La pandemia nos ha recordado cuán vulnerables podemos llegar a ser. Y nos ha enseñado que por encima del dinero o el estatus está la salud. Un aspecto a tener cada vez más en cuenta por personas y empresas.
Pues bien, un reciente estudio del Observatorio Generación & Talento ha analizado por primera vez a las cinco generaciones de trabajadores que actualmente conviven en el mercado laboral: Tradicionales, Baby Boomers, Generación X, Generación Y y Generación Z.
Ángeles Alcázar, socia directora del Observatorio, asegura que no existe una generación con un mejor estado de salud con respecto a otra, sino factores que afectan de forma distinta a cada horquilla de edad.
En líneas generales, los trabajadores son conscientes de que su estado de salud va empeorando con el paso de los años, empezando a notar achaques y molestias en la generación X y especialmente en la BB y la Tradicional.
En concreto, los empleados más jóvenes, pertenecientes a las generaciones Z e Y, tienen más conciencia sobre los temas de prevención que los de la generación X, quienes se sienten obligados a cuidarse. Por su parte, los de las generaciones BB y Tradicional presentan enfermedades crónicas y consultan por dolores osteomusculares.
Tal y como apunta Alcázar, aunque los empleados de estas últimas generaciones se sientan bien, eso no garantiza que tengan salud. No obstante, discrepan en relación con las generaciones más jóvenes, puesto que no piensan que se cuidan, sino que tienen una visión cortoplacista de la salud y se creen invulnerables, pese a resultar susceptibles ante infecciones y patologías crónicas a medio y largo plazo.
Salud psicológica
Además del mal uso de las redes sociales entre los más jóvenes, en términos de salud psicológica, el estrés de las generaciones X, Y y X es el principal problema. De hecho, en España seis de cada diez trabajadores lo sufren, pese a las dificultades de realizar estas estimaciones, pues la sintomatología es muy confusa y el malestar emocional y físico puede deberse a motivos diversos.
Asimismo, Alcázar agrega que a partir de la generación BB, el estrés disminuye, debido a la percepción de que se puede afrontar mejor por la experiencia vital y la reorganización de las prioridades, pero se ve desplazado por la incertidumbre laboral y la cercanía de la jubilación.
El estrés se debe a la frustración entre las expectativas de cambio y la realidad en las generaciones Z e Y, así como a la dificultad para gestionar el tiempo en la generación X. Y que la falta de tolerancia a los posibles fracasos genera problemas en las generaciones Z e Y.
Salud social
Con respecto a la salud social, la debilidad de la de las generaciones Z e Y se atribuye a la necesidad de aceptación en las redes sociales, a lo que los expertos añaden que son muy individualistas y que tienen dificultad para conectar con las otras generaciones.
Por su parte, la generación X suele limitar su vida social a la familia más cercana, mientras que los miembros de las generaciones BB y Tradicional son activos socialmente pero suelen verse condicionados por las demandas de cuidado de los nietos y de sus padres, ya ancianos.
La importancia del trabajo
Alcázar también pone de manifiesto la relevancia del trabajo en la salud de los empleados de todas las generaciones.
En el caso de los más jóvenes (generaciones Z, X e Y), afirma que el estrés se vincula de una u otra forma con el trabajo.
“La generación Z tiene que compaginar estudios y empresa y parecen ser los eternos becarios, también porque quieren tenerlo todo (trabajo, ocio, viajar, etc.). En la generación X las dificultades se dan para conciliar la vida laboral y familiar, así como por la presencia de jefes tóxicos”, apostilla.
Los responsables de recursos humanos también identifican otras causas de estrés, como la inestabilidad económica, las dificultades para el desarrollo profesional y la discrepancia entre las expectativas y la realidad laboral.
En el caso de las generaciones mayores, la socia directora del Observatorio Generación & Talento admite que existe menos estrés, pero señala la inseguridad laboral por miedo a ser sustituidos por empleados más jóvenes, la frustración por la proximidad de la jubilación y la sensación de que no se les tiene ya en cuenta en la empresa, lo que en última instancia merma la autoestima de los empleados.
