Primero fue Samsung, luego Google; la Inteligencia Artificial Generativa no solo está cambiando todo, también está abriendo la puerta a un nuevo modelo de negocio, pero ¿cómo abordarlo? Estos gigantes están probando las aguas.
La Inteligencia Artificial Generativa (GenAI) cuesta, y bastante. Aunque no existe una cifra exacta en este momento (abril de 2024), se estima que entrenar un modelo de IA como GPT-3 consume aproximadamente 1.300 megavatios por hora, lo que equivale al consumo anual de 130 hogares estadounidenses.
Aunque las cifras exactas del consumo energético de GenAI no han sido reveladas por los principales jugadores de este campo: OpenAI, Meta y Google, por solo mencionar tres casos, lo cierto es que la energía es un factor relevante, tal vez demasiado en el campo de la IA.
Y eso que se prevé que la electricidad necesaria para el almacenamiento de datos se duplique de aquí a 2026. Otro factor que refleja esta necesidad insaciable de energía lo da el portafolio de inversiones de Sam Altman, el CEO de OpenAI, que tiene entre su cartera a Helion Energy, una startup dedicada al desarrollo de la fusión nuclear.
Los cobros de la GenAI
En enero de 2024, Samsung, tal vez el máximo referente en teléfonos inteligentes que trabajan sobre Android, lanzó al mercado su nueva generación de dispositivos, los S24, que esta vez trajeron como gran valor agregado algo más allá del hardware.
En esta ocasión no fue una nueva cámara o un nuevo procesador capaz de revolucionar el tratamiento de las imágenes, no fue una velocidad de transferencia de datos, en su lugar, el escenario se centró en la Inteligencia Artificial Generativa y cómo esta podría cambiar la cotidianidad de los usuarios.
Desde traducción simultánea de llamadas telefónicas hasta el resumen de mensajes y videoconferencias, la GenAI fue el gran valor agregado del lanzamiento. Uno que parecía estar incorporado en los equipos; sin embargo, la letra pequeña de los anuncios de mercadeo contenía este mensaje:
“Las funciones de Galaxy AI se ofrecerán gratuitamente hasta finales de 2025 en los dispositivos Samsung Galaxy compatibles”. O dicho de otra forma, después de esta fecha, Samsung se reserva el derecho de cobrar por Galaxy AI.
Otros en la misma situación
Google se encuentra en una encrucijada. Por una parte, la mayor fracción de sus ingresos (80%) proviene de la publicidad generada por sus servicios de búsqueda, pero al mismo tiempo, los hábitos de búsqueda parecen estar cambiando orientándose hacia nuevas opciones alimentadas por la GenAI.
Ante estos desafíos, Google desarrolló los Search Labs (SGE), que tienen como protagonista a Gemini, un asistente de inteligencia artificial (IA) generativa que está integrado en Gmail, en los Google Documents y en su buscador. Pero el problema con la GenAI en los buscadores es que, en lugar de redireccionar, proporciona las respuestas a las inquietudes de forma inmediata.
¿Esto qué significa? Dicho de otra forma, puede afectar al SEO; por ello, no fue extraño cuando el Financial Times reveló que Google estaba evaluando cobrar por sus servicios de GenAI aplicada a las empresas.
Siendo honestos, Google tampoco fue el primero; OpenAI fue el primero en cobrar por acceder a una versión mejorada de ChatGPT. Lo desafiante es la convivencia y sostenibilidad de los modelos gratuitos y pagos, una encrucijada que hasta ahora se está viendo y abrirá nuevos modelos de negocios para todos.
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