Si la pandemia tuvo un protagonista tecnológico, con el permiso de la ciberseguridad y las videollamadas, este sin duda fue el cloud computing o, en español, la nube.
Después de años oyendo hablar de las bondades del salto a la nube, fueron muchas las que de verdad se decidieron a darlo, especialmente porque con el trabajo a distancia que impuso el estado de alarma no había muchas más opciones para seguir adelante.
La flexibilidad que ofrece la llamada computación en la nube o cloud computing fue su mejor carta de presentación. Y es que la nube permite acceder desde cualquier lugar y en cualquier momento a toda la información o aplicaciones necesarias para trabajar. Para ello, solo es necesario tener conexión a Internet y disponer de un ordenador, tableta o teléfono móvil.
Algo que no solo salvó a las grandes compañías, sino también a muchas pequeñas y medianas empresas o incluso profesionales autónomos que veían, gracias a la nube, cómo podían seguir accediendo desde su casa al listado de proveedores o a su sistema de facturación.
Cloud computing y pymes
Así lo refleja el reciente informe “La Sociedad Digital en España 2020-2021: El año en que todo cambió” editado por Fundación Telefónica, en el que se recoge que casi una tercera parte del tejido productivo español ya utiliza algún tipo de servicio en la nube.
Un dato que también corrobora la consultora IDC, que afirma que una de las principales formas de transformación digital está siendo el cloud computing, tecnología que triplicará su volumen de negocio en 2023 y se espera que la inversión alcance el 80% en 2028.
Pero ¿y la pyme? ¿Es el cloud computing también una de las principales tecnologías a la hora de afrontar su necesaria y obligada transformación digital?
La respuesta, según la mayoría de expertos, no deja lugar a dudas: la pequeña y mediana empresa debe utilizar la nube si quiere aprovechar todas las ventajas de la digitalización.
Grado de implantación de la nube en España
Y lo cierto es que, aunque ya son algunas las que lo han hecho, el camino por recorrer es largo. Concretamente y según los datos del INE, solo el 10,35% de las empresas con menos de 10 empleados cuentan con un servicio de cloud computing. El porcentaje sube al 24,4% en aquellas compañías con entre 10 y 49 trabajadores. Y al 42,5% para las que cuentan con entre 50 y 249 empleados.
Tal vez, por ello mismo, ya todos los grandes proveedores de soluciones cloud miran hacia la pequeña y mediana empresa.
Algunos, incluso, aseguran que con la adopción de la nube las pymes podrían acelerar su crecimiento con un retorno de la inversión superior al 200% en apenas tres años, según un estudio realizado por IDC.
Pública, privada o híbrida, la nube se presenta como una gran habilitadora en la transformación digital de cualquier empresa.
Ahorro de costes
Son muchas las ventajas que tiene pero, si nos centramos en alguna de las necesidades que suelen acompañar a las pymes, vemos cómo el ahorro de costes que la nube ofrece es hoy en día más importante si cabe.
Costes que disminuyen en la adquisición de dispositivos, el pago de licencias o en el espacio necesario para el almacenamiento de datos, por ejemplo. Además, la adopción de cloud computing también “ahorra” en tiempos, permitiendo a las pymes ser mucho más ágiles en sus procesos y, con ello, incrementar su productividad.
Asimismo, el modelo de pago por uso que acompaña a la mayoría de servicios y plataformas cloud permite que la empresa contrate únicamente los servicios que necesita en cada momento, ajustando el gasto a sus necesidades reales, lo que es de gran ayuda para los generalmente limitados recursos económicos de la pyme.
Acceso a la innovación tecnológica
Implementar modelos cloud permite disponer siempre de la última tecnología, sin tener que realizar grandes inversiones para acceder a ella. Al apostar por el cloud, las empresas se aseguran de disfrutar de tecnologías siempre al día, cuyas actualizaciones se realizan de forma automática y sin tener que preocuparse de nada.
Y cómo no, flexibilidad. Como decíamos, si algo puso de manifiesto la pandemia para todos, fue la necesidad de poder seguir trabajando, a pesar de las restricciones de movimiento.
Gracias a la nube, da igual dónde nos encontremos, porque el pequeño empresario o autónomo podrá acceder a toda la información de negocio, a las aplicaciones y datos, desde cualquier lugar.
Como última de las ventajas que ofrece el cloud computing, cabe señalar que reduce la huella de carbono de las empresas, al ahorrar recursos que pasan de estar almacenados en componentes físicos a ser virtuales.
Esto supone un considerable ahorro en consumo de energía, lo que se traduce en importantes beneficios para el medioambiente. La virtualización puede llegar a reducir el consumo de energía y sus niveles de contaminación en más de un 60%.
La información crítica, más protegida
Además de lo anterior, hay soluciones en la nube que permiten tener los datos y la información crítica del negocio protegidos. ¿Cómo? Mediante copias de seguridad automáticas que impiden el acceso de terceros. Además, en caso de que se produjera alguna vulnerabilidad, se puede recuperar y restaurar toda la información rápidamente, en el equipo original o en otro distinto. Todo ello es posible con la solución Cloud Backup de Telefónica, que además cumple con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Sin duda, todo lo anterior hace que cloud computing se presente como una vía clave para la pyme con la que crecer, innovar y ser más ágil. Una tecnología que democratiza la innovación tecnológica, permitiendo a las pequeñas y medianas empresas acceder a soluciones que, de otro modo, sería imposible.
Imagen de Mahdi Soheili en Unsplash