Entre las responsabilidades y el ajetreo diario tanto de colaboradores como de altos ejecutivos en las organizaciones, en especial en cuanto al entorno digital y a la infraestructura de red, es imprescindible contar con un mínimo nivel de agilidad que permita a todo el equipo centrarse en las actividades que realmente importan.
Las redes privadas en una empresa constituyen en la actualidad una manera de aspirar a dicha agilidad, logrando así facilitar el trabajo interno en muchas otras dimensiones.
¿Qué es una red pública y privada?
Antes de continuar, cabe conocer qué es una red pública y privada, y establecer algunas diferencias, con el fin de aclarar por qué conviene la primera para mantener conectados a los equipos de trabajo.
Red pública: El concepto de red pública tiene que ver con la conexión habitual que se realiza para navegar por internet, pagando un servicio mensual a través de un ISP. De este modo, se puede acceder a diversos servidores en el mundo y acceder a diversos servicios.
Red privada: Por su parte, la red privada se caracteriza por constituir un sistema local y físico de conexiones, hermético al acceso de terceras partes. Normalmente cuenta con un administrador establecido por la organización, capaz de gestionar y mantener permisos, establecer protocolos, entre otras cosas.
Así como se ve, los conceptos de redes privadas y públicas no dicen relación con conectarse a internet con o sin contraseña, bien por medios físicos o wifi, ni tampoco con que los recursos de la empresa serán de acceso público, sino en realidad con una infraestructura de red que conecta unos dispositivos con otros, pudiendo ser local o global.
Beneficios de trabajar con redes privadas
Muchas organizaciones han tomado la decisión de cambiar de red pública a privada para algunos de sus procesos, logrando acceder a ciertas ventajas que se traducen en un trabajo más óptimo para todo el equipo.
Estas son algunas de las más importantes:
- Uso compartido. Todos los archivos y programas necesarios para la ejecución diaria del trabajo en la empresa se comparten sin límites de ninguna naturaleza; esto puede ser muy útil para el empleo de correos electrónicos que exigen inmediatez (y respaldo) o para la manipulación de bases de datos.
- Acceso inmediato. En ocasiones los servidores en redes públicas pueden sufrir caídas, alterando el ritmo óptimo de los procesos, mientras que en una red privada el acceso será inmediato, en parte debido a que se comparten todos los recursos entre estaciones de trabajo.
- Disminución de costos. Por ejemplo, todos los computadores pueden conectarse a una misma impresora de última tecnología, sin caídas ni imprevistos, evitando tener que comprar múltiples impresoras de menor factura para cada colaborador o área.
- Almacenamiento centralizado. Mediante un servidor dedicado, todo el trabajo se almacena en un solo lugar, accesible por todo el equipo y en todo momento, lo que ayuda a salvar tiempo; asimismo, cualquier colaborador puede cargar el trabajo de otros desde cualquier equipo de la red.
- Instalación y actualización de software. Muchas veces, el responsable de TI en la organización debe mantener y actualizar el software necesario para los colaboradores de ordenador en ordenador. La red privada facilita la instalación y actualización de estos en cualquier momento, desde un único servidor.
Ahora que se conoce qué son las redes privadas y públicas, es más fácil optar por la decisión de cambiar de red pública a privada para ciertos procesos internos del negocio.
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