Marcos es un joven madrileño que se graduó en Derecho el pasado mes de mayo y ahora trabaja como camarero en la plaza del bar de su pueblo. No ha podido resistir la sensación de seguir sin cobrar tras cuatro años estudiando su carrera universitaria. Incapaz de sentirse un “nini”, ha preferido empezar a trabajar “de lo que sea” antes que dedicarse en cuerpo y alma a la búsqueda de un puesto acorde con su perfil.
Su compañera de promoción, Iris, lleva tres meses y cientos de horas preparándose para empezar a trabajar en un despacho de abogados. No solo ha realizado varios cursos para adquirir las competencias que le demandan, sino que ha adaptado su currículo al puesto que busca el bufete con un vídeo que acumula montones de likes en Tik Tok. Se colgará la toga el próximo mes de septiembre.
Estas historias, aunque inventadas, resultan bastante habituales. Es cierto que las circunstancias económicas y familiares determinan las decisiones a nivel profesional. Pero también es verdad que buscar trabajo es un trabajo en sí mismo.
Cómo buscar trabajo y cambiar el rumbo de nuestra vida
Por ello, la psicóloga Eva Porto, que triunfa en las redes sociales gracias a sus consejos, ha escrito el libro “¿Qué hago con mi vida? Revoluciona tu búsqueda de empleo” (Montena, 2022), donde desgrana las siete principales claves:
1. Diseñar una estrategia
Es muy importante concretar y definir el puesto objetivo antes de prepararse para conseguirlo. En este camino, resulta fundamental autoexplorarse, conocerse a uno mismo, descubrir las propias fortalezas y debilidades, y analizar la situación del mercado laboral.
A partir de ahí, no debería pasarse por alto la necesidad de adquirir las habilidades y competencias que demande la empresa, ya sean de carácter puramente técnico o más social, como las denominadas soft skills, que cada día buscan más las compañías. Para ello, sería interesante la realización de cursos o el desarrollo de proyectos y experiencias propias, que tantas lecciones pueden dejarnos.
2. Tener iniciativa
La suerte a veces no se tiene, se busca, al igual que las oportunidades. Porque por extraño que pueda parecer, en plena revolución digital y pese al boom de los medios sociales, muchas personas continúan buscando trabajo únicamente en los portales de empleo, sin ni siquiera intentarlo a través de la web de la empresa o de redes como LinkedIn e incluso Instagram o Tik Tok.
Porto anima a ir físicamente a las empresas que lo permitan -por la protección de datos muchas ya no reciben el currículo en mano-, presentarse, preparar propuestas de valor únicas y capaces de marcar la diferencia en torno a lo que se puede aportar, buscar esas ofertas ocultas que no se publican…
Y es que muchas veces el empleo buscado no está a la vista, no se ofrece, sino que se genera.
3. Persuadir
Después de tener claro el puesto al que se aspira y de ser proactivo para buscarlo, resulta fundamental preparar un buen currículo, hacerlo atractivo y a medida de los requisitos para el empleo, ya que esto será la carta de presentación.
En este sentido, Porto explica que la información obligatoria y básica sería: nombre y apellidos, localización, teléfono, correo electrónico, perfil profesional, formación académica y experiencia profesional.
Además, siempre que aporte valor, se recomienda incluir página web, perfil de Linkedin, competencias, formación complementaria, logros profesionales y académicos, voluntariado, hobbies, referencias y foto.
Sin embargo, la experta sugiere eliminar toda alusión al salario, el estado civil, la religión, los títulos redundantes, teléfonos de familiares, gráficas o nacionalidad.
En este marco, hay que tener en cuenta que los currículos hace tiempo que dejaron de elaborarse en documentos simples de texto para diseñarse con programas más sofisticados como Canva o Photoshop, y que cada vez más gente opta por los bots.
4. Potenciar la visibilidad y presencia online
La imagen en Internet es determinante en los procesos de búsqueda de empleo. No es cuestión únicamente de borrar fotos inapropiadas en Instagram o contenidos inadecuados compartidos en Facebook, sino de barajar la posibilidad de crear una página web, un blog, un porfolio donde las personas puedan mostrar su mejor versión y amoldar su candidatura a los requerimientos demandados por las empresas.
5. Empoderarse
Para que una entrevista resulte exitosa, hay que creer en uno mismo, darse valor y transmitir seguridad y confianza. Y para ello se recomienda prepararse en función de la oferta de trabajo y del currículo que se haya elaborado previamente, ya que las preguntas dependerán tanto de lo que busque la empresa como de la información y los detalles facilitados con antelación.
6. Tener paciencia y no frustrarse
La entrevista de trabajo no es el final de la búsqueda de empleo, sino solo el posible comienzo de una nueva etapa. Tras realizarla, independientemente de cómo haya ido, no conviene impacientarse, mantenerse en vilo o bombardear a llamadas o mensajes al reclutador.
En este marco, Porto destaca la importancia de saber gestionar el periodo de tiempo que transcurre entre la entrevista y la respuesta de la empresa. Porque si mostrar interés en su justa medida puede ser recomendable, traspasar la línea roja sería contraproducente por la imagen proyectada de pesado e impertinente.
7. Adaptarse
Por último, pero no menos importante, hay que prepararse concienzudamente para el puesto de trabajo. Aunque muchas empresas están promoviendo los procesos de onboarding para facilitar el aterrizaje de los nuevos empleados, es normal que surjan dudas e inseguridades. Frente a ellas siempre resulta útil indagar sobre la compañía, sus dinámicas de trabajo y sus objetivos, en aras de adaptarse lo más rápidamente posible.
En resumidas cuentas, la búsqueda de un buen empleo es un proceso que requiere tiempo, preparación y estrategia para potenciarse a uno mismo, mostrar el valor añadido, diferenciarse y convencer al reclutador.
Un proceso, por otra parte, enriquecedor, del que se pueden extraer muchos aprendizajes en torno a la resolución de problemas, la creatividad, la resiliencia… Es decir, habilidades en pleno apogeo de cara a la selección de candidatos.
Sin embargo, paradójicamente, estar en búsqueda activa de empleo conlleva una serie de connotaciones y percepciones que abocan a muchas personas a ocultarlo. Un tabú, en definitiva, contra el que conviene luchar.
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