Aunque más de 1.400 millones de personas, de todo el planeta, han usado alguna vez chatbots todavía es difícil relacionarlos con algo que no sea ventas o servicio al cliente. Sin embargo, estas tecnologías, en silencio, han jugado un rol importante para salvar vidas.
Con los hospitales y los centros de contacto gubernamentales sobrepasados por millones de inquietudes, llamadas, y mensajes sobre el covid-19, la inteligencia artificial, a través de los chatbots, se convirtió en una herramienta indispensable para aliviar la ansiedad global.
Esta necesidad llegó a tal punto que varias empresas de tecnología empezaron a ofrecer sistemas de chatbots preconfigurados para responder las dudas e inquietudes alrededor del virus.
Los gobiernos, por su parte, como en el caso de Colombia, también desarrollaron asistentes virtuales para dar abasto a las dudas de su población. Una estrategia liderada por la Organización Mundial de la Salud.
Y todo esto a pesar de las dificultades y retos de la machine learning (ML), los sistemas de inteligencia artificial (AI) y del procesamiento de lenguaje (natural language processing o NLP); también es cierto que nunca existieron tantas ofertas para desarrollar chatbots de una forma sencilla.
Ventajas y retos
Desde el nacimiento de ELIZA, en 1964, la primera máquina capaz de hablar, los chatbots se han convertido en una verdadera revolución que ha sacudido numerosas industrias por sus grandes ventajas, entre ellas:
- Son escalables, si la demanda crece es posible asignar más recursos.
- Trabajan sin descanso 7/24.
- Permiten reducir costos,
- Es posible mejorar sobre la marcha.
Estas ventajas son aplicables a la pandemia donde cada recurso importa. Además, en medio de un Internet contaminado por noticias falsas (fake news), los chatbots son una herramienta ideal que permite hacer una curaduría previa de la información para que los usuarios encuentren rápidamente datos reales y acertados.
Por supuesto, los chatbot no son perfectos y su rol en estos momentos de crisis es ideal como un complemento al trabajo de los especialistas de la salud.
Además existen varias clases de chatbots desde los más sofisticados hasta algunos más sencillos que apenas bastan para dar información básica. Porque no olvidemos que a pesar de su increíble flexibilidad los chatbots dependen de la calidad de la información con que los alimentemos.
Sin embargo, su futuro es brillante y apenas está comenzando.