura de empresa, para que responda a un modelo más dinámico.
4. Obtén el mayor provecho posible de la tecnología
La tecnología ha demostrado su importancia para responder a situaciones de crisis, pero la digitalización ya no es por sí misma ni una tabla de salvación ni una garantía de mejora de la competitividad. “Lo realmente relevante y diferencial es cómo se prepara y acomete el proceso de digitalización”, aseguran desde EY.
Entre las medidas que se pueden tomar, destacan:
- Ejecutar un plan flexible de tecnologías de la información (TI), para avanzar en la capacidad de innovación y en la mejora de competitividad.
- Crear un plan de innovación que apoye las nuevas necesidades de negocio.
- Ejecutar el plan de innovación definido.
5. Convertirse en digital, operar digitalmente
Adaptarse a la nueva realidad requiere un enfoque disruptivo, capaz de acelerar los cambios en las relaciones internas y externas de la compañía. La apuesta de la consultora pasa por la automatización inteligente, pero siempre potenciando las capacidades cognitivas de comunicación, para humanizar la relación con todos los interlocutores.
Posibles medidas:
- Analizar y revisar el plan de transformación, priorizando la adopción de aquellas medidas que impactan en el modelo de negocio y el modelo operativo de la empresa.
- Hacer un seguimiento de las tecnologías disruptivas, identificando siempre usos concretos que aporten valor a la operativa de la empresa.
6. Introduce la innovación en el ADN de la empresa
¿Por qué hay organizaciones que sufren menos ante una situación de crisis o incluso mejoran? “Solo se consigue con una filosofía de gestión basada en el largo plazo y en la capacidad de resiliencia, para permanecer siendo relevante para sus usuarios a través del desarrollo de productos y servicios atractivos”. Y esta capacidad es imposible de lograr sin una correcta gestión de la innovación, que sea capaz de actuar en entornos de incertidumbre.
Por ello, es importante cambiar la mentalidad corporativa para convertirse en una empresa resiliente. Se debe trabajar para garantizar la continuidad de las operaciones. Esa continuidad justifica la existencia de la organización y de su aportación a la comunidad a la que sirve y donde opera.
7. Reilusiona a los clientes y mejora tu marca
Hay que actuar con rapidez para adaptarse a las nuevas demandas que clientes y mercados hacen del producto o servicio de la empresa. Es vital entender al nuevo consumidor, para ofrecerle experiencias más personalizadas que mejoren la lealtad hacia la marca.
Qué medidas podemos tomar
- Alinear los atributos de marca con las nuevas demandas.
- Elaborar planes de reducción de riesgos en la actividad diaria de venta.
- Convertir el uso de nuevas tecnologías en ventajas competitivas de largo recorrido.
- Potenciar el enfoque integral de la innovación, buscando siempre oportunidades para la creación de valor.
8. Cadena de producción «glocal» (global / local)
La pandemia ha cuestionado la eficacia de todas las cadenas de suministro para, en muchos casos y sectores, evidenciar su fragilidad ante situaciones de crisis. Una empresa resiliente debe pasar por modelos de aprovisionamiento que garanticen la no ruptura de su servicio.
Posibles medidas:
- Adaptar y asegurar la cadena de suministro a la nueva realidad local / global.
- Desarrollar una planificación integrada de las operaciones.
- Asentar una cadena de aprovisionamiento menos tensionada. Relajar los tiempos de respuesta, buscar transportes y almacenajes más económicos, etc.
9. Reequilibra el valor de las finanzas y operaciones
Sin duda, este es uno de los puntos más importantes y técnicos. La resiliencia en la empresa está íntimamente ligada a sus niveles de liquidez. “La liberación de caja intensificando la actuación sobre el circulante, una gestión más eficaz de los flujos tesoreros y un control más sofisticado de la posición financiera y sus riesgos marcan la pauta a seguir”, se explica desde EY.
Estas son algunas de las medidas que se pueden tomar:
- Evitar las fugas de liquidez. Incorporar controles predictivos que mejoren la calidad de la información.
- Mantenerse atento a los cambios de contexto de negocio.
- Sacar el mayor partido a la información disponible.
- Racionalizar los flujos tesoreros de pago y cobro.
- Mejorar la eficiencia del Back Office. Incorporar asistentes virtuales y blockchain en las interacciones con el cliente interno y externo.
10. Reconstruye una organización ágil y flexible
Incluso en un entorno de máxima complejidad, la compañía no debe perder su mirada en el largo plazo, aprovechando la actual coyuntura para crear una organización más eficaz y ágil.
Posibles medidas:
- Crear modelos de trabajo flexibles, que se puedan adaptar a diferentes escenarios.
- Acelerar procesos de innovación, en función de un análisis continuado de escenarios futuros de negocio.
- Replantear el tamaño y el alcance del porfolio de activos y líneas de negocio.
- Potenciar la generación de efectivo.
- Revisión continua de los modelos de negocio.
- Administrar de forma dinámica la estructura de capital de la compañía.
Foto de Lucian Alexe en Unsplash