El estudio de Salud y Bienestar ha tomado como referencia el modelo salutogénico, centrado en la autopercepción que tienen las personas y focalizando en dos grupos de factores que favorecen la salud: los Recursos Generales de Resistencia (RGR) y el Sentido de Coherencia (SC).
Recursos internos de cada generación
Para los representantes de RR.HH. y Salud Laboral, los principales recursos internos de las diferentes generaciones serían:
- Generación Tradicional: Compromiso con la empresa. Resiliencia.
- Generación BB: Resiliencia. Compromiso.
- Generación X: Capacidad de aprendizaje. Habilidades Sociales.
- Generación Y: Inteligencia. Competencia Social.
- Generación Z: Adaptabilidad a situaciones y ámbitos, conciencia social.
A su vez, los recursos internos más débiles en cada generación serían:
- Generación Tradicional: Habilidades sociales. Falta de actitud colaborativa y miedo a ser prescindibles. Falta de curiosidad.
- Generación BB: Empatía. Motivación.
- Generación X: Formación en idiomas. Vergüenza social y sentido del ridículo.
- Generación Y: Aptitud de escucha. Autocontrol.
- Generación Z: Falta de compromiso, combatividad, resiliencia y sacrificio. Poca tolerancia a la frustración.
Alcázar aclara que los recursos internos comunes en las generaciones Tradicional y BB son la resiliencia y el compromiso con la empresa, así como que las generaciones más jóvenes se identifican con los recursos ligados al área de las relaciones sociales y a la capacidad de adaptación y aprendizaje.
En paralelo, según este estudio, para las generaciones Tradicional y BB las dificultades de adaptación, ya sea por falta de motivación o curiosidad y la falta de habilidades sociales, incluyendo la empatía, serían los principales problemas; mientras que la falta de compromiso y la de resiliencia serían el punto débil de la generación Z.
Desafíos para los trabajadores
Este informe, realizado en colaboración con la Universidad Europea como socio académico y Criteria Recursos Humanos como partner técnico, concluye que es necesario establecer una nueva competencia en las empresas, llamada “Salud”, ya que se ha demostrado que esta es una habilidad que las personas pueden desarrollar y potenciar para favorecer su bienestar en detrimento de la enfermedad.
En materia de salud, la socia directora del Observatorio Generación & Talento opina que el primer desafío que tienen los trabajadores españoles pasa por ser conscientes de la existencia de recursos para el autocuidado y de la capacidad de poder mejorar la salud.
“La salud es el principal motor de nuestras vidas y de nuestro entorno; familia, amigos, trabajo. No hay que esperar a tener una dolencia física o psicológica”, puntualiza.
Además, Alcázar sugiere implantar rutinas saludables, seguir una dieta equilibrada, mantenerse físicamente activo, no consumir tabaco o evitar el alcohol. Asimismo, insta a gestionar el estrés para conseguir una mejor salud física y mental.
Retos para las empresas
Las compañías, por su parte, han de poner el foco en la salud psicológica y emocional de sus trabajadores, máxime teniendo en cuenta que la pandemia ha disparado los niveles de incertidumbre laboral sobre todo en las generaciones más jóvenes y en el personal sin cualificar y administrativo.
En este escenario, Alcázar recuerda que la ansiedad y depresión a causa de la pandemia son más frecuentes en las mujeres.
Finalmente, pese a que muchas compañías hayan tratado de establecer programas de Salud y Bienestar con carácter general para sus empleados, cada generación vive su salud y bienestar de una manera distinta, y demandan programas diversos para atender sus necesidades.
“Es imprescindible la corresponsabilidad en esta materia, ayudando a desarrollar una competencia de “salud y bienestar” entre las personas trabajadoras de la organización”.
De ahí que Alcázar anime a iniciar la formación en esta materia, abordando temas tan importantes como el refuerzo de la autoestima, el desarrollo de la inteligencia emocional, la liberación de emociones, el cambio de creencias limitantes…