Ocho emprendedores de Oscar y sus lecciones de empresa

8 emprendedores de Oscar

La ceremonia de los Oscar consigue durante unos días despistar a la monotemática agenda informativa. Seguir el ejemplo puede convertirse en la mejor idea para descubrir qué enseña el cine sobre el también arte de los negocios. Seleccionamos ocho emprendedores de Oscar, para extraer algunas lecciones de cine imprescindibles para la empresa.

El fundador

El primero de estos emprendedores de Oscar no es otro que Ray Kroc, un vendedor de Illinois que, fascinado con el negocio de los hermanos McDonald, se convirtió en el líder de la comida rápida. Michael Keaton es El fundador (John Lee Hancock, 2016) en esta película que muestra los claroscuros de un emprendedor maduro cuyo convencimiento y tesón le impiden rendirse: “La fortuna ayuda a los audaces, es imposible tener un imperio si eres un ratón tímido”, se oye en la película.

Lecciones de cine

La red social

El guion de La red social (David Fincher, 2010) ha recibido más de treinta premios. La aventura que escribe Aaron Sorkin sobre la fundación de Facebook está considerada una obra maestra. En buena medida recoge muchas de las peculiaridades de hacer negocio en el sector de las nuevas tecnologías con el boom de las startups.

La película habla de la importancia del entusiasmo en el emprendedor, también de su necesidad de autosuficiencia en las primeras fases de desarrollo del proyecto, pero igualmente de saber atraer talento y dinero cuando se quiere crecer.

Lecciones de cine

Tucker

Injustamente olvidada, Tucker (1988) es una de las obras más personales del maestro Francis Ford Coppola. Habla del gran poder transformador del emprendedor, que no pone límites a sus sueños. La historia de Preston Tucker, otro de los ocho emprendedores de Oscar que analizamos, se convierte en metáfora de los éxitos y fracasos de un visionario como el creador de la trilogía de El Padrino. Tucker es su protagonista, un emprendedor que desafía a la todopoderosa industria del automóvil con un coche revolucionario de bajo coste y grandes adelantos tecnológicos.

Lección de cine

Una pastelería en Tokio

La más singular de estas ocho películas merece un hueco en este listado, por hablarnos de algo tan importante como disfrutar con el trabajo bien hecho. Así lo demuestra Tokue, la anciana empleada que comparte con el pastelero Sentaro su receta única de dorayaki y consigue que aumenten las ventas.

Lección de cine

El desafío

La entretenida The Walk (Robert Zemeckis, 2015) se basa en un hecho real: el funámbulo francés Philippe Petit se paseó sobre un alambre entre las dos torres del World Trade Center de Nueva York en 1974, antes de ser arrestado por la policía. La película del director de Regreso al futuro cuenta todo el proceso de este famoso artista callejero para conseguir financiar y realizar su performance.

Lección de cine

Ciudadano Kane

Considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos, Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) es también una gran lección sobre el emprendimiento, sobre sus conquistas, sus renuncias personales y sus peligros. Habla sobre la vida de Charles Foster Kane, un magnate de la prensa fascinado por la fortuna, pero también por el poder: “No es difícil hacer dinero cuando es solo hacer dinero lo que se pretende”, dice el señor Bernstein significando a Kane como una persona falta de escrúpulos.

Lección de cine

Glengarry Glen Ross

La despiadada Glengarry Glen Ross (James Foley, 1992), titulada en España Éxito a cualquier precio, ofrece la más dura descripción del mundo de las ventas que conozco. Un grupo de vendedores inmobiliarios (con actores como Al Pacino, Jack Lemmon o Ed Harris) responde ferozmente a la dinámica de la empresa para ver quién es el que más vende. Aunque no narra la experiencia de un emprendedor como tal, esta obra escrita por David Mamet recuerda que cuando el dinero es el único objetivo, el proyecto avanza hacia la autodestrucción.

Lección de cine

La mitad del cielo

Aunque el cine español ha representado mucho mejor el drama del desempleo en cintas como Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa, 2002) o El método (Marcelo Piñeyro, 2005), en este caso en una desesperada lucha por superar un proceso de selección, quería incluir una película española en este listado sobre emprendedores de Oscar.

La elegida es Rosa (una inmensa Ángela Molina) en La mitad del cielo (Manuel Gutiérrez Aragón,1986). El filme relata el ascenso de una ambiciosa pero leal emprendedora, que llega a Madrid desde Cantabria y empieza su ascenso social desde ama de cría al mercado, donde regenta un puesto de casquería, para ser finalmente la exitosa empresaria de un restaurante donde se reúnen políticos e intelectuales.

Lección de cine

Imagen de Jan Alexander en Pixabay.

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