Emprender no tiene edad. Es cierto que, en nuestra sociedad, la imagen del emprendedor suele asociarse a los jóvenes, dispuestos a comerse el mundo, con energía y ganas de iniciar un proyecto.
Pero la realidad es que para emprender no importan las canas ni la fecha de nacimiento.
El Mapa del Emprendimiento, que elabora South Summit, con una muestra de más de 1.700 startups, refleja que un tercio de los proyectos emprendedores españoles tiene al menos una persona sénior (mayor de 45 años) en su equipo fundador.
Además, los profesionales con experiencia que se animan a fundar una empresa cada vez son más en España: de ser un 10% del total de los fundadores en 2014 han pasado a suponer más del 20% en 2019, según la última edición del estudio.
Otro informe, esta vez el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), también muestra cómo el 31% de las iniciativas emprendedoras consolidadas son impulsadas por personas entre los 55 y los 64 años; y el 39%, por perfiles que oscilan entre los 45 y los 54 años.
¿Qué lleva a emprender una vez cumplidos los 50?
“Hay dos razones importantes que han desencadenado el aumento del emprendimiento sénior. La primera es la mejora de la calidad de vida y el aumento de la longevidad; la segunda, el edadismo o discriminación por edad, que está provocando la salida de las empresas de numerosas personas mayores de 50 años”, explica Ana Margarito, CEO de 60ymucho+.
Esa segunda razón tiene que ver, por tanto, con el aumento del desempleo y la dificultad para encontrar un nuevo trabajo por cuenta ajena cuando se han cumplido los 50 (solo lo consigue el 1%).
No obstante, estos emprendedores sénior son cada vez más importantes en las economías de todo el mundo, y en España podrían serlo aún más, debido al envejecimiento de la población.
La pasión por crear o por seguir aportando a la sociedad es otra de las razones que llevan al emprendimiento.
Los datos del Informe anual GEM, referido a España, muestran que el emprendedor cada vez retrasa más la edad para lanzar sus negocios. La media ya ha sobrepasado los 40 años; concretamente, el 30,2% de la población que pone en marcha un negocio tiene una edad de entre 35 y 44 años. Por otro lado, 49 años y medio es la edad de los emprendedores ya consolidados.
Edad ideal para emprender: 50 años
Un informe reciente del Instituto Tecnológico de Massachusetts revela que la edad ideal para emprender está en los 50 años, debido a que la ratio de éxito a partir de esa edad es muy superior a la media, apunta Fernando Lallana, escritor, especialista en RRHH y emprendimiento y director de los Premios +50 Emprende.
En cuanto a qué mueve a crear un negocio a un emprendedor sénior, podrían aplicarse las motivaciones mencionadas en el informe GEM, y añadir que “una persona de mayor edad está más abierta a las motivaciones intrínsecas que a las extrínsecas asociadas a la recompensa material o al reconocimiento; y cuenta con un sentido del legado que le aproxima a emprendimientos con ideas que responden a necesidades reales”, añade Lallana.
Estos argumentos los comparte y amplía Gloria Juste, directora de proyectos de Fundación Endesa: “La experiencia, así como los conocimientos acumulados con el paso del tiempo, además de la habilidad de saber identificar y explotar oportunidades de negocio, caracterizan el perfil de emprendedor sénior».
Entre las motivaciones que les llevan a emprender destaca no tanto la búsqueda del próximo proyecto “unicornio”, sino más bien convertirlo en su medio de trabajo y de vida.
La experiencia como ventaja
Algunas de las características de este segmento de la población, que favorecen el éxito en las iniciativas emprendedoras, son el conocimiento, la experiencia y los contactos adquiridos durante una extensa vida laboral.
“Los contactos son muy importantes a la hora de poner en marcha un proyecto, ya que al principio necesitas aliados, y ellos pueden ser tus primeros clientes, socios o proveedores. También el poder de adaptación y el compromiso es mayor que en los jóvenes, no porque sean mejores, sino por su experiencia profesional”, señala Ana Margarito.
“Todo esto no significa que no haya jóvenes con muy buenas ideas y éxito en sus emprendimientos, todo lo contario. En 60ymucho+ consideramos que la simbiosis entre las dos generaciones es importantísima y muy necesaria para obtener el éxito, además de para acercar a los dos sectores y recuperar muchos de los valores de nuestra sociedad”, aclara.
Fortalezas de los emprendedores sénior
También Fernando Lallana cree que la experiencia es una ventaja cuando hablamos de emprender: “Un emprendedor sénior cuenta con un sentido de la vida más profundo y auténtico y tiene más afilado el discernimiento de lo esencial y lo superficial. Además, tiene una visión holística de la realidad, mayor capacidad de asociar ideas -fundamento de la creatividad-, mientras que las nuevas generaciones están educadas en un pensamiento más fragmentado y especializado”.
