¿Es posible innovar en un sector tan competitivo y digitalizado como el del turismo? Las hermanas Ana y Estefanía Olmos están convencidas de que sí, pero además lo están demostrando con Fabulist Travel, un portal de servicios turísticos especializado en el viaje familiar con niños.
“Se trata de viajes centrados más en la experiencia que en el destino, porque el cliente está ya muy viajado”, asegura Ana Olmos, socia y fundadora de Fabulist Travel. “El viajero quiere experimentar en el destino elegido con lo que más le motiva, por ejemplo, descubriendo Londres con la ruta de Harry Potter, o visitando la Selva Negra con una parada en el parque temático más grande de Europa”.
Y sobre estos principios, más de un millar de familias han experimentado con sus propuestas generando un negocio de 2,3 millones de euros desde su nacimiento a finales de 2016.
La empresa entra ahora en una fase definitiva de consolidación. Para ello en estos días culmina su segunda ronda de financiación en la que espera captar 350.000 euros entre los inversores institucionales y una operación de crowdfunding con la plataforma The Crowd Angel.
“El objetivo es acelerar el crecimiento con un plan de internacionalización que arrancaremos en Europa, y con la apertura de nuevos canales de comercialización”, manifiesta.
Pero para entender cómo se llegó a este punto, es preciso identificar las tres patas sobre las que se asienta este proyecto: sus creadoras, el diseño de producto y el uso de la tecnología.
Fundadoras: ingenieras con impulso emprendedor
Ana resume su periplo profesional y personal de un modo rotundo: “Entre las dos hemos dado vida a cuatro niños y a un negocio”, para a continuación reír con un derroche de energía del que hará gala durante toda la entrevista.
Energía que a buen seguro fue de gran utilidad a estas hermanas murcianas durante sus estudios de ingeniería de Telecomunicaciones y unas experiencias laborales muy relacionadas con el emprendimiento con base tecnológica.
Ana ha estudiado modelos de negocio en la Universidad Politécnica de Madrid, y Estefanía desde una empresa privada especializada en la expansión en mercados europeos.
“Además las dos tenemos un gran componente emprendedor”, continúa Ana, “un día te das cuenta de que hay una necesidad desatendida en el mercado, y como estás acostumbrada a hacer números, ves que hay un nicho de mercado y que lo puedes cubrir con la solución que has pensado”.
Oferta: producto por dentro, experiencia por fuera
A priori no parece fácil aportar a un sector pionero en la digitalización como el turístico, aunque todo depende del análisis del que se parta. “Estamos en la siguiente revolución de Internet, que no es la de listar producto, sino la de aportar conocimiento al usuario”.
En su opinión, los agregadores de servicios turísticos que ofrecen una interminable oferta de vuelos, alojamientos, restaurantes o experiencias con los que montar el viaje están superados.
“La segunda revolución es más emocionante. Va de dar a cada usuario el viaje que mejor le encaja, teniendo en cuenta que cada destino contiene mil viajes distintos en función de la personalidad, el momento vital o las aficiones de quien lo visita. Estamos en la revolución de la personalización, de la experiencia y de las emociones”.
Y es así como han diseñado hasta 42 programas que incluyen alojamiento y transporte, entradas a parques o espectáculos, guías turísticos…
“Nuestro reto es que esos productos sean vistos por nuestros clientes como experiencias”. Y con ese objetivo la oferta se redondea con ‘cajas regalo’ para los niños con un contenido relacionado con la temática del viaje, o el llamado «Plan Fabuloso», una guía personalizada para disfrutar del destino teniendo en cuenta la edad de los niños, la fecha o la ubicación del alojamiento”.
Un equipo de diez personas somete a una continua evolución todos los productos. “La clave está en escuchar, medir y testear rápidamente, algo que nos gusta mucho. Y es así como estas experiencias están siempre adaptándose a las necesidades reales del viajero”.
Tecnología: automatización y escalabilidad
Pero en Fabulist Travel se diseñan experiencias de alta demanda, por eso la personalización del producto debe ser compatible con la automatización de la oferta.
De este modo, mientras que el cliente tiene la sensación de interactuar con un asesor de viajes que sugiere visitas o experiencias, el sistema se activa con la sencillez de sus clics.
Es así como llegamos a la tercera pata de la propuesta de esta startup, su capa tecnológica de desarrollo propio: “Trabajamos duro para que nuestros viajes, personalizados y complejos, sean cada vez más automáticos. Para lograrlo, la inteligencia del sistema aprende del conocimiento que tenemos en el equipo y también de nuestra comunidad de padres y madres”.
Este fuerte componente tecnológico permite crecer a la empresa sin renunciar a su vocación de personalización y flexibilidad. Y es este último punto el que Ana Olmos esgrime como verdadera ventaja competencial.
“Estamos en un mercado donde más del 80% de las ventas de las OTA (Online Travel Agencies) viene de productos simples como vuelos o noches de hotel. Un mercado donde son las agencias de viajes físicas las que se centran en el paquete vacacional complejo. Y Fabulist Travel tiene la tecnología para liderar ese espacio, ofreciendo a través de Internet el paquete vacacional complejo con motor de reservas, flexibilidad y personalización, con compra automática y sin necesidad de interacción humana”.