Tendencias 2021 en la gestión de personas

Gestión de personas

Lo que parecía imposible ocurrió, e incluso funcionó. La tradicional fiesta navideña de empresa convocó a miles de empleados conectados a la pantalla y, una vez asumido lo peculiar de la situación, muchos lo pasaron en grande.

Estos encuentros virtuales cumplieron con su objetivo de cerrar una etapa, y también de inaugurar un año en que se testearán muchas de las decisiones sobre gestión de personas que se han tomado durante la pandemia.

Digital, flexible, liderazgo a distancia, derecho a desconexión, cambio en el modelo retributivo… Estas son algunas de las claves que gobernarán la relación empresa-empleado. En la mayoría de los casos tendencias apuntadas desde hace años, pero que la COVID-19 parece acelerar.

Sin embargo, la experiencia dice que nuestra percepción actual es solo una forma de ver las cosas. Cuando la arrasadora marea de la pandemia se retire, es probable que muchas de sus consecuencias, más de las que pensamos, vuelvan al que era su cauce.

Pero habremos aprendido que hay otra forma de hacer las cosas. Nos detenemos a observar qué cambios se asientan de modo irrevocable en la gestión de las personas; cuáles podrían consolidarse y algunos de los retos que unos y otros plantean a la empresa y al profesional de los recursos humanos.

Hechos que transforman la gestión de recursos humanos

Asumido que “el cambio es la única cosa inmutable”, lo dijo Arthur Schopenhauer, identificamos tendencias en la gestión de Recursos Humanos que difícilmente darán un paso atrás:  

La nueva formación aporta flexibilidad, no solo horaria, para que cada empleado elija la opción de aprendizaje que más le motiva.  Se avanza en modelos como los de microlearning, ludificación o tutorización online por parte de otro empleado.  

Hacia dónde camina la gestión de personas

El pintor de las vanguardias Francis Picabia decía que “nuestra cabeza es redonda para permitir a los pensamientos cambiar de dirección”.

Relación laboral flexible

La relación contractual entre la empresa y su plantilla y colaboradores será cada vez más heterogénea. Las empresas se abren a modelos muy diferentes como los de tiempo parcial, jornadas irregulares o por obra, etc. Se profundiza en la subcontratación con otras empresas, la «economía gig» y los colaboradores freelance

Los nuevos modelos laborales avanzan de modo inexorable en la empresa. El problema es que lo hacen sin una regulación que contemple estas nuevas realidades.

Entornos colaborativos

Las herramientas de redes colaborativas fomentan el intercambio de ideas, de información y trabajo. Unas redes que pueden ser externas y, cada vez más, internas.

En esta ocasión la sombra para su consolidación la despliega una cultura del reconocimiento y la gratificación individual asentada durante décadas.

Bienestar emocional del empleado

Ha sido uno de los temas de moda entre los expertos en gestión de personas durante 2020, pero el control del estrés laboral no es sencillo.

Oímos hablar de programas para combatir el acoso laboral, fomentar la actividad deportiva o la meditación en el puesto de trabajo. Pronto veremos hasta dónde puede llegar la empresa en el cuidado de la salud mental de sus empleados.

Líder integrador para una estructura sin jerarquía

La falta de escalas de poder cambia el organigrama de la empresa, pero nadie duda de que ante la falta de jerarquía se hace más importante el liderazgo.

Se buscan líderes empáticos con altas competencias en inteligencia emocional, para sacar lo mejor de cada empleado respetando su individualidad. Un cambio radical y profundo aún muy discutido.  

Cambio del modelo retributivo

Conceptos fijos como el de la antigüedad en el puesto de trabajo forman parte de la política de incentivos retributivos de muchos sectores y empresas. Pero lo que es un incentivo para algunos, se convierte en una barrera para muchas organizaciones interesadas en atraer talento.

Un problema sobre todo presente en las posiciones más estratégicas de la empresa. Para solucionarlo se imponen políticas salariales basadas en variables como la aportación de valor real a la cuenta de resultados y el compromiso con la empresa.  

Preguntas que cuestionan el cambio

“Solo cuando baja la marea, se sabe quién nadaba desnudo”. La frase del polémico y multimillonario inversor Warren Buffett da pie a plantear algunas de las incógnitas que se despejarán en este nuevo escenario de la gestión de las personas:     

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