Una de las grandes cuestiones que se abordaron a finales de mayo en el Foro Económico Mundial 2022 fue la tecnología, como elemento multiplicador para resolver múltiples retos simultáneamente. También la transformación digital, como proceso de empoderamiento de la humanidad; y el metaverso, como un potencial de crecimiento que ofrece este ecosistema de la realidad extendida (extended reality, XR), en el que muchas empresas ya están invirtiendo.
Entre las innovaciones estrella de Davos, los expertos compartieron el estado de situación de otras tecnologías emergentes, como blockchain, bitcoin (criptomoneda) o los activos no fungibles, más conocidos por sus siglas del inglés NFT (Non Fungible Tokens). Esta última destacó como herramienta segura y fiable para almacenar información digital, algo clave para desarrollar el metaverso y la Web3 del mañana.
El arte y los NFT
Justo un mes antes, la Casa de Alba daba el salto al mundo de los NFT presentando su primera pieza, basada en los memoriales de Cristóbal Colón a los Reyes Católicos y creada por el artista digital Pedro José Sandoval (valorada en cerca de 15 millones de euros), que también se presentó en Suiza.
Y hace tan solo unos días, la casa de Ansorena sacaba a subasta los primeros NFT de Cristóbal Toral con la acreditación por blockchain de Telefónica Tech.
Los artistas fueron también los primeros en interesarse, desde 2020, por esta nueva herramienta para explorar la tecnología, evitar intermediarios y dependencias de terceros, y adoptar esta nueva forma para comercializar sus creaciones como obras digitales únicas, a través de un nuevo canal más independiente y directo. José Delbo, Filip Custic, Javier Arrés o Mike Winkelmann (Beeple) son algunos de ellos.
Precisamente, con la venta el año pasado de un collage de Beeple en Nueva York, por 57 millones de euros, los NFT pasaron a ser el foco de muchas personas y empresas que anteriormente no se movían en plataformas digitales.
Piezas únicas, auténticas y exclusivas
Los NFT son piezas en cualquier formato digital, acuñadas usando blockchain (tokens criptográficos), que se convierten en un identificador de propiedad único., asociado al monedero/billetera (wallet) de un comprador/propietario que lo adquiere en la red con criptomonedas. Ofrece una certificación de autenticidad de la obra única, irrepetible y exclusiva, que se verifica de manera transparente y evita falsificaciones.
Existen plataformas blockchain para crear NFT, como Ethereum, que es la más utilizada, y marketplaces de NFT como SuperRare, Opensea, Makersplace, Rarible, Known Origin, Foundation, Zora y Sorare, entre otros, en los que los NFT pueden ser comprados, vendidos y revendidos.
Para los creadores se trata de una oportunidad única de entrar en un mercado en igualdad de condiciones con cualquier otra persona o empresa, ya que no ceden la propiedad de su contenido ni a las plataformas sociales ni a intermediarios, y el dinero de sus ventas va directo a sus cuentas.
Otros usos y aplicaciones
Como hemos visto, los NFT han crecido en el mundo del arte (cuadros, esculturas, collages, fotografías, ilustraciones, libros, antigüedades…), las colecciones (objetos de culto para fans…), la moda, e incluso los medios de comunicación (un artículo de ‘The New York Times’, vendido por 478.573 €) y los influencers (vende su amor por más de 214.000 €).
Pero también hay otros ejemplos. Alex Altman, CEO de Seal Storage Technology, una empresa proveedora de almacenamiento descentralizado en la nube, enfocada a la web3, afirmó en Davos que “no hay absolutamente ninguna razón por la que la escritura de una casa no pueda ser un activo digital único, siempre que ese activo se cree y almacene de la manera correcta, ya que un NFT es puramente único y ese activo también se puede transferir con mucha facilidad”.
Como objetos digitales de colección, los NFT pueden aplicarse a inversión de joyas, objetos de lujo, videojuegos… De hecho, marcas internacionales como Atari, Christie’s, Zynga, Breitling o Nike muestran un creciente interés por la aplicación de esta tecnología en sus productos.
NFT en las pymes y micropymes
Más allá de los descritos, los usos de los NFT también pueden derivarse hacia cuestiones cercanas a empresas más pequeñas o a autónomos. Básicamente, hacia cualquier cosa que sea única y que necesite un comprobante de propiedad, como los dominios de Internet, terrenos certificados, producto de tirada limitada, trabajos académicos o publicaciones, un objeto dentro de un videojuego, una entrada o cupón para acceder a un evento, facturas y documentos legales, títulos de propiedad de un negocio, una casa o un coche, membresías, etc.
Podremos aplicar NFT en los ámbitos de la publicidad, el marketing y la creación de contenidos (medios, cine, arte…), no solo para generar esos contenidos, sino también para crear y fidelizar a nuestras audiencias.
También en las áreas de Recursos Humanos, para incentivar a los empleados, con bonos de reconocimiento, como hizo con sus profesores la empresa de enseñanza de idiomas Preply, en su informe de 2021.
NFT y DeFi
En este baile de siglas que aún se está explorando, en un próximo futuro, los NFT entrarían como garantía del pago de un préstamo en las aplicaciones de finanzas descentralizadas (Decentralized Finance -DeFi-), que también se podría aplicar al sector financiero para pagos fraccionados.
De la misma forma, un NFT también se puede crear en fracciones, por lo que esto da la posibilidad de que inversores y fans puedan ser dueños de una parte de un NFT.
Sin embargo, aún quedan escollos para que esta tecnología llegue a un público general. En este sentido, Stephan Holzer, CEO de Veritic, argumentó en Davos que “la pieza que falta para lograr la adopción generalizada” es simplificar el acceso a los NFT, ofrecer una interfaz más intuitiva, conseguir la acuñación en entornos más seguros y la custodia de los NFT. Más allá de otros riesgos como la especulación, fraudes y caídas de valores que también suceden en el mundo físico.
Sin duda, los NFT abren un campo infinito de posibilidades en el nuevo Internet que se está construyendo y son considerados uno de los elementos clave de la Web3. Porque, como dijo en Suiza Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: “Nuestro futuro es digital. Si no formas parte de él, estás fuera”.
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