Retos del eCommerce para este curso

Esta semana he estado en la comida ecommerce, que ha tenido lugar aprovechando el marco del evento eShow Madrid 2012 y que fue organizada por una de las personas con más experiencia dentro de este sector en España: Javier Echaleku.

Fue una oportunidad única para compartir mesa y conversación con personas que, tal vez sin darse cuenta, están estableciendo las bases de lo que va a ser el futuro del comercio electrónico en nuestro país. He aquí algunas de las conclusiones que extraje:

 

El comercio online es mayoritariamente femenino

Están los grandes precursores, los fundadores de startups basadas en comercio electrónico, pero cuando hablamos de la generalidad de las tiendas online, las mujeres vienen pisando fuerte. Son tenaces, cuidan los detalles y trabajan con paciencia y perseverancia. Las mujeres encuentran en el terreno del ecommerce un campo donde crecer profesionalmente, mientras compatibilizan de una forma más flexible su vida personal o familiar.

De momento, casi todas tienen ya sus tablas en el ámbito online, o han contado con la ayuda de sus familiares o amigos emprendedores e inversores tecnológicos. Pero, precisamente, gracias a esa cualidad de comunicación que tienen las mujeres, el modelo se va extendiendo y cada vez más mujeres asumen el reto de la revolución del comercio online, evangelizando a las que serán sus propias clientas.

Y, curiosamente, también son las mujeres las que hacen más compras online actualmente.

La unión hace la fuerza

Si la logística y el transporte no han sido capaces todavía de adaptarse al modelo de venta online, tendrán que ser los propios ecommerce los que se las ingenien para hacer su modelo de entregas más eficiente y con unos costes más asumibles.

Sin duda alguna, uno de los principales obstáculos que el comercio electrónico está encontrando en nuestro país para desarrollarse a buen ritmo, es la persistencia de un modelo de mensajería tradicional, que se resiste a cambiar sus patrones para adaptar precios y sistemas de reparto a la realidad de las necesidades de este negocio.

Es interesante cómo se están empezando a plantear acuerdos para compartir la estructura logística y de transporte entre varios ecommerce, y existen soluciones como la de Hermeneus, en la que, para mercados locales, transportistas independientes pueden ofrecer su servicio de una forma más ajustada a las necesidades de los vendedores de su zona.

Ni siquiera Amazon tiene una logística y distribución unificadas para España, y se supone que es el gigante con capacidad para crear su propio sistema.

Hay gente con mucha experiencia en los distintos servicios que ofrecen las operadoras logísticas y de transporte en España, y que hacen sus entregas utilizando el mejor servicio ofrecido por cada operador según rango de pesos, plazos de entrega y localización.

Hace falta una plataforma integral eficiente para esa logística del comercio online, pero mientras surge, es importante buscar sinergias y apoyos.

Tener claro el valor diferencial de cada uno

No se puede estar a todo… si tu baza es el precio, todo tu proceso y tu esfuerzo se deben volcar en ello. Si tu producto no te permite competir por precio, entonces tal vez tu punto fuerte es la experiencia de usuario y debes «romperte el coco» y centrar tus recursos en mimar hasta el extremo a tu cliente. Si eres consciente de que eres uno de los pocos que ofrece de forma online un producto o servicio, no puedes permitirte un mal posicionamiento en buscadores o debes estar atento a la evolución de ese mercado y seguir siendo único en toda la gama de productos de ese tipo, no vayas a quedar atrapado en un rincón olvidado donde nadie te vea.

Potencia especialmente tu capacidad para sobresalir. Lo demás también es importante, pero no te va a llenar la tienda de clientes virtuales.

Es triste ver cómo algunas tiendas online desaprovechan su principal baza por no haberla sabido identificar, mientras se desgastan en tratar de mantener todos los factores en un estado equilibrado de funcionalidad. Si eres muy bueno en algo, dale caña… los clientes pueden tolerar pequeños (¡ojo! pequeños)  fallos en elementos secundarios si lo que les ha motivado a comprar cumple con sus expectativas.

 

Foto @Polycart, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

Exit mobile version