“¡Hasta el infinito y más allá!”. Esta frase de Buzz Lightyear en Toy Story, de Pixar, bien podría definir la visión de los hermanos Dolset, creadores de Zed ¡y mucho más!!!
“Lo que para otros parece imposible supone un reto para nosotros. Y, como refleja nuestra experiencia, estos desafíos ofrecen grandes oportunidades. Nuestro espíritu empresarial nos permite detectar siempre este tipo de oportunidades en las que otros sólo ven obstáculos y dificultades. Damos un paso adelante para superar las expectativas”.
Esta declaración de intenciones que encontramos en la web de Zed en su caso es una realidad.
La visión del emprendedor en la mayoría de los casos se caracteriza por la detección o intuición de oportunidades de negocio donde otros aún no las han visto, o si las han visto no se han animado a arriesgar. En un entorno en el que prima la visión a corto plazo, los emprendedores detectan usos innovadores, necesidades futuras y clientes potenciales.
La clave de este caso es que supieron aprovechar el potencial del entorno digital, en todos sus formatos, exclusivamente desde el lado del entretenimiento, y mantenerse fieles a ese principio, creando compañías líderes en servicios digitales. Hoy Zed está en más de 65 países, llega a más de 140 millones de clientes directos y realiza el 90% de su facturación a nivel internacional, gracias a más de 130 acuerdos con operadoras y otros socios.
Toda empresa tiene una historia y es resultado de la misma. Como no podía ser de otro modo, Zed también la tiene. Resultado de sus más de 15 años de experiencia, de la visión de los emprendedores que supieron ver oportunidades antes que otros, su capacidad de reacción, la flexibilidad y el respeto a su visión desde sus inicios, hoy Zed es una compañía líder a nivel mundial en distintas áreas, como es la monetización móvil a través del mobile advertising.
La historia de Zed se inició cuando los hermanos Dolset pusieron marcha Teleline, un servicio pionero en la conexión a Internet bajo el paraguas de Telefónica, del que posteriormente surgiría Terra. Bajo el convencimiento de que el futuro de la red no estaba en el acceso, sino en los contenidos, apostaron por la creación de Pyro Studios, el estudio de videojuegos que ha llegado a convertirse en un referente a nivel internacional, y lanzaron el portal Lanetro, dedicado al ocio. Asimismo, empezaron a detectar en la rápida implementación de la telefonía móvil un mercado virgen y pujante donde desarrollar todo tipo de contenidos audiovisuales dirigidos al entretenimiento digital.
Así se concentraron en la creación de contenidos para dispositivos móviles, al tiempo que descubrieron que para ser más rentables debían crecer, apostando “a lo grande”. Optaron por la compra, a través de Lanetro, de Zed -una empresa pionera en aquel momento en servicios móviles en Europa-, a la operadora Telia Sonera, lo que les permitió dar el gran salto internacional. Convirtieron la empresa en la primera plataforma del mundo que integraba y rentabilizaba productos de entretenimiento digital. Más tarde, fieles a su atrevida apuesta por la innovación y la visión del entretenimiento digital como eje de su estrategia, pusieron en marcha, a través de Ilion, Planet 51, el proyecto de animación español más ambicioso, capaz de plantar cara a Pixar y Disney. Este proyecto supuso básicamente una plataforma para el lanzamiento de nuevas aplicaciones de ocio y el desarrollo de un nuevo negocio a través de la licencia.
El lanzamiento en octubre del año pasado de U-tad (Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital), la primera universidad dedicada en exclusiva al contenido digital, es su última apuesta.
En un sector como el de los contenidos, la rentabilidad reside en la propiedad intelectual y en el control de la distribución. Tener esta máxima clara desde el principio es una de las claves de su éxito.
Otra de las claves, sin lugar a dudas, reside en el entorno en crecimiento, sin modelos claros de producción, distribución, cobro, etc. en el que se encontraban, que les permitió innovar creando su propia cadena de valor. Así, por ejemplo, incorporaron la monetización y cobro de los servicios a través del móvil, alejándose del modelo de pago por tarjeta que en muchos casos suponía una barrera para el consumidor.