Ayer en Madrid se rindió homenaje a las pymes españolas. El evento, Homenaje Pymes, que se celebró en Ifema, contó con la participación de destacados expertos en el mundo de los negocios.
Uno de ellos fue Manuel Pimentel, empresario y ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, que habló sobre el momento histórico en el que se encuentra España. Mencionó a Chesterton cuando dijo que “la historia es muy aburrida y solo en las grandes crisis se vuelve interesante, pero que Dios nos libre de vivir uno de esos momentos interesantes”.
«Nos hallamos en uno de esos periodos que citaba Chesterton, afirmó Pimentel. Muchas empresas y sociedades van a morir, otras se adaptarán, nacerán o prosperarán. Lo que hay que tener claro es dónde queremos estar”.
Una empresa es una organización, un ser vivo en un ecosistema que muta. Y la teoría de la evolución es aplicable a los negocios: no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta. Quien no se adapta, muere.
«Si queremos salir adelante –señaló- no podemos realizar una adaptación pasiva, sino activa, lo que significa no solo hacer, sino también elegir y decidir. Nos han enseñado que con esfuerzo y trabajo se llega a todas partes, pero no es cierto. El trabajo siempre es necesario, pero no suficiente para tener éxito. Hay que tomar decisiones».
Una vez que se sigue un camino, volver atrás, enmendar el error es muy difícil. Durante años nos preparan para hacer, para ejecutar, pero tenemos poca formación para elegir. En este sentido, la inteligencia es primordial, porque nos ayuda a optar por una cosa u otra. Y aquí también entra en juego la inteligencia emocional, de la que tanto ha hablado el psicólogo estadounidense Goleman. En sus estudios ha verificado que personas con un coeficiente intelectual (CI) alto no habían triunfado en la vida, y que algunas personas con un CI bajo habían conseguido el éxito e incluso algunos de ellos habían llegado a ministro, bromeó.
Estos momentos son claramente de inteligencia, de elegir por dónde queremos ir y en función de ello nuestras empresas y nosotros mismos nos convertiremos en uno de estos tres prototipos:
- Zombies: muertos vivientes, sin pasiones, sin norte, solo atienden sus necesidades diarias, van donde va todo el mundo. El 65% de las empresas lo son.
- Turistas: lo que más les gusta es hacerse fotos y a la vuelta de sus viajes, enseñarlas. Se dejan llevar por las modas, solo lucen a corto plazo… Aquí está el 30% de las empresas.
- Caminantes: solo un 5% de las empresas lo son. Tienen metas, jornadas duras (la felicidad no está en la meta, subrayó Pimentel, sino en las pequeñas cosas de la vida), saben que tienen que ir eligiendo día a día.
Junto a la inteligencia, es primordial también la actitud: “Si pensamos que nos va a ir mal, nos irá mal. Si pensamos que tenemos una oportunidad, lucharemos por ella, y tendremos una posibilidad de conseguir lo que nos propongamos”.
Para concluir dijo que una empresa debe ser un caminante, no un zombie ni un turista. Debe tener metas y fijar estrategias para lograrlas. No son tiempos fáciles, pero por ello son hermosos. Y… “a meta alcanzada, ya sabéis: nueva meta”.