El factoring en España, en base a los datos presentados por la Asociación Española de Factoring (AEF), creció el 13,5 por ciento durante 2018, alcanzando un volumen total de créditos cedidos de 85.420 millones de euros.
Mediante el factoring las empresas ceden sus facturas de clientes a una entidad especializada que se ocupa de gestionar su cobro, pudiendo además contratar un conjunto de servicios de carácter financiero, administrativo y comercial, entre los que se encuentran la investigación comercial de los clientes o la administración y control contable de las operaciones, incluyendo la emisión de las propias facturas.
No obstante, el servicio que destaca es el de pago anticipado de las facturas, que es lo que realmente hace atractiva la operación para aquellas empresas que buscan financiarse. En este sentido, para poder acceder a la financiación que proporciona el factoring, no es tan importante la dimensión o la capacidad de pago que tenga la empresa que cede las facturas, como la solvencia de sus clientes, la cual es analizada con detalle por la entidad financiera, condicionando tanto la posibilidad de pactar la operación financiera como su coste.
El factoring puede establecerse para todos los clientes de una empresa o solo para una parte, refiriéndose siempre a créditos comerciales a corto plazo que se ceden de forma continua.
Factoring nacional e internacional
El factoring puede plantearse sobre operaciones comerciales en las que tanto proveedor como cliente son empresas españolas (factoring nacional o doméstico), o también en aquellas donde una de las dos partes de la relación comercial es extranjera (factoring internacional).
Especialmente en el caso de pequeñas y medianas empresas exportadoras, que carecen de grandes infraestructuras para enfrentarse a los obstáculos que suelen aparecer en los mercados exteriores, tales como legislaciones diferentes a las nacionales o trámites administrativos complejos, la cesión de las facturas de venta a una entidad de factoring, puede facilitarles mucho las cosas. A estos efectos, la AEF informa que, del volumen total de créditos cedidos en 2018, el 77 por ciento (65.991 millones de euros) correspondió a operaciones de factoring nacional, mientras que el 23 por ciento restante (19.429 millones de euros) fue factoring internacional. Y dentro de este último epígrafe, las exportaciones (donde el proveedor es español y el cliente es extranjero) representaron el 84 por ciento del total.
Factoring por sectores de actividad
En lo que respecta a los sectores en los que el factoring está presente, los datos de la AEF señalan que la industria manufacturera y el comercio son los más importantes, seguidos por los sectores de otros servicios y del transporte. Hay que señalar que este tipo de operación no está disponible en todos los sectores de la economía. Por ejemplo, es difícil encontrarlo en aquellos en los que las empresas comercializan productos perecederos o en los que los plazos de pago habituales se dilatan mucho en el tiempo, como ocurre, por ejemplo, en el sector de la construcción.
Factoring con recurso y sin recurso
La modalidad de factoring con cesión del crédito “sin recurso” supone que la entidad financiera asume el riesgo de impago del cliente, mientras que en la modalidad “con recurso” no lo hace, pudiendo actuar contra el proveedor cedente del crédito para recuperar el dinero anticipado si el cliente impaga.
Evidentemente la modalidad sin recurso encarece mucho la operación, por lo que suele establecerse la posibilidad de negociar coberturas del riesgo de impago inferiores al cien por cien que disminuyan el coste. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la cesión sin recurso no entra en juego si se demuestra que el impago obedece a incumplimientos en los acuerdos comerciales que tengan como responsable al proveedor, tales como defectos en la calidad o cantidad de los bienes o servicios comercializados.
Estos condicionantes deben quedar claramente definidos en el contrato que se firme entre empresa cedente de las facturas y entidad de factoring. En este caso, los datos de la AEF, referidos únicamente al factoring nacional o doméstico, muestran una mayor proporción de la modalidad sin recurso, la cual representa el 71 por ciento del volumen total (46.861 millones de euros), mientras que el factoring con recurso se limita al 29 por ciento restante (19.130 millones).