Negocios con el extranjero y barreras de entrada

Nunca en la historia económica reciente de nuestro país ha sido tan sencillo realizar negocios con otros países como ahora. El ámbito europeo es, a grandes rasgos, prácticamente un mercado local con más de 300 millones de consumidores potenciales, y la extensión de la oferta de las empresas de logística ha hecho que el mundo sea ahora un lugar mucho más pequeño, y que los costes de transporte sean mucho más baratos que hace unos años.

La cantidad de herramientas disponibles para romper las barreras de idioma, en cuanto a medios informáticos y la versatilidad de los medios de pago para garantizar la seguridad de las transacciones, ha hecho que actualmente las empresas podamos acercarnos a bajo coste a nuevos mercados, mucho más distantes.

En paralelo, se reducen las barreras de entrada de nuevos competidores, algo que no parecía muy importante hasta hace poco, pero que en tiempos de crisis adquiere mucha relevancia.

Existen traductores online, como Google Translate, y algunos integrados de serie en los navegadores de Internet como Chrome o Firefox, que ya emplean más del 50% de los usuarios de Internet en el mundo. Incluso hay empresas que realizan traducción simultánea de llamadas incorporando a tres bandas a un traductor de casi cualquier idioma por un pago por uso, sitios web multi-idioma.  Incluso se comenta desde hace tiempo que Google está trabajando en un sistema de traducción de voz en tiempo real de forma automática, que revolucionará la forma en que nos relacionamos.

En general la apertura de fronteras y la cada vez mayor movilidad internacional de las personas facilita que no resulte raro ya comprar casi cualquier cosa en cualquier lugar de la Unión Europea (UE), o incluso importar desde la esquina más alejada del planeta productos o servicios.

Hasta hace muy poco los negocios nacían con voluntad de crecimiento local o nacional, pero cada vez más la visión que se refleja en los planes de negocio es multinacional. Es razonable pensar que, como mínimo, el mercado objetivo de casi cualquier negocio que comience hoy en España es el ámbito de la UE. Pero los competidores y los proveedores se empeñan en demostrar cada día que el ámbito muy pronto será global.

No debemos quejarnos de la «invasión» de nuestros competidores mientras aceptamos encantados que nuestros proveedores vengan de cualquier rincón del planeta. Es ahora cuando hay que aprovechar la oportunidad y pensar en global. Las comunicaciones y las herramientas de Tecnologías de la Información (TI) permiten que los negocios estén abiertos todo el día mediante webs y plataformas de comercio online y que la imagen que mostramos al mundo sea homogénea en múltiples idiomas y franjas horarias.

En un momento en el que el mercado local tiene serios problemas en cuanto a crecimiento, una solución para las empresas pequeñas y medianas podría ser desembarcar -apoyados en las TI- en mercados más lejanos y gestionar pagos por adelantado a cambio de unos márgenes más ajustados, a la vez que comienzan a competir con todos los demás agentes que se han ido adelantando a nuestra expansión internacional como empresa y como país.

Hay muchos casos de empresas británicas y alemanas que ya venden sus productos en España a través de negocios online, animadas por el diferencial de coste de la publicidad en Internet en España (mucho más barato que en otros países), apoyado en las economías de escala de su logística y la generalización de herramientas de traducción online.

Cada vez más, habrá que estar atentos a la aparición de negocios de nicho que podemos exportar a otros países, generando grandes oportunidades de crecimiento, y sobre todo nuevos modelos de negocio, gestionando desde aquí el know how y captando los recursos necesarios allí donde estén disponibles.

Es muy conocido en los últimos meses el caso de una pequeña start-up, www.sindelantal.com, que va a gestionar desde España sus pedidos nacionales y de México, dentro de un ambicioso plan de internacionalización apoyándose en tecnologías Cloud y M2M, dentro de un proyecto impensable (por coste) hace sólo unos pocos años.

El proceso es imparable. Igual que la globalización de los factores de producción se asume con naturalidad, muy pronto veremos cómo prácticamente todos los grandes agentes potencian sus mercados online para atender sus demandas allí donde se generen.

Este es, por ejemplo, el caso de J.G. Professional Tools, una pyme en la que participo con Javier Gómez (ver artículo de Enrique Dans), ubicada en Sada, una localidad de 14.000 habitantes en La Coruña, con la que hemos conseguido en poco más de dos años atender a más de 2.000 clientes, y ahora comenzamos un goteo cada vez más frecuente de ventas en el exterior que nos ha llevado a clientes en Europa, África y Latinoamérica. Son cifras modestas, pero importantes por la experiencia que nos van aportando.

No es una solución esperar a que la crisis pase, habrá que salir a buscar los clientes allí donde estén. Nuestros competidores de mañana lo están haciendo desde hace tiempo. Lo que parece claro es que no podemos esperar crecimientos empresariales de dos dígitos en un mercado local estancado, pero arañando mercado fuera de nuestro público objetivo tradicional, existen oportunidades de negocio enormes.

 

Foto @fdecomite, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.

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