La importancia de la marca en una pyme: el caso Pocoyó

Indudablemente, no puedo ser objetivo al hablar del que ha sido mi proyecto profesional durante años: Zinkia. No olvidemos que, a pesar de su gran exposición en medios, enorme presencia internacional y de cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) no deja de ser una pyme española de éxito, en gran parte gracias a su marca Pocoyó.

Pocoyó nació hace más de seis años con vocación universal. Aunque hoy ya podríamos decir que ha ascendido a la categoría de clásico, todos los días se sigue trabajando para hacerla más universal.

Se trabaja en mantener la fortaleza de la marca, sus valores, su identidad, su imagen y la calidad de los productos. Estos atributos, junto con un modelo de negocio escalable, innovación e imaginación, permiten potenciar el proceso de crecimiento e internacionalización de la compañía.

El éxito de la marca Pocoyó viene soportado en gran parte por el carácter emprendedor y sin complejos de la compañía. Algo que se hizo patente cuando se apostó por el desarrollo de la serie con un objetivo claro por parte de los creadores: tener la oportunidad de formar parte de los recuerdos de sus hijos.

Hoy ese carácter emprendedor e innovador aplicado a la marca está asociado a la búsqueda de oportunidades, la asunción de riesgos y la existencia de una organización con una serie de valores alineados.

Uno de los grandes aciertos en el desarrollo de la marca Pocoyo, fue apostar desde el principio por el mercado exterior: toda la serie se creó pensando en un consumidor mundial. Esto ha hecho  posible que, desde su estreno en la televisión británica en 2005, la serie haya viajado por más de 120 países (Filipinas, Indonesia, Argentina, Croacia o Estados Unidos, entre otros muchos).

La serie, a pesar de su calidad técnica, no es la protagonista del negocio. Sí la pieza angular en la estrategia de creación de una marca que se traduce en los más de 2.000 productos licenciados en todo el mundo.

La ambición de hacer algo en el campo audiovisual infantil acabó convirtiéndose en la herramienta para la creación de una marca a escala mundial, con una estrategia desarrollada en tres niveles:

Pero, sin lugar a dudas, el mejor marketing de marca lo realizan día a día los fans convirtiéndose en embajadores, transformando a Pocoyó en todo un fenómeno social. Contar con ellos, siendo como es una mediana empresa, les permite competir con las grandes de una manera distinta.

Pocoyó es un proyecto colaborativo y participativo. Impulsado por personas. Se ha traducido en una cultura con una fuerte orientación emprendedora, en un entorno corporativo que promueve y da cobertura a las nuevas ideas, la experimentación y los procesos creativos.

Ésta sin duda es una de las claves del éxito y también constituye uno de los retos que tiene por delante: mantener el éxito de la marca y continuar en su senda de crecimiento sin renunciar a los valores con los que nació Pocoyó.

 

Foto: © Elizabeth/Table4Five, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0


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