Los emprendedores sénior se han educado en otro esquema donde prevalece el esfuerzo y el mérito. “Conocedores de que el éxito no cae del cielo y con una visión en el medio y largo plazo, cuentan, en general, con una mejor gestión emocional, muy asociada al aprendizaje y la experiencia», opina Lallana.
Asimismo, es obvio que han cultivado la resiliencia y la tolerancia al fracaso, han sufrido muchos cambios y han pasado por circunstancias que los ha hecho madurar. Por último, “tienen un mayor autoconocimiento (fundamental para un emprendedor) de sus gustos, satisfacciones, motivaciones, fortalezas y debilidades».
Experiencia y red de contactos
“La experiencia, el know-how o la red de contactos son bazas a favor de los emprendedores mayores de 50 años respecto a los emprendedores más jóvenes», asegura Juste.
Aunque puedan parecer más prudentes que los emprendedores júnior a la hora de correr riesgos, principalmente por las cargas familiares, “los sénior toman decisiones desde la reflexión y la templanza, lo que hace que sus proyectos y negocios fracasen menos. Además, cuentan con una sabiduría, así como una serie de competencias y habilidades que han adquirido a lo largo de su trayectoria laboral que solo se puede obtener gracias a la edad”, matiza Gloria Juste.
Sin ayudas públicas
Existen ayudas públicas al emprendimiento para jóvenes y mujeres, pero el emprendedor con más de 45 años no figura entre los colectivos que reciben ayudas de la Administración.
“En el ámbito público podemos encontrar diversas líneas de ayudas y subvenciones, especialmente por Comunidades Autónomas, pero también nacionales e incluso europeas, de apoyo al emprendedor y al autónomo. Si bien es cierto que, en el rango de los profesionales mayores de 50 años en adelante, apenas encontramos programas específicos”, explica Gloria Juste.
Por eso y conscientes de esa falta, son asociaciones y entidades privadas como Endesa las que comienzan a promover plataformas que sirvan de ayuda al emprendedor sénior o, al menos, de reconocimiento a su labor.
Generación SAVIA
Es el caso de Generación SAVIA, un proyecto de Fundación Endesa en colaboración con Fundación máshumano, que cuenta con un apartado dedicado al emprendimiento con recursos y herramientas, tanto del ámbito público como privado, a disposición de los mayores de 50 años que estén pensando en poner en marcha su propio proyecto.
“Por ejemplo, tenemos varios colaboradores como Tquity, un fondo de capital riesgo que solo invierte en proyectos llevados a cabo por talento sénior. También están 50Pro o Business ADN, que ofrecen formación específica dirigida a mayores de 50 interesados en emprender, así como Bridge for Billions (incubadora online para emprendedores), Arrabe Integra (asesoramiento experto en las distintas fases de un proyecto) o los espacios de coworking Loom”, explica Juste.
Premios +50Emprende
En la misma línea, encontramos los Premios +50Emprende que “más allá de visualizar, acompañar y premiar proyectos liderados por personas mayores, tratamos de sacudir la conciencia de la sociedad”, afirma Lallana.
“No es justo ni inteligente que nuestra sociedad -que se denomina del conocimiento- se desentienda y desperdicie el grandísimo talento, experiencia y conocimiento que acumulan los profesionales sénior. Abogamos por un ecosistema de emprendimiento intergeneracional, donde puedan convivir y compenetrarse personas de diferentes edades”, afirma el director de los Premios +50 Emprende.
Oscar Pierre, ejemplo de emprendimiento sénior
Tras aggity, multinacional de software con marca España, se encuentra Oscar Pierre, un emprendedor por vocación y a quien el paso de los años no ha mermado sus ganas de seguir creando nuevos negocios.
Después de fundar hace un cuarto de siglo el Grupo T&G, Oscar Pierre se embarcó hace dos años en esta nueva aventura empresarial, y todo apunta a que podría no ser la última.
Ante la pregunta sobre qué le mueve a emprender, Pierre no tiene duda: “Es un sentimiento interno, algo que va en mi ADN y en mis preferencias, pero principalmente me mueve la ilusión y pasión por crear, por descubrir y por identificar algún tipo de oportunidad de negocios y ver cómo evoluciona y cómo se construye desde la nada, liderando equipos de personas para alcanzar objetivos en base al esfuerzo, al talento y al entusiasmo”.
Una carrera emprendedora en la que los años, para Pierre, solo encierran una ventaja, aunque muy importante: “La experiencia y haber vivido situaciones diversas, problemas, alegrías y también decepciones que permiten un grado de conocimiento y madurez que una persona joven no tiene. Todas las demás ventajas las veo del lado de los jóvenes”.