Me encantan las buenas historias, sobre todo de personas y empresas que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. He descubierto muchas de ellas gracias a mi profesión, donde he tenido la suerte de conocer a muchas personas extraordinarias y aclamadas por todos.
También me encanta descubrir esas historias de personas más desconocidas, pero igualmente potentes, de las que aprender para el mundo empresarial y personal, como el caso de la transformación digital del quiosco María, que os conté hace unos meses.
Por eso hoy me gustaría hablaros de Calzados Rafi, una zapatería de Madrid.
El otro día, le compré a mi hija mayor unas zapatillas por Internet. Y como soy de esos padres que parece que se niegan a aceptar que los hijos crecen, mi subconsciente hizo que le comprara el número 27, cuando la niña ya calza un 37. Así que, en cuanto las recibí, empecé a hacer los trámites de devolución.
Pero, al ver que se trataba de una tienda que me pillaba relativamente cerca, decidí acercarme y hacer la gestión en persona, y en este caso ahorrarme los costes de envío y el tiempo.
Una tienda de barrio
Estaba situada en una calle no muy céntrica, y era lo que podríamos catalogar como la “típica tienda de barrio”. Cuando aparqué, lo primero que me sorprendió fue la llegada de un par de empresas de mensajería para recoger varios paquetes.
Una vez dentro, me encontré con un hombre ya entrado en años trasteando con un montón de cajas, abriéndolas, etiquetándolas y llevándolas al almacén. En el mostrador había una chica más joven, que fue la que me atendió y me facilitó unas zapatillas de la talla de mi hija.
Mientras, llegaron más furgonetas de reparto, así como otras personas que seguían descargando mercancía.
El único cliente de la tienda en ese momento era yo y, como soy una persona curiosa y la amabilidad de la chica me dio la suficiente confianza, le pregunté cuál era el porcentaje de facturación que hacían a través de Internet. Me contestó que sería más del 80% aproximadamente.
Seguimos hablando un poco más y me contó que su padre —el hombre que seguía trasteando con las cajas— abrió la tienda en 1978, y que desde entonces había funcionado sin descanso.
Adaptarse a los nuevos tiempos
Ni la aparición de los grandes centros comerciales ni la progresiva demanda de la venta online habían mermado en exceso su negocio. Porque, aunque seguía siendo una tienda de barrio, en el año 2012 decidieron adaptarse a los nuevos tiempos y lanzar Zapatop!, su tienda online.
Si en la era actual el consumidor prefiere comprar por Internet, démosle esa opción. Mientras otros comercios se quejaban de los cambios y la globalización, Calzados Rafi había sabido adaptarse y sobrevivir.
Los tiempos cambian y las necesidades de los consumidores también. Entonces, ¿por qué tú no?
Estos comerciantes tenían muy claro su propósito. El dueño del negocio conocía el mercado del calzado a la perfección, dado que lleva más de 40 años al frente de una zapatería.
Sabe bien qué ofrecer y cómo a sus clientes. Y como los consumidores han modificado la forma de compra, él se ha adaptado para seguir llegando a ellos de la forma que prefieren.
Con todo lo anterior quiero decir que cuando tienes claro tu propósito, sabes muy bien hasta dónde quieres llegar. Y para ello, sabrás la forma de adaptarte y evolucionar a lo largo del camino, por muchas trabas u obstáculos que se te presenten.
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