El cambio climático no solo es una realidad, es un reto en el que, más allá de las implicaciones económicas, está en juego el bienestar de la raza humana. Por fortuna, la tecnología tiene un rol importante para ayudarnos a enfrentar este desafío.
Las tecnologías contra el cambio climático son más importantes que nunca. De hecho, según Naciones Unidas, el costo de la adaptación en los países en desarrollo frente a estos desafíos ambientales puede variar entre 140 y 300 mil millones de dólares por año para 2030.
Esto sin contar los costos en vidas, humanas y animales, de esta transición, ni los fenómenos sociales que esto puede acarrear: manifestaciones, protestas, paros, etc.
Y aunque es cierto que generalmente las plataformas tecnológicas tienen impactos ambientales y consumen grandes cantidades de energía, también es verdad que los conocimientos y herramientas generados por la misma tecnología pueden convertirse en herramientas para luchar contra los efectos negativos del cambio climático.
Las grandes herramientas
En febrero de 2024, el Foro Económico Mundial dio a conocer los resultados de su estudio ‘Innovation and Adaptation in the Climate Crisis: Technology for the New Normal’, un documento en el que examina seis tecnologías digitales que pueden desempeñar un papel «fundamental» en la adaptación mundial al cambio climático.
No es extraño que la primera tecnología resaltada sea la Inteligencia Artificial, un dato curioso porque esta misma tecnología es una de las principales responsables del aumento del consumo de energía de los centros de datos en los últimos años.
Sin embargo, la misma IA está desarrollando modelos meteorológicos y climáticos mucho más sofisticados y precisos que permiten analizar datos como la temperatura de la superficie del mar, los modelos oceánicos o cómo construir sistemas de alcantarillado inteligentes, o simplemente ayudar a crear modelos productivos más eficientes.
Del entretenimiento a la sostenibilidad
Comúnmente asociados al entretenimiento, los drones son poderosas herramientas productivas en las manos apropiadas y esto incluye su uso en modelos sostenibles. Para ser más exactos, estos equipos pueden llevar sensores para detectar anomalías y sistemas de geoposicionamiento para determinar ubicaciones precisas.
Los drones pueden realizar tareas de vigilancia de fuentes de agua, alertar sobre incendios, iniciar labores de rescate, llevar equipos e incluso cultivar semillas, como se demostró recientemente en un evento en Bogotá, Colombia.
Otras tecnologías resaltadas por el Foro Económico Mundial fueron el uso de satélites para estudiar los cambios en el planeta, el uso de supercomputadoras para crear modelos de previsión meteorológica e incluso el Internet de las Cosas para detectar y compartir datos sobre la calidad del aire y la temperatura.
Esto, además de las Realidades Mixtas (Aumentada y Virtual) que permiten enseñar y concientizar a los usuarios mediante la simulación de los efectos del cambio climático y sus efectos sobre la biodiversidad. El informe completo está disponible en este enlace.
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