Cuidar la salud de los empleados mejora el bienestar, el clima y la productividad

Bienestar y salud empresarial

Hace días conversaba en clase con directivos y mandos intermedios de varias empresas que están realizando formación en marketing y analítica sobre el estado del bienestar. La mayoría de ellos dirigen empresas consolidadas desde hace años y con un número de empleados que oscila entre cinco y ochenta trabajadores. Y traté de explicarles la importancia de que todas las personas de la compañía consigan la calidad de vida que desean.

A menudo pregunto a mis alumnos y a los asistentes a una ponencia por qué emplean determinadas horas de su vida en asistir a conferencias o clases. La mayoría de ellos da una de estas tres respuestas: Quieren vender más, quieren más dinero y/o quieren más reconocimiento profesional. La verdad de todo esto es que todos ellos, sin excepción, buscan lo mismo… mejorar su calidad de vida. Y mejor calidad de vida es sinónimo de bienestar. 

El bienestar, también conocido como «valor prudencial», se refiere a lo que es intrínsecamente valioso en relación con alguien. Por lo tanto, el bienestar de una persona es lo que en última instancia es bueno para ella. Bienestar puede referirse tanto al bienestar positivo como al negativo.

El wellbeing (bienestar) es el estado de satisfacción y tranquilidad de una persona. Desde hace años se habla de bienestar en las empresas, pero la realidad es que son pocas las que aplican acciones para el cuidado y la mejora de la salud y el bienestar de sus empleados.

El bienestar laboral mejora la productividad

El bienestar laboral es imprescindible para mejorar la productividad de una compañía. Además, repercutirá en la tasa de fuga de talento. Es preciso trabajar diferentes puntos como la salud física, mental, emocional y social, entre otras. 

Salud física

El buen estado físico de las personas contribuirá a que realicen el trabajo diario con mucha más habilidad de la habitual. Si nos comprometemos, por ejemplo, a caminar una hora antes de entrar a trabajar, veremos que nuestro estado de ánimo cambia radicalmente y podremos “manejar” el estrés de distinta forma. Desde el punto de vista empresarial, es clave conocer el estilo de vida de los empleados, saber dónde reside y dónde trabaja cada uno de ellos, porque en algunos casos repercute negativamente en la salud física.

Practicar mindfulness, meditación, yoga o cualquier tipo de ejercicio al menos tres días a la semana, llevar una alimentación saludable y dormir aproximadamente ocho horas diarias nos ayudará a mantener un estado físico adecuado. 

Salud mental y emocional

Trabajar el llamado vocabulario mental, tener pensamientos positivos nos llevará a realizar una “fotografía” de lo que queremos mental y emocionalmente. Sabemos que la salud mental de una persona está asociada al raciocinio (facultad de la mente para aprender, entender y razonar), a sus emociones y a sus comportamientos y cómo los expresa.  

Un buen método para sentirse bien es conocerse (habilidad intrapersonal), tener una imagen positiva de uno mismo, y conocer, comprender, relacionarse e interactuar con otras personas (habilidad interpersonal). Todo ello generará un estado mental de autoestima y seguridad personal.

Salud social

La salud social va un poco más allá de buscar tiempo para dedicar a la familia y los amigos. El término «salud» se refiere al bienestar físico y psicológico; «social» hace alusión a la adaptación y autogestión de todo lo relacionado con el entorno y la sociedad. Un buen equilibrio entre la vida personal, familiar y profesional mejorará la calidad de vida, porque nos “alimentamos” de los demás para crecer y avanzar.

Somos conscientes de que los puntos anteriores son de desarrollo personal, pero las empresas pueden tener un papel importante para ayudar a conseguir un bienestar «corporativo», cuidando la salud de sus empleados. Cuanto más felices seamos, más productivos seremos.

Salud en la empresa

En un estudio de 2021, la consultora Deloitte definió como tendencia en Recursos Humanos para ese año la organización de las tareas de los trabajadores teniendo en cuenta el cuidado de todos ellos desde el principio. 

Factores que inciden en el bienestar empresarial

Clima laboral y comunicación: Mejorar la comunicación entre todos los componentes de los equipos de trabajo, ya sean directivos, mandos intermedios y/o empleados es clave para generar un buen clima laboral y la confianza necesaria para lograr un objetivo común. La gestión de las personas es clave para avanzar.

Flexibilidad horaria y confianza: Dedicamos gran parte de las horas del día a trabajar y descuidamos la salud. Realizar jornadas flexibles ayudará al autocontrol del estrés y del “rebote” la productividad. Se reducen las bajas laborales y disminuye la rotación de personal.

Bienestar físico: Potenciar actividades físicas conjuntas para fortalecer y cuidar el cuerpo. El objetivo es trabajar todo el cuerpo por fuera y por dentro para hacer frente al día a día.

Alimentación: Potenciar la comida saludable de los empleados.

Espacios: La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un entorno saludable de trabajo como aquel en el que las personas colaboran en un proceso de mejora continua, para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de todos. Los espacios de trabajo con buena ventilación y luz natural ayudan a la productividad. 

A título personal, es importante encontrar el equilibrio entre cuerpo, mente y alma, y para conseguirlo ayuda bastante dedicar tiempo a uno mismo, sin olvidar el trabajo y la familia.

A título empresarial, es importante modificar procesos internos para ofrecer a los empleados herramientas para su bienestar. Estos cambios mejorarán la imagen exterior de la compañía y por supuesto la productividad.

Solo como dato, la industria del bienestar ha crecido un 12,8% en los últimos años y representa un 5,3% de la economía mundial.

Foto de Freepik

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