Hablamos con Ramón Puchades, experto en innovación y transformación digital, sobre las asignaturas pendientes y las oportunidades que brinda el futuro post-COVID.
La situación vivida durante los meses de confinamiento por la COVID-19 ha supuesto un “test de estrés” para las empresas, grandes y pequeñas, y de todos los sectores.
Muchas tenían hechos los deberes en cuanto a herramientas digitales, pero la gran mayoría ha tenido que afrontar una situación para la que no estaban preparadas. Según un estudio de IFS, el 52% de las empresas aumentará su gasto en transformación digital debido a la irrupción de la pandemia.
Hay quien ve la crisis como una oportunidad y debería serlo para, al menos, hacer las cosas bien.
No es lo mismo digitalización que transformación digital
«La gente habla de digitalización y transformación digital poniéndolas al mismo nivel. Y no es el caso. Te doy un ejemplo de digitalización: consiste en que coges tu negocio y lo cambias. Por ejemplo, si antes llamabas por teléfono a tus clientes, ahora les mandas un whatsapp», manifiesta Puchades.
«La transformación digital es algo mucho más amplio y reflexivo. Es plantearte si ahora tuvieras que montar tu negocio, con la tecnología que existe, cómo lo harías. Por eso la digitalización resulta tan fácil y la transformación tan difícil”, explica.
Sobre estos procesos hay muchos conceptos erróneos, como por ejemplo, el de que un tamaño mayor facilita la tarea: “Las pymes tienen más fácil la transformación que las grandes, precisamente por el tamaño, ¿o tú has visto un elefante transformarse en una crisálida?”, comenta Puchades.
“Las pymes son como un insecto de cara a estos procesos. ¿Cuál es el problema? Que suelen carecer de visión y tienen mucho miedo. El tamaño en este caso aporta a la hora de facilitar las cosas, además, las pymes que lo hacen bien compiten razonablemente bien con los grandes de su sector”.
No todo es e-commerce
Los empresarios suelen limitar la transformación al e-commerce: «Esto sucede porque el comercio electrónico es donde se mueve el dinero, las transacciones, pero la transformación digital va mucho más allá. Debes saber que no compran solo tus servicios o productos, te compran a ti».
«En el entorno digital tienes que estar conectado con los clientes (y esto tiene que ver con las redes, por ejemplo). Un negocio, por muy pequeño que sea, está proponiendo una relación con los clientes: tu charcutero del barrio cuando vas y te pregunta por los niños o por tu padre, eso es una relación. Y esas conversaciones también tienen que existir en digital», aclara Puchades.
¿Qué supone la transformación digital?
“Supone cambiar la cadena de valor entera de la compañía, con clientes, proveedores, Hacienda… con todo incluido.
Con la COVID hemos visto que ha habido cambios en parte de estos procesos. Por ejemplo, ahora nos reunimos virtualmente. En los meses anteriores ha habido una combinación de digitalización y de transformación digital, si bien ha habido sobre todo lo primero. Pero no ha sido un acelerón hacia la transformación digital, ha sido un «sálvese quien pueda», dice Puchades.
Todo esto explica por qué la transformación digital es un proceso doloroso, que cuesta mucho: «Requiere mucha reflexión, destruir cosas para pasar a otras, y eso da miedo».
La solución quizá no sea reunirse por Zoom, a lo mejor lo que hay que hacer es repensar los procesos y descubrir que algunas reuniones ya no son necesarias. O también ver que las herramientas de inteligencia artificial, por ejemplo, o las plataformas de trabajo colaborativo permiten sustituir esos procesos.
«La transformación digital es desaprender, es incertidumbre, es volver a un terreno incierto, requiere inversión económica y tiempo. En la pyme, a menudo, la parte de la inversión económica es muchas veces el escollo insalvable», concluye Puchades.
¿Qué consejos le daría a una pyme que quiere emprender su transformación digital?
- Deben ser capaces de autoinmolarse. Pongo un ejemplo práctico: lo que hizo Carlos Barrabés con su negocio en su momento, se lo replanteó entero, y le iba bien antes de cambiar. Eso es transformarse, asumir que quizás debas perder algunas cosas muy rentables.
- No escatimar en inversión: no paro de repetir que la tecnología es baratísima. Un teléfono de mil euros supera con creces a ordenadores de hace años que solo hacían operaciones contables.
- Buscar a profesionales en la materia, que no lo haga el cuñado. Mi consejos es que si quieres transformar digitalmente tu empresa, debes abrazar la incertidumbre para siempre, no hay que tener miedo a innovar.