Protege tu ‘ecommerce’ del comprador fraudulento

¿Sabías que el importe medio de una compra online defraudada es de 340 euros, que los móviles son los productos más afectados y que el perfil de estos estafadores se corresponde con el de un hombre o mujer de 36 años? En España más de 16 millones de personas compran en Internet de forma habitual, y entre ellos un pequeño porcentaje trata de hacerse con los bienes por vías poco ortodoxas, la información y la prevención son las mejores herramientas para proteger tu negocio.

 

Identifica al falso comprador

Objetivo para el que te puede ser muy útil la información que acaba de hacer pública Aplazame. Este servicio de financiación instantánea para compras online ha estudiado el comportamiento de esos indeseados clientes, identificando sus pautas y evidenciando que no solo asume riesgos el consumidor durante el proceso de la venta online.

 

Preferencias del comprador fraudulento

No todos los sectores de ecommerce tienen la misma exposición a este riesgo, el ranking arroja la siguiente estadística:

 

Pago con suplantación de identidad

En los pequeños ecommerce en los que no se cuenta con protocolos de seguridad conviene hacer un seguimiento a las ventas para identificar los tiques de compra de importe por encima de la media, ya sea por la cantidad o el número de artículos, y por supuesto, los que tengan una compra repetitiva de un mismo producto.

El robo de identidad con pago mediante una tarjeta de crédito clonada o robada es la práctica más habitual en este tipo de fraudes, según explican los técnicos de la plataforma Shopify. En este supuesto, es el banco quien normalmente informa al ecommerce de que ha habido un cobro indebido a un cliente. La práctica más habitual es que el procedimiento de verificación de la entidad no se detenga a analizar la situación y se proceda a la devolución del importe al particular, con lo que la pérdida del comerciante es doble si ya ha enviado el producto. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de estas compras se utiliza el envío urgente para limitar el tiempo de reacción. Con independencia de que con posterioridad se pueda demostrar la situación real, la estafa es doble al titular de la tarjeta y al negocio, el daño está hecho.

 

Dos pasos para no caer en la trampa

Se trata de una situación de indefensión para el comerciante de la que muy poco se habla, una evidencia que convierte la prevención en la herramienta de protección más útil. Los consejos de Shopify es:

  1. Comprobar las direcciones de facturación y envío. Y cuando no coincida el nombre del pagador y/o la dirección o localidad del envío, verificar. Sabiendo que el regalo online es una práctica en crecimiento, en la mayoría de las ventas ambos datos coinciden por lo que solo habrá que hacer pesquisas en un reducido número de envíos. Y mucho ojo con los pedidos que tienen un apartado de correos como recepción.
  2. Ponerse en contacto con el cliente. Es posible utilizar Internet para hacer la comprobación de identidad del cliente, pero el método más resolutivo es ponerse en contacto con él por otro canal que no sea el correo electrónico. Sin duda va a suponer una carga extra de trabajo, pero minimizar el riesgo es prioritario. Hay que solicitar otro tipo de credencial explicando con tranquilidad que se trata de una consulta para evitar una posible compra fraudulenta. En la mayoría de los casos colaborará de buen grado y si no fuera así, desconfía, paraliza el envío.

 

Levanta un muro de protección

Hecha la Ley, hecha la trampa. Los modelos de actuación fraudulenta varían con rapidez por lo que la empresa debe levantar cortafuegos que minimice el riesgo:

 

Foto: Mediamodifier

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