No hace falta ser muy observador para darse cuenta de la proliferación de negocios de la comunidad china en España. Empezaron con las tiendas «todo a cien» y los restaurantes, pero hoy día se dedican a todo tipo de comercios, desde la moda hasta Internet. Esto es algo reciente en España, pero está sucediendo en otros países desde hace años y está empezando a pasar en África.
Algo similar sucede con los indios, aunque más en el ámbito B2B, es decir, los negocios entre empresas. En Bubok, siempre que vamos a una feria, los indios son los únicos que nos llaman previamente al congreso para fijar entrevistas y presentarnos sus productos o servicios. Otro ejemplo es una de las organizaciones de emprendedores internacionales a las que pertenezco, The Entrepreneurs’ Organization, que está experimentando su mayor crecimiento precisamente en India. Mientras que en España nos cuesta captar nuevos miembros, allí hay lista de espera y tienen grandes patrocinadores para sus eventos.
Cuando pensamos en el origen de todo ello, uno puede imaginar que se debe a los acuerdos bilaterales que hay con China, que favorecen el establecimiento de sus empresas, o a que son muchos y necesitan salir de su país o que su objetivo es «dominar el mundo». Pero tengo la sensación de que la respuesta es más sencilla: tienen hambre, tanto físico como emocional.
Sinceramente, tengo la sensación de que en la vieja Europa de traseros gordos y acomodados nos hemos quedado sin hambre, sin ganas de evolucionar, crecer, hacer cosas nuevas… El hambre, como bien dice el refrán, agudiza el ingenio. Pero en un continente en el que afortunadamente se han conseguido beneficios sociales que han logrado que el hambre físico prácticamente haya desaparecido, se ha producido un efecto negativo: que perdamos el hambre que hace que las cosas se muevan, que provoca que los emprendedores pierdan sus miedos y creen nuevas empresas. Evidentemente el objetivo de China e India es conseguir mejorar en muchos aspectos y seguramente África será la que en su momento «les coma el pan a ellos», pero creo que podemos aprender mucho de esta situación.
¿Y qué tiene que ver todo esto con mi pyme española sumergida en una situación de crisis? Lo que quería mostrar es la importancia de no perder nunca ese hambre. Si quieres salir adelante y permanecer muchos años en el mercado, no puedes acomodarte, no puedes asumir que porque te va bien ahora te va a ir bien siempre. Innova permanentemente, escucha a las empresas más pequeñas, porque puede que algún día sean más grandes que tú, no pierdas el contacto directo con tus clientes y empleados, aunque seas un «megajefe» y tengas muchos directivos…
Esto lo reflejaba muy bien Steve Jobs, el fundador de Apple, con su frase «stay hungry, stay foolish«. Por ello, quiero finalizar este artículo con unas palabras suyas:
Nota: está en ingles. Si aún no has aprendido inglés, espero que el vídeo te dé el hambre suficiente para aprenderlo, porque lo necesitas para este mundo global.
Imagen @Jonathan Kos-Read distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0