Hace años que muchos de nosotros acudimos a las tiendas físicas para ver y probar productos, y posteriormente los compramos en una plataforma de comercio electrónico. Esta práctica se denomina showrooming. Es un concepto que no es nuevo, pero que junto a otras tendencias en retail está pegando cada vez más fuerte.
Hace semanas un buen amigo, Christian Bueno, me invitó a un nuevo espacio que ha creado, Br.showroom, en Barcelona, que los consumidores finales podremos visitar, pero donde no podremos comprar directamente, sino que seremos redirigidos a la red de distribuidores que Christian tiene. En 2023 tiene previsto abrir otro espacio similar en Madrid.
Se trata de un concepto innovador, disruptivo y con una visión de futuro que va ligado a una estrategia, cómo no, digital. Es un edificio de tres plantas totalmente enfocadas a conseguir un objetivo: que el posible cliente se encuentre como en su casa y acabe comprando.
Window shop in
La planta baja dispone de un showroom de productos de diferentes marcas y con una sola unidad de cada modelo. En agosto de 2013 ya os hablaba, en este mismo blog, del window shop in como tendencia; casi una década más tarde, parece que se está aplicando en muchos sectores. Y la colaboración con fabricantes y distribuidores para el intercambio de escaparates y productos parece ser una realidad para poder crecer juntos. Ha pasado a la historia el hecho de tener muchas unidades de producto en stock.
Me sorprendió agradablemente el espacio de la planta superior, totalmente diseñado y enfocado a conseguir sensaciones de bienestar para cualquier persona. No disponen de despachos donde reunirse. Tienen una gran mesa de madera en una especie de cocina-bar donde se celebran los encuentros con futuros distribuidores o vendedores.
Flagship stores
Ese acogedor espacio es el buque insignia de la marca. Como sucedió hace tiempo con grandes empresas que crearon las denominadas Flagship Stores, es decir, tiendas insignia que representan a la marca, con el objetivo de conseguir experiencias únicas para sus clientes. Telefónica es un gran ejemplo de ello y además pionera de este concepto innovador, que también una década más tarde está llegando al retail tradicional e industrial.
La planta baja está destinada a productos especializados en sectores, con el objetivo de segmentar los impactos comerciales que se reciben al entrar por la puerta principal. Este espacio recoge el concepto de pop up store. Uno de sus objetivos es aumentar la popularidad de las marcas que allí exponen sus productos, y el otro es tan fugaz como abrir, vender y cerrar.
Marketing sensorial en cada rincón
Son espacios bien estudiados, que se distribuyen en tres plantas para conseguir que los usuarios sientan emociones durante su estancia; es marketing sensorial en estado puro. Un estilo propio que invita al público a participar con los cinco sentidos.
Todo está pensado para llamar la atención, empezando por el odotipo de cada espacio, que transmite el poder de la marca representada. Olores que te transportan, que “enganchan” y que ayudan a identificar si eres un potencial cliente de ese producto.
Pantallas digitales en escaparates que nos impactan con vídeos. Los focos y las luces están totalmente diseñadas para atraer las miradas hacia un determinado producto o un rincón especial.
El hilo musical, completamente analizado y estudiado, nos acompaña siempre sin molestar. Eso sí, el mismo para todo el edificio.
Podemos tocar y sentir. Con el asesoramiento de un profesional podemos probarnos cualquiera de los productos y empezar a imaginar.
También cuentan con unos cómodos sofás al lado de unas grandes plantas naturales decorativas, que invitan a relajarse, reflexionar y pensar antes de tomar una decisión de compra. Y es aquí donde entra en acción el quinto sentido, el gusto. Café o infusiones, galletas o pasteles, agua o bebidas refrescantes y distintos bocadillos para poder desayunar o merendar mientras comentamos con el responsable comercial cualquier pequeño detalle.
Experiencia única
Está claro que el concepto no es pionero, pero sí lo es en un sector muy industrializado como es el de Christian. Me comentaba, mientras charlábamos relajados, que el objetivo no es tener una tienda física abierta al público, sino ayudar a sus distribuidores a llegar al cliente final y realizar el trabajo de interacción directa con el consumidor final.
Br.showroom une en un mismo lugar lo mejor de una tienda retail, de la distribución y de los fabricantes, para crear un espacio único en el que todos tienen cabida y especialmente pensado y diseñado para el cliente final de los tres anteriores.
El canal digital de la compañía es también una pieza clave. Actualmente es una web corporativa que te invita a disfrutar del showroom cualquier día de la semana. En un futuro se convertirá en una plataforma de comercio electrónico que incluirá estrategias de ROPO (busco online, compro offline).
Dentro de la estrategia digital se incorporara la atención personalizada a un usuario de Internet que está comprando online, el llamado virtual shopping. Está previsto realizar diferentes campañas de captación en redes sociales con el objetivo de conseguir nuevos visitantes o futuros clientes.
En conclusión, todo está pensado para llegar al consumidor final, mejorar su experiencia única de usuario y hacerle sentir como en casa.
Actualmente yo no soy un potencial cliente ni consumidor de este tipo de producto, pero os aseguro que aquel día estuve pensando varios minutos en comprar algo, lo que fuera, unos zapatos que no necesito pero que en aquel momento deseé.
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