Negocios adaptados a la escalabilidad de Internet

En España estamos en una crisis que, por sus causas y su duración, va a marcar a toda una generación de emprendedores.

Montar un negocio en estos tiempos implica tener muy claros los conceptos de eficiencia y rendimiento, así como elegir cuidadosamente los recursos y herramientas a las que recurrir.

El medio hace al negocio

Los proyectos que nacen directamente en el entorno de Internet, llevan de manera implícita ciertos conceptos asumidos que son propios del medio. Un proyecto que se basa en una plataforma web o servicio online, va a dimensionar su necesidad de servidores y el software que se ha de utilizar de la forma más coherente posible con las ventajas que la propia Internet proporciona.

Así, es muy raro que un proyecto o negocio online que se esté lanzando actualmente no se plantee la utilización de la tecnología Cloud, del SaaS (Software as a Service) y de las Redes Sociales.

Las empresas que están naciendo de la propia crisis, son negocios que, desde su concepción original, se distinguen por su austeridad en lo secundario y por su excelencia en el producto o servicio, utilizando herramientas que multipliquen la productividad y recurriendo a servicios de difusión, marketing y ventas de un coste muy bajo en comparación con los modelos anteriores.

Un empresario que utiliza «la nube» para desplegar su producto confiesa: “no me preocupa nada el coste que me supone este recurso en mi negocio; representa una cantidad irrisoria comparada con el beneficio que obtengo de su utilización para mi producto”. Esta observación difiere completamente si nos vamos a un negocio offline que necesite un espacio físico donde comercializar el producto y cuyo coste suele ser un pesado lastre para la empresa.

Adaptarse o morir

La infraestructura de un negocio tradicional o que haya conocido tiempos mejores de antes de la crisis, necesita, para sobrevivir a ésta, una adaptación a un modelo más ajustado de costes, y de mayor productividad en sus empleados y procesos. Esta adaptación es dificil y dolorosa, y exige tomar decisiones que no siempre resultan en el saneamiento del modelo que se hubiese deseado.

Un negocio basado en trabajadores distribuidos en un edificio de oficinas, con un horario fijo y una estructura vertical, está en clara desventaja con un negocio cuyos trabajadores pueden recurrir al teletrabajo, con un horario flexible y adaptado a objetivos, con herramientas de trabajo colaborativas donde la información y la documentación se encuentra deslocalizada y accesible para todo el equipo, y una estructura lo más horizontal posible.

La crisis está contribuyendo a que se le pierda el miedo a este modelo, pues si un negocio que empieza ahora quiere tener una cierta esperanza de vida, no le queda más remedio que aprovechar al máximo las ventajas y recursos disponibles en Internet.

El marketing online y el social media marketing concretamente, ofrecen unas posibilidades verdaderamente interesantes para cualquier negocio. Así, un buen número de empresarios asegura que apuestan por el marketing en las redes sociales, porque el coste que les supone es tan bajo que merece la pena aunque sólo les proporcionara imagen. Y a la hora de la verdad, los negocios que saben localizar adecuadamente las redes sociales donde se encuentra su público objetivo y desarrollan adecuadamente su estrategia en ellas, reconocen que una parte importante de su facturación se debe a clientes que llegan por esa vía. Por poner ejemplos, una empresa que se dedica al servicio de streaming para eventos recibe un 80% de sus clientes efectivos por las redes sociales (y concretamente Twitter); por otro lado, un hotel con encanto situado en Gredos afirma que el 30% de sus reservas vienen a través de las redes sociales.

Por lo tanto, tu negocio puede beneficiarse de una serie de servicios adaptados a un presupuesto modesto pero con un alcance y rendimiento adecuados para que el negocio se desarrolle y crezca.

Escalabilidad

Lógicamente, la crisis no va a durar para siempre. Lo esperanzador y grandioso de esta crisis es que su duración está favoreciendo que este modelo de eficiencia arraigue con fuerza en las nuevas empresas, y esto va a traer interesantes consecuencias.

Cuando la recuperación económica alcance al entramado empresarial de las pymes, éstas podrán aumentar sus presupuestos, podrán iniciar planes de crecimiento y expansión, de un mayor desarrollo y con nuevas proyecciones.

En un modelo de negocio anterior, esto implica, en la mayoría de los casos, elegir entre dos opciones: una renovación profunda para adaptarse a esa nueva dimensión, en la que hay que pasar por un proceso de cambio de infraestructura, de esquemas, e incluso de procesos; o un modelo de crecimiento condicionado a las limitaciones de la infraestructura anterior, lento y con una gran inercia en los procesos que van a resultar.

Pero los modelos adaptados a la escalabilidad de Internet se benefician de fases de crecimiento mucho más fluidas, y con cambios en infraestructura que no interrumpen la actividad y el negocio. Las herramientas y la estructura de funcionamiento son perfectamente escalables, y permiten el aumento de nodos y usuarios, así como de los niveles, con agilidad.

Al mismo tiempo, si el producto que diseñaron ya llevaba implícito el carácter escalable, podrán lanzarse a campañas ambiciosas sin temor a no poder cubrir la demanda que se genere.

Toda crisis implica un cambio, en la sociedad y en el tejido empresarial. El papel que Internet está jugando en esta crisis es, sin lugar a dudas, el de la escalabilidad, y toda concepción de negocio que vaya en armonía con esto tiene una buena perspectiva de futuro.

Foto: © JulyYu, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.

Exit mobile version