Una vida excepcional pasa por tener modelos excepcionales. Lo mismo sucede en el mundo empresarial. Tener casos de éxito, empresas de referencia, hace que nuestra motivación aumente, nuestros pasos se acerquen más a la meta y recorramos parte de un camino que ya nos han abierto otros más grandes que nosotros. ¿Por qué entonces no aprovecharlo?
Llegados a este punto podríamos plantearnos ciertas cuestiones como: ¿a quién nos gustaría parecernos?, ¿qué modelos tenemos como referencia? o ¿cómo trabajan esas empresas?
No cabe duda de que en materia de creatividad e innovación destaca una zona por encima de las demás. Esa zona es Silicon Valley. Situada al sur de San Francisco, este pequeño valle concentra a las empresas más punteras del mundo. Allí se encuentran las más grandes: Google, Apple, Facebook, Ebay o Twitter (aunque esta última, como Spotify o Whatsapp, se encuentran en San Francisco por su equipo joven y la conexión con esa ciudad).
Pero, ¿qué podemos aprender de ellas? ¿Cómo pueden ser empresas tan creativas? Tratemos de responder a estas preguntas.
Una de las maneras en las que la creatividad florece en esas empresas nace de su propio modus operandi. La dinámica de trabajo es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Para empezar, las jerarquías se aplanan. Aunque siguen habiendo cargos, estos se relacionan con los demás con total naturalidad. No existe ese miedo, que no respeto, a los cargos superiores y eso hace que las conversaciones se encuentren llenas de ideas que explorar.
Otra de sus peculiaridades reside en los espacios compartidos. Al contrario del modelo más clásico, los espacios abiertos y de conexión son muy habituales y a ellos se destina el mayor espacio, ya que se entiende que cuanto más tiempo pase la gente allí, más ideas, conexiones y sinergias surgirán. No olvidemos que la creatividad se nutre de todas ellas para aflorar.
Algo que seguramente alegrará a los trabajadores y crispe a los empresarios más tradicionales es que allí todos trabajan por objetivos. Trabajar por objetivos significa prescindir de horarios concretos para centrarse en llegar a las metas propuestas. Se entiende que el trabajador es una persona madura y responsable y no un niño que ha de fichar cuando entra o sale de la oficina.
Es curiosa también la inteligente combinación de perfiles que seleccionan las empresas. Son los llamados perfiles T, donde la línea vertical representa la especialización profesional en un campo (similar a lo que se busca en España) pero donde la línea horizontal vendría a representar la apertura hacia otros conocimientos distintos a su profesión. Es por ello que no es difícil encontrar un ingeniero que toca la batería en un grupo, da clases de cocina italiana dos días a la semana y chapurrea chino y ruso.
En definitiva, Silicon Valley piensa diferente y lo demuestra cada día. Para ello da rienda suelta a su creatividad apostando por ella, creando espacios, atrayendo talento e invirtiendo recursos.
Hoy por hoy es uno de los mejores modelos para que guíen nuestra actividad empresarial.
Foto @Allie_Caulfield, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0