¿Hay algún peligro acechando en ‘la nube’?

Hasta hace poco tiempo, decir a alguien que estaba en las nubes era lo mismo que decirle que estaba en Babia o despistado. Sin embargo, decir hoy que una empresa está en ‘la nube’ es sinónimo de modernidad, de progreso y de buena gestión.

A veces ocurre que en nuestro léxico se cuelan expresiones que a base de repetirlas nos hacen pensar que todos sabemos de qué estamos hablando, cuando no siempre es así. Si hablamos de «la nube”, o de su expresión en inglés cloud computing, nos estamos refiriendo a una serie de servicios disponibles para las empresas, a través del uso de Internet. Esta idea de cambiar el concepto de producto por el de servicio supone un ahorro de costes en hardware, licencias, mantenimientos y renovación de equipos que hace que el cloud computing sea muy atractivo para cualquier empresa de cualquier tamaño.

A día de hoy, es más que probable que una pyme ya haya oído hablar en algún momento de este concepto y que tenga una idea más o menos clara de qué significa y de las ventajas que ofrece. Sin embargo, a las pymes españolas aún les cuesta dar el salto a la nube. Según el informe ePyme de 2013 elaborado por Fundetec, el uso del cloud computing alcanza una penetración media de 19,8% entre las empresas españolas de más de 10 empleados, y de un 12,2% entre las microempresas. Es evidente que la nube está todavía lejos de ser una realidad palpable en la empresa española, y a pesar de sus ventajas, los empresarios se muestran reacios a su uso, principalmente por su reticencia a alojar sus datos corporativos en servidores de los que no tienen control.

Por tanto, las preguntas que se hace un empresario suelen ser del tipo: ¿Puedo fiarme de los servicios en la nube, de que no perderé mis datos o de que un tercero no podrá acceder a ellos? ¿Debo tomar alguna precaución antes de contratar servicios como el backup o el respaldo en la nube?

La respuesta es que la tecnología actual ofrece un grado de seguridad en los servicios cloud tan alto o mayor que el que tenemos cuando alojamos nuestros datos en nuestros propios servidores, que a fin de cuentas no están exentos de poder sufrir en algún momento un ataque informático externo o algún tipo de desastre como incendios, inundaciones, etc. Así que la clave está en elegir con cuidado quien será el proveedor del servicio cloud que se vaya a contratar, para lo cual, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

En resumidas cuentas, una empresa, sea cual sea su tamaño, no tiene que tener ningún miedo a iniciar su viaje a «la nube» y aprovecharse de los evidentes beneficios que ello conlleva. Simplemente se trata de elegir al compañero de viaje adecuado.

Foto: morguefile

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