Las empresas implantarán masivamente redes sociales corporativas, aunque la mayoría aún no son conscientes de este hecho.
Las empresas implantarán mayoritariamente herramientas 2.0, porque buscarán la innovación (mejoras, unir ideas), aunque la mayoría no lo denominará así, ni será consciente de ello.
Las empresas con éxito en redes sociales corporativas serán aquellas que dominen bien factores relacionados con personas, emociones, valores y talento, aunque la mayoría, tanto las que fracasen como las que triunfen, probablemente nunca lo sabrán.
En cualquier caso, estas herramientas 2.0 serán los motores de una nueva revolución de la gestión empresarial no tecnológica. Una revolución silenciosa que llega poco a poco y que muchas empresas tendrán dificultades en sistematizar, pues supone cambios radicales en la forma de entender la empresa.
La innovación, motor de la implantación masiva de redes sociales
La implantación masiva de redes sociales corporativas en las empresas es un hecho que ha comenzado como siempre por las grandes empresas. Según la Encuesta de Mckinsey, más del 50% de ellas ya las estaba utilizando en 2011. Si bien el crecimiento será imparable en los dos próximos años y comenzará a afectar de forma significativa a las pymes y, por tanto, de forma masiva todo el tejido empresarial, aunque algo más tarde. En cualquier caso, ahora mismo la mayoría de las empresas todavía no percibe los incrementos de productividad que este tipo de herramientas puede proporcionar.
Según los informes de KPMG, esta revolución empresarial se está utilizando especialmente para innovar. El principal resultado de este fenómeno empresarial será el nacimiento de un nuevo tipo de gestión empresarial basada en una nueva forma de gestionar el talento creativo e innovador mediante herramientas 2.0. Y esto es de prever que se haga de forma difusa y silenciosa, comenzando por las más grandes e innovadoras y posteriormente seguirán más pequeñas y las menos innovadoras.
Pero como nos muestra el estudio de IBM, “The business of Social Business What works. How it’s Done?”, las empresas a menudo implantan estas tecnologías sin saber demasiado las razones y sin saber cómo funcionan para obtener resultados.
Las revoluciones no se sistematizan, solo llegan, se copian, se oyen, se propagan, pero no siempre se piensan ni se estructuran. Y muchas empresas adoptarán redes sociales, algunas ya lo hacen, buscando ventajas en productividad, en mejora de servicio, en incrementar ventas, pero muchas de ellas no se darán cuenta de que están introduciendo procesos de innovación y de mejora continua donde el talento es la clave; pensarán que introducen una nueva tecnología, cuando en realidad están introduciendo nuevos valores y formas de funcionar.
Será una revolución silenciosa, en la que la mayoría de empresas no percibirá que está conectando personas e ideas, ni percibirá que para obtener los elevados aumentos de productividad que esperaban, las claves de éxito son las personas y los procesos de gestión de talento, pero para conseguir el éxito en estas redes tendrán que cambiar buena parte de su cultura y el rol de las personas en la organización.
Las personas, la clave del funcionamiento de las redes sociales
El éxito de la implantación en las organizaciones 2.0. hará que se gestione el talento de nuevas formas:
- Nuevas formas de liderazgo transformador, que exigen nuevos directivos que generan liderazgo distribuido con elevado empowerment a las personas de su organización.
- Gestionar un cambio organizativo sin precedentes que varíe la naturaleza cultural de las organizaciones y sus valores (transparencia, colaboración, proactividad…).
- Sistematizar la innovación mediante nuevos roles, formas organizativas (las comunidades) y los nuevos procesos de generación, elaboración de ideas y de decisión.
- Apropiación de la tecnología asociada a redes sociales: La tecnología será el motor del cambio en la medida que consigamos la «usabilidad» y el desarrollo en el cambio de hábitos.
- Potenciar el aprendizaje social, que va más allá de la gestión del conocimiento y las formas de almacenar y compartir. Se trata de introducir el conectivismo como forma de entender el aprendizaje.
- Enlazar procesos virtuales y presenciales: configurar nuevas formas organizativas que permitan que los nuevos roles virtuales se complementen con la jerarquía y la organización formal.
- Asegurar “el puente mágico” entre las ideas que se generan y estructuran en las comunidades y el seguimiento fuera y dentro de la comunidad: lo que pasa en la comunidad impacta fuera de la comunidad.
- Análisis de Redes Sociales (ARS): establecer nuevos indicadores y parámetros de medida desconocidos ahora que establezcan los nuevos criterios de eficiencia en las redes y de éxito organizativo.
- Abrir la empresa al talento externo: las redes corporativas internas deben ser “unidas” con redes y profesionales externos; la innovación en muchos casos será abierta.
- Clima innovador: Establecer nuevas bases emocionales positivas donde muchos valores como el compromiso, sharismo (compartir), la influencia frente la jerarquía sean posibles.
La revolución silenciosa 2.0 no es una revolución tecnológica, es la revolución del talento. Son nuevos tiempos, tiempos donde la innovación requiere el máximo talento, creatividad y compromiso de las personas. Pero sobre todo son tiempos en los que la competitividad ya no perdona durante demasiado tiempo errores estratégicos. Por eso las empresas que sobrevivan es probable que hayan aprendido a gestionar mejor este talento y a sistematizar sus procesos de innovación, aunque quizás no serán conscientes de ello.
Foto @Andrew Bain, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0