En algo más de un año (de junio de 2021 a junio de 2022) en España hemos pasado de tener una inflación del 2,7% a registrar cifras de dos dígitos, escalando posiciones mes tras mes hasta situarnos en el 10,8% del pasado mes de julio. La mayor subida de precios en nuestro país desde la década de los ochenta del pasado siglo.
Es la misma tendencia que en la zona euro, cuya inflación se situaba el pasado mes de octubre en un 10,7% y con unas previsiones nada halagüeñas. Según el Banco Central Europeo (BCE), es muy probable que la inflación siga siendo elevada en los próximos años, con un alza de precios del 5,5% para 2023 y del 2,3% en 2024. Y eso tiene muchas implicaciones, no solo para los ciudadanos, también para las empresas y los autónomos, que tienen que enfrentarse a un escenario desconocido desde hace décadas.
Ocho de cada diez autónomos afirman, según ATA, que sus negocios se han visto afectados por la inflación y más allá de subir los precios para contrarrestar este efecto, existen algunas acciones que pymes y autónomos pueden llevar a cabo para no verse tan expuestos a esta tendencia inflacionista.
Inflación, ¿cómo afecta a las pymes?
Para muchos autónomos y pymes está en juego su propia supervivencia. Líneas de créditos afectadas por la subida de los tipos de interés, aumento de costes, reducción de rentabilidad o endeudamiento son algunas de las consecuencias de un IPC al alza.
En detalle, este es el escenario con el que se encuentran actualmente:
- Financiación más cara. Una de las medidas que suelen ejecutar las instituciones financieras, en este caso el BCE, es subir los tipos de interés para intentar frenar una inflación desbocada. En apenas cuatro meses, desde julio hasta aquí, hemos pasado de tener tipos del 0 al 2%, la mayor tasa desde enero de 2009. ¿Esto qué supone para las pymes y autónomos? Pues que para empresas con renovación de deuda a corto plazo, es decir, aquellos préstamos que vencen próximamente, la carga financiera que soportan puede llegar a duplicarse, según el Informe de Estabilidad Financiera. Otoño 2022.
- Aumento de costes en la adquisición de electricidad, carburantes, materias primas, bienes de equipo, etc. Todo es mucho más caro ahora y afecta negativamente al desarrollo de su actividad. Para el 42,3% de los autónomos, el incremento del coste en las materias primas es lo que más ha afectado a su actividad, seguido de la subida de los precios de los carburantes y de la luz.
- Menor rentabilidad. Incluso si incrementan los precios de sus productos o servicios, los márgenes de rentabilidad de las pymes y autónomos son más estrechos.
Con todo, la pérdida de competitividad es el efecto más devastador de una inflación desbocada. Las empresas tienen menos liquidez, menos dinero a su disposición para invertir en innovación, reforzar sus plantillas o dedicarlo a su propio crecimiento.
¿Hay margen de maniobra?
Pues sí y no, depende del grado de endeudamiento que arrastren las empresas y de su pulmón financiero para hacer frente a esta situación. Aun así, estas son algunas recomendaciones que pueden poner en práctica para no aumentar su vulnerabilidad en un escenario inflacionista:
Modificar los contratos a largo plazo
Muchas pymes, incluso autónomos, tienen contratos con clientes a largo plazo. En su día, firmaron y se comprometieron con una serie de condiciones que ahora se han visto superadas o, simplemente, no pueden mantenerse.
Puede ser el caso de pequeñas constructoras o autónomos individuales que trabajan también para constructoras más grandes y que cobran por obras certificadas (según se vayan entregando de acuerdo con las condiciones pactadas). De nada sirve contar con un precio asegurado si la desviación de costes derivada de la inflación hace inasumible esas condiciones.
Revisar la relación con los proveedores
En un escenario de encarecimiento de los productos, es vital no depender excesivamente de un único proveedor, pues estaríamos muy condicionados por su política de precios.
Si este proveedor sube sus precios, inevitablemente, afectará a tu negocio. Es conveniente contar con varios proveedores para asegurarse tanto el suministro de las materias primas como precios asumibles.
Analizar la exposición del negocio a la inflación
No todos los negocios están expuestos de la misma manera a la inflación. Los sectores que hagan un uso intensivo de carburantes o electricidad, como pueden ser transportistas o panificadoras, por ejemplo, tendrán un impacto más acusado que otros sectores cuya actividad no se base tanto en estas partidas.
Se trata de concretar cómo y en qué medida afecta la inflación a los procesos de negocio de cada uno y diseñar una estrategia para hacerle frente.
Proyectar en un horizonte volátil
Las tornas han cambiado. Hemos pasado de tipos de interés cero al 2%, de un IPC controlado a cifras de dos dígitos, de acceso a los mercados de materias primas a cuellos de botella por falta de suministros…
Indudablemente, no es el mejor de los escenarios, pero es el que tenemos y lo mejor que podemos hacer es adaptar nuestros negocios a las nuevas coordenadas. Planificar teniendo en cuenta todas estas variables nos ayudará a tomar mejores decisiones y a estar más preparados para capear el temporal.
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