La vida es venta. Creo que todos estamos de acuerdo con esta afirmación. Todos “comercializamos” bienes y servicios de forma permanente, algunas veces directamente y otras de forma indirecta. No obstante, aún nos encontramos con gente y empleados que afirman de forma rotunda que no venden nada.
Puede que no trabajes en el departamento de ventas de una empresa, aunque tus funciones y tareas forman parte del proceso que ayuda a vender o no vuestros productos o servicios a los potenciales clientes. Si quieres que tu responsable te “compre” una idea, te ayude a promocionar, te permita aprender nuevas tareas y apoye que innoves en la forma de ejecutar tu trabajo, tienes que saber empaquetarlo y comunicarlo de una forma para conseguir el ansiado “adelante con ello”.
Algunas organizaciones aún piensan que lo que ayudará a vender los productos o servicios son exclusivamente las campañas de marketing. No podemos negar que los productos o servicios tienen fecha de caducidad, es decir, deben ir evolucionando, mutando y transformándose en función de las necesidades de cada momento de nuestros clientes. No podemos ofrecer siempre lo mismo y que sea el cliente el que se adapte, porque esto hará que nuestra pyme desaparezca con celeridad.
La marca corporativa es lo que debe permanecer, es decir, cómo tratáis a los clientes, qué ayudáis a solucionar, cómo resolvéis las incidencias, qué ofrecéis y qué experiencias vive con vuestra pyme vuestro público objetivo. Si no les hacéis sentirse especiales o únicos, no dudarán en probar otras alternativas.
¿Quiénes son los mejores vendedores de tu empresa?
Por mucha campaña de marketing con especialistas e influencers que hagáis para comunicar las bondades de vuestros productos o servicios, no es suficiente para marcar la diferencia de la venta. Esta gente nos vende lo que les pedimos por la contraprestación que les damos, con independencia de que ese producto o servicio sea bueno.
Con esto no quiero menospreciar la labor de los departamentos de marketing. Pero tenemos que ir más allá. Las personas que mejor pueden y saben promocionar tu empresa son las que ya trabajan contigo, es decir, tus empleados. Están especializados en tu compañía, porque son parte activa de ella.
Los embajadores de marca son las personas que sienten pasión por su compañía y miran siempre por su beneficio. Tu equipo debe sentir los colores de tu empresa y no dudar en recomendarla porque, para él, es el mejor sitio para trabajar.
Muchas personas desconectan de su organización porque no se sienten especiales, al no percibir que su labor dentro de la empresa es valorada, apreciada y agradecida.
Empezar por la estrategia interna
Hay que comenzar trabajando la estrategia interna para, una vez consolidada, mostrarla al exterior. Tenemos ejemplos de empresas que no dan opción y sus personas tienen que vender su compañía a sus entornos y nos encontramos con comentarios no tan positivos, o falta naturalidad, autenticidad y sinceridad.
Es fundamental conocer al detalle el nivel de compromiso y satisfacción que existe entre tus empleados. Esto se logra hablando con ellos de forma constante. Si necesitas incorporar nuevas personas con talento de confianza, lo que deberás hacer es comunicar esa necesidad a tus trabajadores, para que la muevan entre su red de contactos. Si tus empleados actuales no te traen opciones de personas que conocen, es muy probable que no consideren vuestra organización la empresa más adecuada para trabajar.
Las personas hacen su trabajo, sin embargo, no van más allá de eso, es decir, no se involucran en la mejora corporativa, porque no se sienten identificadas con tu empresa.
Tienes que contar con tus empleados siempre y no solo cuando le interese a tu organización. Debes involucrarlos en el proceso de ideación, creación, desarrollo y prueba de nuevos procesos, productos o servicios que les afecten de alguna manera y de los que sean conocedores. Estas preguntas suelen llegar a los integrantes de una empresa cuando ya está todo desarrollado y no admite cambios, porque la fase beta se cerró hace tiempo. Y ello conlleva que las personas de tu compañía no se sientan parte vital de ella.
¿Cómo mostrar que estás satisfecho con tus empleados?
Las personas necesitan saber de forma directa que su empresa está satisfecha con el trabajo que desempeñan. Los que lideran equipos de trabajo suelen dar por hecho que sus colaboradores hacen un buen trabajo, sin decírselo de forma explícita. Ahora, pensad: ¿Cuántas veces se lo habéis comunicado de forma directa? A todos nos gusta escuchar el buen trabajo que hacemos, y los aspectos que lo hacen especial, como la forma de tratar al cliente, la creatividad para buscar soluciones, la efectividad, etc. Tienen que percibir que su trabajo tiene sentido y es parte importante del resultado final.
