* Colaboración especial de José Aimer Suárez, Business Development Manager – Big Data & AI Business de Luca
Quién se podría imaginar que el COVID-19 se convertiría en el factor que impulsaría la adopción de la transformación digital, y resultó ser su mejor sponsor sin pedir aprobación de ninguna junta directiva.
Solo aquellas compañías con nichos digitales más experimentados han visto con menor preocupación el impacto y en algunas hasta los ha beneficiado, basta con ver el incremento de domicilios y domiciliarios entre marzo y junio de este año.
Durante los últimos cinco años se han acuñado términos como digitalización, agilidad, y la transformación del negocio en búsqueda de renovar o mantener las compañías a la vanguardia, y así mantener un valor diferencial que los clientes reconozcan y que generen preferencia en el momento de la compra.
La pandemia del COVID-19 golpea fuertemente a todos los sectores económicos, pero claramente está afectando más a aquellos que centran su negocio en la presencia física (persona a persona), como su único medio para el desarrollo, y es aquí donde aquellas compañías que ya iniciaron su proceso de transformación digital han podido hacer la diferencia, ofreciendo sus productos o servicios, optimizando sus canales de atención y hasta generando productos nuevos que no estaban en su road map de trabajo.
La transformación digital es -ante todo- cambio, una nueva manera de hacer las cosas, que enmarca lo tecnológico, las personas, y el negocio; sin silos de información y en función de un único objetivo: mejorar la experiencia de usuario.
Estos avances se hacen más eficientes cuando se incluyen corporativamente elementos como la agilidad, generando nuevos productos y permitiendo a las organizaciones tomar de decisiones inteligentes a partir de los datos.
El momento de transformarse es ahora
Si bien es cierto que el mundo atraviesa una época de crisis, la aceptación de la nueva normalidad es creciente, también es cierto que lo sucedido demostró que es posible realizar teletrabajo, darle continuidad al negocio y mantener los procesos core de la compañía, apoyados en tecnología y en el compromiso de los colaboradores.
Esta nueva normalidad debe ser utilizada por los líderes para rediseñar el plan de transformación digital de sus organizaciones, incrementar los niveles de madurez y volcar el pensamiento organizacional hacia los datos, como un activo que genera valor y con el cual se elabora de ahora en adelante, el plan estratégico.
Pasada la pandemia, habrá un nuevo panorama económico y nuevos hábitos para adquirir productos y servicios, por lo cual se hace indispensable que las organizaciones se preparen, se fortalezcan y generen diferenciadores de la mano de la tecnología, la innovación y por supuesto de aliados estratégicos, que contribuyan con su experiencia en la implementación de un plan estratégico de transformación digital.