Aunque hoy nadie se cuestiona la viabilidad e incluso el éxito que podemos obtener al ofrecer nuestros productos y anunciar nuestro negocio a través de Internet, no siempre fue así. La penetración de las tecnologías, junto con la evolución incesante de los dispositivos, ha hecho posible llegar a nuestros clientes por canales innovadores, además de hacerlo en nuestro establecimiento tradicional.
Los costes, la inversión, la rentabilidad han dado al traste con los clásicos planteamientos de negocio, al apostar por una oferta mucho más directa, enormemente dinámica e indiscutiblemente fluida como la que nos ofrece Internet.
Todos tenemos muy claro que nuestra finalidad como empresarios es ofrecer un servicio o un producto, es decir, vender. Dicho esto, vamos a considerar algunos datos que van a darnos una visión más clara de nuestro panorama en el mundo Internet. Los últimos estudios indican que en España existen 11 millones de conexiones ADSL y que los españoles que navegan a través de las redes móviles alcanzan los 3,5 millones.
Con este planteamiento cabe pensar que la red nos ofrece un total de 14,5 millones de clientes potenciales. Todos nuestros esfuerzos deberían focalizarse en llegar al mayor número posible de estos clientes que se encuentran conectados a la red.
Evidentemente, también podríamos suponer que, de entre esos 14,5 millones de accesos a la red, un elevado porcentaje de internautas será también competidor de nuestro negocio. Pues bien, es aquí donde entra en juego un nuevo concepto: SEO (Search Engine Optimitation, cuya traducción sería algo así como la Optimización de los Motores de Búsqueda).
Cuando hablamos de SEO, estamos refiriéndonos a las acciones que hemos de realizar sobre nuestra web, con el fin de obtener un excelente posicionamiento en los buscadores que utilizarán nuestros posibles clientes: Yahoo, Bing, Google (el más usado en nuestro país). Todo ello de manera gratuita, aplicando buenas prácticas, conociendo la mejor estructura de nuestra web y siendo muy honestos en el contenido que deseemos difundir.
Ni que decir tiene que existe la posibilidad de alcanzar el lugar más relevante en los resultados que arrojen los buscadores mediante las prácticas SEM (Search Engine Marketing). En este caso, el lugar que obtengamos vendrá definido por la cuantía que estemos dispuestos a abonar en la subasta pertinente para lograr el mejor de los lugares.
Fuente: Trazada
Muchos podrían pensar que esto no es nada nuevo, que ellos ya se están preocupando de lograr que numerosas personas accedan a su sitio web con acciones que les recomendaron: repitiendo hasta la saciedad palabras claves (keywords) en su página de inicio, buscando sin descanso usuarios que les recomienden a través de diferentes canales (redes sociales como Facebook, links, etc.). Sí, todo ello funcionó durante algún tiempo, cuando la demanda por lograr un hueco en la red era muy inferior, pero en la actualidad la saturación de información es tal que discernir qué es lo que me interesa de entre todo lo que me devuelve la red en mi consulta resultaría una ardua labor que nos obligaría a realizar filtros al margen, es decir, nada operativo y resultados nada fiables.
Para resolver este galimatías de webs y resultados, sin orden ni concierto, los buscadores tomaron cartas en el asunto y, en el afán de contribuir a dar valor a los resultados de cada búsqueda, aplicaron complejos algoritmos capaces de potenciar y/o discriminar, según esas buenas prácticas que antes mencionábamos. Es decir, premiando a las mejores web, según los principios SEO, y penalizando a aquéllas que se basan en peores praxis.
La competencia es feroz; eso ya lo sabemos, y también sabemos que todos perseguimos la misma meta y que la red está viva, que los buscadores afinan y mejoran sus criterios para encumbrar o desterrar a la web que mejor o peor se “comporte”. Con todo ello cabe pensar que existan especialistas dedicados a observar, discriminar y conocer cuáles son las mejores acciones SEO para que, sin picaresca ni malas artes, podamos obtener cada día el mejor de los posicionamientos: son los expertos en SEO. Ellos analizan cómo se comporta nuestra web revisando el diseño, la programación, la estructura, la redacción y la edición, entre otros. En definitiva, su labor es evaluar qué elementos contribuyen a mejorar nuestra posición en los buscadores.
La red ya forma parte de nuestra vida pero no sólo es ocio, es también negocio, y tiene mucho que ofrecernos si aprendemos a movernos en ella encauzando convenientemente nuestros pasos, con sentido común, aprovechando sinergias, apoyándonos en aquéllos que puedan recomendarnos, buscando “prescriptores”, multiplicando enlaces, etc.
En próximos artículos desgranaremos los elementos más significativos para conseguir un óptimo posicionamiento SEO de nuestra web.
Foto: ©manfrys, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.