Siempre se habla de lo que deberíamos hacer para diseñar nuestra estrategia digital, pero ¿y de los errores? ¿No se dice que de lo que más y mejor se aprende es de los errores? ¿Alguien tiene idea de cuáles son esos fatales desaciertos que cometemos en nuestros negocios digitales?
Existen comportamientos muy tipificados a la hora de lanzarse a emprender en digital y muchos de ellos son meteduras de pata que lastran la viabilidad de los negocios.
Los cinco errores más habituales
No constituyen un mantra universal, ni seguramente resistan una estandarización válida para todos los negocios. Lo que vas a leer a continuación son una serie de “tropiezos digitales”, patrones muy repetidos, que por sí solos pueden arruinar nuestra andadura en el mundo online. La mejor manera de no replicarlos es enumerarlos, para poder corregir nuestra estrategia digital antes de que sea demasiado tarde.
1. No saber identificar las necesidades tecnológicas que requiere tu negocio
Este es uno de los principales obstáculos con el que se encuentran los negocios, sean o no digitales. No saben qué tecnología necesitan para seguir creciendo. De entrada, la tecnología no es ni tiene por qué suponer una barrera, pero puede convertirse en una limitación cuando afecta a la competitividad de un proyecto.
Esta situación se produce cuando no se sabe identificar con claridad qué procesos de negocio son los que necesitan respaldo tecnológico para seguir creciendo o, si se identifican, no se sabe muy bien qué tecnología emplear y cómo integrarla en el engranaje y en el equipo.
Podemos pecar por defecto, aunque casi siempre lo hacemos por exceso, implementando tecnologías que nos superan, que no entendemos y que no son útiles para nuestros propósitos.
El programa Asesores Digitales, de la entidad pública Red.es, se centra en este aspecto. Consiste en un programa de impulso y apoyo a las pymes para la contratación de servicios de asesoramiento en la digitalización de sus negocios, buscando la personalización de las necesidades y adaptándolo a cada negocio.
2. Ir solos, no buscar alianzas en nuestra estrategia digital
Según el informe RESTART: 10 Post-COVID 19 Trends, las empresas serán cada vez más colaborativas entre sí. Es uno de los principales aprendizajes de la pandemia: solos no podemos. Fue así, en el ámbito sanitario, con la colaboración público-privada, y será así en el ecosistema empresarial.
Las empresas se necesitan unas a otras para buscar socios tecnológicos, proveedores locales, infraestructuras compartidas, conocimientos o habilidades específicas, etc. Con estas alianzas serán más fuertes, especialmente las pymes, y podrán encontrar nuevos nichos de crecimiento.
Ir de “llanero solitario” no solo no compensa, sino que además desgasta y merma las posibilidades de supervivencia.
3. Tener un concepto erróneo de la innovación
Tendemos a pensar que la innovación es algo revolucionario, disruptivo, que rompe con todo lo anterior y, en parte, es así, pero nos equivocamos al concluir que solo hay innovación si inventamos algo nuevo. En la mayoría de los casos, no es así.
Algunos de los negocios más exitosos se han basado en innovaciones sobre productos y servicios que ya existían. Es el caso de las plataformas de alquileres vacacionales. Es ese enfoque nuevo lo que ha hecho que conecten con nuevos mercados e impulsen su crecimiento.
Se puede ser innovador en el planteamiento sobre un mercado “convencional” y encontrar nichos de crecimiento. Un obrador es un negocio “de toda la vida”, que se ha reinventado con cursos de repostería creativa o talleres especializados para repostería de eventos. Es solo una muestra de cómo todos podemos innovar en nuestro ámbito y de cómo la innovación es necesaria para crecer, especialmente en los negocios digitales.
4. Desconocer en qué se basa la experiencia digital
Ya no basta solo con ofrecer un producto de calidad. Es necesario escuchar al cliente, resaltar el valor que nuestro servicio o producto puede aportarle, ponerle en el centro de nuestras estrategias.
De ahí que centrar la experiencia digital deba pasar por:
- Resolver una necesidad, una carencia, una demanda.
- Presentar propuestas ágiles y fáciles.
- Destacar las emociones y la parte afectiva de todo el proceso.
5. No contar con un sistema de ventas digitales
Algunas pymes y negocios de pequeño tamaño montan sus tiendas online sin una estrategia de ventas que las respalde. No se trata de vender algo esporádicamente, se trata de montar una estrategia digital que sostenga un ciclo de ventas permanente, contemplando ciclos y valles. Una estructura que sea resistente a la temporalidad de los negocios y que asegure una fuente de ingresos de manera automatizada.
Seguramente esta lista podría ampliarse mucho más. Podríamos agregar, por ejemplo, cómo muchos negocios centran su visibilidad en el mundo online casi exclusivamente en las redes sociales, desatendiendo otros canales de captación de clientes como la propia web o las campañas de email marketing.
Cada uno tiene que hacer su propia reflexión y entender cómo implementar la digitalización de sus respectivos negocios, para hacerlos más competitivos y más robustos.
Foto de LYCS Architecture en Unsplash