¿Quién lidera? Programa de embajadores de marca
La estrategia corporativa debería incluir este tipo de actuaciones, siendo la cúpula directiva la que las promulgue, para que den buen resultado. Se debe definir muy bien el porqué, el para qué y los objetivos que se desean lograr con este tipo de programas, alineados con la misión, visión y valores corporativos.
Las fases son:
- Definición de lo que se necesita, los beneficios, las dificultades y los retos con involucración de toda la empresa.
- Fijación de objetivos.
- Soporte técnico de la organización, para la elaboración de contenidos atractivos a los diferentes canales.
- Voluntariedad e interés por querer participar por parte de las personas elegidas. No se puede olvidar darles una formación constante.
- Ver los incentivos asociados a esa actividad para esos empleados.
- Establecer indicadores para evaluar los progresos.
¿Qué empleados son los mejores embajadores de marca?
Es imposible pretender que el 100% de tus empleados sean embajadores de marca. No olvidéis que esa labor debe ser voluntaria, porque les apetece hacerlo y sienten que es lo que deben hacer.
Tienes que identificar a esas personas que están muy motivadas y comprometidas con tu compañía, pase lo que pase. Nuestras personas deben venir motivadas desde sus casas y tu empresa tiene que conseguir no desmotivarlas con las acciones que acomete en el día a día. A estos empleados se les debe cuidar y conseguir que no eliminen esas conductas y acciones.
Son esas personas que viven su trabajo con pasión, que proponen nuevas cosas, que buscan soluciones a los problemas, que son vistas por sus compañeros como líderes innatos a los que escuchan, que ayudan a los demás y que siempre muestran su mejor cara.
Una vez detectadas estas personas, puedes trabajar con ellas en diseñar un programa de embajadores de marca, para conseguir involucrar a otros que decidan seguir el ejemplo. Aunque esto conlleva que tu empresa asuma que tiene que cambiar determinadas rutinas, políticas y comportamientos, para conseguir que sea el mejor lugar posible para trabajar.
El boca a boca es la mejor forma de vender tu organización. En mi caso, si necesito contratar a un profesional de la fotografía, lo primero que hago es preguntar a las personas de mi confianza para ver si me recomiendan a alguien con quien ellos hayan trabajado y con quien volverían a contar sin dudarlo. Tus empleados son la red de confianza de otras personas que pueden ser en un futuro vuestros clientes internos o externos gracias a esa relación previa.
Los pros y contras de estos programas
La ventaja principal es conseguir fidelizar mucho más a nuestros empleados, si se hace de forma adecuada.
Otros pros son:
- Fomentar el desarrollo de la marca personal de nuestra plantilla.
- Enfocarnos en las diferentes experiencias de los empleados de nuestra compañía.
- Conseguir que los trabajadores encuentren un sentido claro a lo que hacen.
- Involucrar al resto de personas en estos programas.
La mayor dificultad es conseguir despertar el interés y que vean que visibilizar la marca corporativa requiere su participación; ellos deben estar en el centro del programa de embajadores de marca.
Por otro lado, otras vicisitudes pueden ser:
- Hacer ver que esta actividad también es parte de su trabajo.
- Conseguir dar libertad y tiempo a dedicar.
- No esperar milagros y resultados cortoplacistas.
Si un empleado está descontento con tu empresa, es seguro que no defenderá la fidelización de tus clientes internos o externos. Puede ser algo que haga mucho daño a la imagen corporativa global.
Tus empleados saben vender tu compañía con aspectos positivos y con aquellos puntos que necesitan mejorar. Conocen los productos y servicios al dedillo y dan su recomendación a otras personas que necesitan consejo u orientación.
Tener embajadores de marca no consiste en que tus empleados la promocionen en los canales online y offline, sino que cuenten su experiencia y den sus recomendaciones sobre lo que conocen. Se trata de generar confianza en lo que comunicamos a los demás, porque perciben realidad por parte del interlocutor interno.
Todo pasa por demostrar con vuestras acciones diarias que vuestros empleados son importantes para vuestra organización y que los ayudáis, dentro de lo posible, cuando tienen cualquier necesidad, porque son parte de vuestra tribu corporativa.
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