Alguna vez considerados como sofisticados juguetes, los drones ya son tomados en serio por numerosas verticales del mercado que van desde la producción de videos hasta la seguridad; sin embargo, en pocas tienen tanto impacto como en la agricultura.
Si se ha preguntado por el impacto de la tecnología en el campo, no tiene que hacerlo más. Es una tendencia tan grande que ha dado espacio a un nuevo término: agrotech o agtech, una iniciativa que solo en 2023 generó más de 21.890 millones de dólares.
Dentro de esta cifra, más de 4.500 millones de dólares corresponden al uso de drones, una tendencia que se espera supere los 17.900 millones para 2028. Las razones para su crecimiento van desde la reducción de los costos operativos hasta la mejora de la calidad de las cosechas.
Razones como estas explican por qué las apariciones de los drones están siendo cada vez más populares en las ferias de agricultura de la región, incluyendo Expoagrofuturo, que se llevó a cabo del 6 al 8 de septiembre en Medellín.
Un mercado en ascenso
El potencial de los drones en la agricultura es tan grande que ha inspirado diversas iniciativas gubernamentales en varios países, como el trabajo que viene realizando el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos desde 2016 en 20 estados, que busca expandir el uso de los drones en campos como:
● El control de plagas: un ámbito donde no solo pueden ser más eficientes en el uso de recursos y mano de obra, sino que también son más seguros para los campesinos.
● Cuidado de ganado: mediante el entrenamiento y el uso de algoritmos de Inteligencia Artificial, es posible adiestrar a los drones para que detecten animales extraviados.
● Calidad del agua: los drones no solo pueden sobrevolar las fuentes de agua para protegerlas, sino que también pueden tomar muestras.
● Controlar el estrés hídrico de las plantas: para ayudar a los agricultores a destinar los recursos de riego donde más se necesitan.
Por supuesto, esto es apenas una muestra. Los drones también se emplean para realizar mapas térmicos de los cultivos, captando la radiación del suelo y su estado.
De igual forma, los drones suelen utilizarse por organizaciones estatales para temas catastrales y para el cuidado de recursos, como la medición de parcelas, la documentación de yacimientos arqueológicos y la obtención de planos de masas de agua.
Además, a medida que se masifiquen, surgirán nuevos modelos de uso. Después de todo, los drones son un ejemplo de automatización y, por ello, representan un cúmulo de tecnologías integradas, como el GPS, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, la computación visual y las redes móviles; tecnologías que están evolucionando constantemente.
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