La industria digital en España está “mejor de lo que pensamos, pero peor de lo que debería”. Pedro Mier, presidente de AMETIC, asegura que tenemos unos excelentes profesionales y unas muy buenas empresas, aunque señala un potencial extraordinario de crecimiento y desarrollo.
En este sentido, el gobierno planea destinar el 33% de los fondos europeos que España recibirá para su reconstrucción social y económica tras la pandemia, a la transformación digital.
Sin embargo, el presidente de la patronal del sector advierte de que “el dinero solo no asegura el éxito y del enorme riesgo de dispersar los esfuerzos en iniciativas inconexas y desalineadas”.
La oportunidad es única. Y para aprovecharla al máximo, AMETIC -desde donde su presidente pretende fortalecer el tejido empresarial de la industria digital para crear empleo estable y de calidad, y contribuir a la modernización de España– propone una Agencia para la Recuperación, en aras de pilotar y dirigir las acciones en la dirección adecuada.
Pedro Mier remarca que “la industria digital debe crecer con tecnologías del siglo XXI”, para provocar un efecto tractor sobre el resto de la economía.
¿Cómo ha impactado el virus en la industria digital española?
Lógicamente, nuestra industria ha reaccionado mucho mejor que otras. Las empresas han continuado creciendo y contratando, lo que es un buen síntoma. En caso contrario, habría sido muy preocupante.
La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del ecosistema digital, empezando por la conectividad y siguiendo por todas las aplicaciones que permiten la continuidad de la actividad.
Pero hay mucho que mejorar para situar a España en el lugar que le corresponde. Mientras que en conectividad de la Administración sacamos muy buenas notas comparativamente con otros países, en el desarrollo de la digitalización del tejido productivo estamos muy por debajo.
¿Por qué?
Hay varias causas. La innovación es fundamental para la competitividad, y debemos incrementar el esfuerzo en I+D para situarnos en la media de la UE, donde invierten el doble.
En realidad, tenemos que pasar de ser un país usuario de tecnologías digitales a ser un proveedor de soluciones tecnológicas. Y podemos hacerlo.
Para ello, hay que mejorar la regulación, facilitar las contrataciones de personal desde fuera del país, superar las limitaciones legales, eliminar los incentivos fiscales perversos… Hay que volcar todo el esfuerzo en conseguir que esta industria crezca. Porque así crecerá el resto de la economía.
¿Qué importancia tiene esta industria para salir de la crisis?
Es esencial. En Europa, en general, y particularmente en España; la participación de la industria en el PIB es muy inferior a lo que debería.
Eso se nota en cuanto llega una crisis. Por eso, necesitamos que la industria crezca con tecnologías del siglo XXI. Es decir, con inteligencia artificial, robotización, Big Data…
¿Está haciendo España los deberes?
La apuesta del Plan que ha presentado España es correcta. El 33% de los fondos europeos se destinarán a la digitalización, cuando la UE pide que sea un 20% como mínimo.
No obstante, lo importante es que los fondos se usen adecuadamente. Para ello, desde AMETIC hemos propuesto acciones estratégicas de país para tirar del ecosistema y lograr esa mayor fortaleza industrial. Nuestras propuestas están incluidas en el Plan del Gobierno y creemos que serán muy útiles para lograr el cambio.
¿Por qué piden una Agencia para la Recuperación?
Los grandes objetivos se han planteado bien y las dotaciones presupuestarias son suficientes. Pero la clave está en cómo se actúe.
La UE y España pretenden que el 70% de los fondos se pongan en marcha en tres años. Por ello, necesitamos un cambio en la legislación para ser más ágiles.
Asimismo, los fondos deben gestionarse correctamente, lo que requiere un enfoque empresarial.
Nosotros proponemos que en los proyectos tractores haya una acción estratégica coordinada por una agencia o una oficina compuesta por un grupo ligero pero muy competente, proveniente tanto del sector público como del privado, que de alguna manera asegure la canalización o el enfoque de las acciones en esas grandes direcciones.
¿Cómo cree que evolucionará la industria digital en el medio-largo plazo?
Según lo bien que seamos capaces de hacerlo. El dinero solo no asegura el éxito. Es una condición necesaria, pero no te garantiza el resultado deseado. Hay que invertir con inteligencia. Por eso es tan importante la gestión de los fondos.
La oportunidad que se nos presenta es magnífica. Si somos capaces de enfocarlos bien desde el principio, conseguiremos el resultado. Pero hay un riesgo enorme de dispersar los esfuerzos en mil iniciativas inconexas y desalineadas.
¿Existen muchas diferencias entre la digitalización de las pymes y de las grandes empresas?
Digitalizar, hay que digitalizarlo todo. De hecho, las personas ya lo estamos, en la medida en que somos usuarios de smartphones, tablets… Usamos aplicaciones continuamente, muchas de las cuales hace unos años estaban restringidas a determinadas compañías.
Hoy en día estas aplicaciones son accesibles para cualquier empresa, independientemente de su tamaño.
Pero hay un aspecto de la digitalización que se olvida: el proceso mental previo. Hay que entenderlo. Y eso requiere que los directivos comprendan lo que la digitalización puede y debe aportar a su negocio. De ahí que la formación juegue un papel tan decisivo: desde la alfabetización digital de las personas menos cualificadas hasta la de los máximos responsables.