Tener una buena ficha de producto es un factor clave para convertir una visita en una venta en Internet. Si tenemos un producto buenísimo, pero no sabemos venderlo y transmitir sus beneficios, más allá de sus características, y si además todavía no nos conocen, poco vamos a conseguir, sobre todo cuando esa ficha de producto debe compensar en buena parte la resistencia que cualquiera puede tener a la hora de comprar online, por no poder ver de cerca y tocar el producto en cuestión.
No es lo único que hará que consigamos vender, pero desde luego sí es un factor decisivo, así que vamos a ver cómo sería esa ficha de producto perfecta y cómo podemos al menos acercarnos a esa “perfección”.
- El texto: más allá del número de palabras, se trata del contenido de esas palabras. No deberíamos quedarnos en hacer una mera descripción de las características del producto, se trata de hablar de los beneficios que puede reportar el producto y de conseguir tocar las emociones de esa persona que quiere comprar, pero que está dudando, para que termine de convencerse de que “eso” es precisamente lo que necesita. No te limites a decirle a tu posible cliente que ese producto es lo mejor de lo mejor, explícale por qué lo es, por qué lo necesita y cómo le va a ayudar.
- La imagen: las fotografías deben tener un papel protagonista. No vale cualquiera; debe estar bien tratada y cuidada.
- Recursos de vídeo: adjuntar un vídeo en la medida de lo posible es un recurso que transmite mucha confianza y que sirve de mucha ayuda al usuario y eso se agradece.
- Llamadas a la acción bien visibles: el cliente ya está viendo el producto, facilítale que compre y no le despistes. Los botones de compra en cada ficha de producto deben estar bien accesibles y ser llamativos, para no inducir a ninguna duda al usuario y que sepa perfectamente lo que tiene que hacer. Deja bien claro el mensaje.
- Reseñas y valoraciones: las opiniones de otros clientes que ya han comprado el producto son un gran valor añadido, y juegan un papel fundamental a la hora de vencer las últimas resistencias.
Vamos a ver todos estos ingredientes de la ficha de producto perfecta, y sobre todo por lo que respecta al texto, con un ejemplo práctico:
Entramos en una tienda online que vende productos para bebés y localizamos un producto que, en principio, estábamos buscando y que nos interesa. Aterrizamos por ejemplo en esta ficha de producto de un vigilabebés con cámara: quienes van a comprar son los padres, así que el texto que acompaña a la ficha explica los beneficios que directamente va a ofrecerles el producto, pero también argumenta que le gustará al bebé porque podrá escuchar a sus padres a distancia e incluso cinco melodías de nanas distintas. La ficha se completa con los aspectos técnicos y características.
Obviamente, la perfección no es fácil. Nadie ha dicho tampoco que fuera fácil vender en Internet. Y si tenemos un comercio electrónico con un volumen importante de productos, puede ser una misión casi imposible llegar a dotar a cada uno de ellos de una ficha perfecta o semiperfecta, pero al menos deberíamos trabajar el conjunto y cuidar a fondo aquellos productos que en un momento determinado más nos interesen estratégicamente.
Cómo no debería ser una ficha de producto
Mientras intentas acercarte a la ficha de producto perfecto, lo que deberías evitar por todos los medios es limitarte a reproducir una mera descripción técnica. Huye de los códigos de referencia de los productos, que no ayudan en nada al usuario. O, al menos, no te limites a vender el producto a través de un mero código.
No te quedes simplemente con la información sobre el producto que te facilite el proveedor y que, por regla general, suele ser muy básica y, además, será la misma que ese mismo fabricante habrá podido facilitar a otros mil comercios electrónicos.
Foto: toadstool ring