Como tantos otros sectores de actividad, el turístico se beneficiaría mucho si pudiera conocer con antelación determinada información sobre sus futuros clientes. Y eso es posible no con adivinos ni profecías, sino utilizando el Big Data.
¿Te imaginas tener una visión global de los turistas de tu zona de influencia, su perfil sociodemográfico, su origen, sus gustos, su estilo de vida o incluso el estilo de vida al que aspiran?
¿Te imaginas encontrar la mejor ubicación para la apertura de un nuevo local en función de tu público objetivo?
¿Te ayudaría conocer el volumen y origen de los turistas a lo largo del año y así planificar tus recursos?
¿Cambiarías tus campañas de Marketing si conocieras la procedencia de tus clientes?
Big Data y turismo
En la nueva sociedad digital donde todo está “hiperconectado” (empleados, clientes, habitaciones, coches de alquiler, restaurantes, destinos…), las nuevas tecnologías y el análisis de datos van a ser piezas clave que permitirán que el sector turístico pueda adaptarse a los nuevos modelos de consumo y mejorar su toma de decisiones.
La transformación vivida por la sociedad ha dejado anticuada la forma tradicional de clasificar a los consumidores. Los clientes potenciales son mucho más complejos que antes. Las empresas precisan nuevos modelos de análisis de mercado y nuevas segmentaciones de consumidores.
Entender el perfil, los hábitos de consumo, las necesidades y demandas del cliente resulta básico para aumentar el valor de los productos o servicios ofertados y, como consecuencia, los resultados de la empresa.
Nuevas segmentaciones
Ya no sirven segmentaciones simples como la edad, el sexo o la clase social a la que pertenecen. Ahora no importa tanto la edad que tenga un potencial cliente como «la que siente que tiene».
Han aparecido nuevas tribus de consumidores, como los silver hair tourists, con necesidades específicas y hábitos de consumo diferentes.
También destaca el bleisure, una nueva tendencia que combina ocio y negocio y que es utilizada por numerosos empleados que tienen que viajar por motivos laborales.
De hecho, según un estudio de BridgeStreet Global, el 80% de los viajeros corporativos asegura que añadir días personales agrega valor al viaje de trabajo, y un 46% ya lo hace en casi todos sus viajes de negocio.
Otro cambio que ha llegado también al sector turístico es la filosofía low cost, plataformas de alojamiento turístico de bajo coste, y recientemente también de restauración en casas particulares, en las que la rentabilidad es muy ajustada y la lucha por los precios es constante.
En definitiva, el sector turístico, con una altísima competencia y una superespecialización, está buscando alternativas para recuperar beneficios y ganar visibilidad.
Y para conseguirlo, será imprescindible conocer cómo son, cómo están y cómo estarán viajando estos nuevas “tribus” de consumidores en el futuro y diseñar el producto adecuado que mejor encaje con ellos.
En un artículo anterior ya hablábamos de los nuevos modelos de consumo, y de cómo el Big Data y la Analítica Avanzada no van a ser una cuestión de diferenciación, sino de supervivencia.
Ante un turista permanentemente conectado que busca experiencias personalizadas, las soluciones de Big Data serán aliadas imprescindibles para conocer patrones de comportamiento con los que afrontar los retos del sector turístico.
Cómo ayuda el Big Data al sector turístico
El análisis de datos hace posible conocer mucho mejor a los futuros clientes y, como consecuencia de ello, mejorar las ventas y el posicionamiento web. En concreto, el Big Data ayuda a:
- Alinearse con las expectativas del cliente, adecuando las propuestas de servicios a los nuevos segmentos de clientes, y generando incluso nuevas oportunidades de negocio.
- Anticiparse: los establecimientos pueden prever picos de afluencia, y así realizar una planificación más eficiente de los recursos.
- Crear patrones de los futuros clientes, algo muy necesario en un momento donde prima la inmediatez. Los consumidores quieren que sus necesidades estén cubiertas en cuanto llegan a un establecimiento, por eso es necesario anticiparse a ellas.
- Obtener un conocimiento global del turista, sus datos sociodemográficos, su poder adquisitivo, el lugar de procedencia, el lugar de residencia, sus aficiones, etc.
- Ajustar los perfiles de los empleados al de los futuros clientes (idioma, oferta gastronómica, etc.), con el consiguiente impacto en la satisfacción de dichos clientes.
No importa el tamaño de la empresa (hotel, casa rural, restaurante, cafetería…), ni la cantidad de datos de los que disponga. No importa tampoco el estado de digitalización en el que se encuentre la empresa, el Big Data es un potenciador del turismo, porque permite conocer mejor al turista y ofrecerle lo que realmente necesita.
Hay que tener siempre presente que los clientes ya no solo buscan experiencias, sino que quieren la experiencia perfecta y exclusiva.