¿Sientes saturación por la cantidad de contenidos que invaden la Red? Si nos propusiéramos leer todo lo que llega a nuestras bandejas de entrada, no nos darían las horas del día para ello.
En mi caso, nunca he sido de las personas que inundan la Red con posts nuevos cada semana. Mi frecuencia de publicación es más baja. Soy firme defensora del slow content porque, a veces, publicar menos es mejor. Es un concepto relacionado con la calidad y el contenido, un contenido meditado, redactado con esmero y muy enfocado a tu audiencia.
Literalmente, el concepto significa “contenido lento” o “contenido pausado”, pero si lo enfocas bien en tu estrategia de contenidos, puede llevarte más rápidamente a conseguir tus objetivos.
¿Qué es el slow content?
111 es el promedio de palabras para el 49% de los mensajes leídos en Internet y 8 son los segundos en los que se cifra la capacidad de atención media del ser humano actualmente. Si seguimos con las estadísticas, obtenemos más datos impactantes: el 40% de los lectores renuncian a más de 300 palabras en los textos que leen y el 79% de los usuarios leen en diagonal. Es decir, que «escanean» los textos, saltan de negrita a negrita, o de un ladillo a otro.
La sensación de “shock de contenido” en la que nos encontramos hace que sea difícil para las empresas y marcas transmitir sus mensajes y conectar con su audiencia. Pero inundar la red con contenido rápido, quizá no haga más que agravar esta sensación.
El slow content basa su estrategia en no publicar por publicar, ni de hablar todos de lo mismo. Se trata de pensar en un contenido singular, útil para tu audiencia, argumentado, razonado y con un ciclo de vida más largo que el tiempo de lectura, en contraposición a los contenidos efímeros.
Tiene mucho que ver con la línea editorial y la estrategia de contenidos de una marca, de su identificación con la empresa y de apostar por una narración que se mantenga en el tiempo.
Características del slow content
Si estás pensando en lanzarte a generar contenido con el sello slow. ten en cuenta estas pautas:
- Ritmo de publicación estable: centrado más en publicar contenido duradero, que en publicar sin más. Define tu propio ritmo de publicación y genera contenido que aporte valor. Si es un post al mes, que ese contenido aumente el engagement, el compromiso, con tu público.
- Contenido sostenible: no es de consumo rápido y que se agota rápidamente. Es un contenido que conecta con tu audiencia, pensado para ella, por lo que su permanencia en el tiempo puede ser más larga.
- Contenido reciclable: los detalles pueden cambiar, pero el enfoque central permanece intacto: Por esa misma razón, pueden revisarse, pulir esos detalles y volverse a publicar. Su vigencia es la misma.
- Contenido con una gran impronta de marca: lleva el ADN de la empresa, su línea editorial, su identificación con lo que se publica.
- Contenidos más largos, bien estructurados, más completos y con cierta singularidad. ¿Cómo de largos? Pues, aunque parezca salomónica la respuesta, depende cómo interactúe tu audiencia con este contenido, pero de media entre 1000 y 1500 palabras.
- Contenido segmentado: no se trata tanto de escribir según los imperativos de las analíticas, sino más bien de segmentar tu audiencia. Quizá con un ejemplo se entienda mejor. Con el big data y el análisis y monitorización de las conversaciones online, se puede predecir cuáles van a ser las tendencias. Uno de los más conocidos es el Informe de temas y tendencias de Facebook IQ, pero no por ello vamos a generar contenido del que todo el mundo espera hablar y leer. Quizá sea mucho más conveniente producir contenidos de los que tu audiencia espera que hables. Segmenta sus intereses y genera contenido atendiendo a esos intereses.
¿Pero no era el fast content la tendencia?
Seguramente, hayas leído que este la tendencia es justamente la contraria, la del contenido rápido, el llamado fast content, concebido para digerir en un par de minutos, de consumo rápido y efímero.
Y, ciertamente, así es, pero no por ello son excluyentes. Es más, en tu estrategia de contenidos deberían combinarse ambos tipos de contenido. ¿Sugerencias?
- Crea un calendario editorial en el que combines y mezcles contenidos rápidos y más pausados.
- Juega con los diferentes formatos digitales, por ejemplo, las infografías y el vídeo son más dados a ese consumo rápido, mientras que los posts personalizados encajan mejor con este contenido pausado.
- Testea y comprueba con cuál de ellos conectas mejor con tu audiencia y adapta tu planificación editorial.
La gran lucha hoy en Internet está en ganarse la atención del usuario, y el slow content es una propuesta para reconectar con esa audiencia que quiere escapar de la vorágine de contenido.