Hace semanas, en una jornada de eCommerce, dije que la realidad aumentada me ponía “cachondo” y, al momento, todos los espectadores se rieron. La verdad es que esta moda, en vías de ser tendencia, me tiene desde hace meses muy atento a su evolución y pendiente de los avances aplicables a los comercios. De todos modos, hace días, buscando información, leí que ya en 1962 se habló del concepto de realidad aumentada, cuando el director de fotografía Morton Heiling inventó un simulador de imágenes, sonido, vibraciones y olfato denominado “sensorama”.
Grandes compañías como Google, Ericsson, Ping o Lego, entre muchas otras, están desarrollando herramientas para poder fusionar el mundo real y el virtual. Actualmente, hay multitud de aplicaciones móviles de videojuegos que permiten integrar imágenes en tiempo real. Hace días, me fijé en cómo mi hijo de 7 años jugaba con unas cartas de los Invizimals que colocó encima de la mesa del comedor, y hacía pelear a los monstruos desde el iPad. En tiempo real, aparecían los monstruos sobresaliendo de la pantalla y realmente tuve la sensación de que iban a salir de la tablet y atacarían a toda mi familia.
¿Qué es la realidad aumentada? “Su abreviación es RA (en inglés Augmented Reality (AR)) y es el término que se usa para definir una visión directa o indirecta de un entorno físico del mundo real, cuyos elementos se combinan con elementos virtuales para la creación de una realidad mixta en tiempo real”. La realidad aumentada nos permite fusionar, añadir y ampliar, en tiempo real, el momento que estamos viviendo físicamente, con información digital y contenido interactivo, ya sean imágenes, vídeos o comentarios de usuarios, para tener nuevas experiencias. Es una mezcla entre lo real y lo virtual.
No podemos confundir la realidad aumentada con la realidad virtual. La RA, a diferencia de la virtual, nos permite un contacto real fusionado con contenido digital; en cambio, la realidad virtual es completamente digital y no hay mundo real.
Un punto geográfico con coordenadas de un GPS y la geolocalización del usuario es imprescindible para tener una experiencia de RA, pero se necesitan otros factores para poder experimentar. Es preciso tener activada la cámara para captar ese punto del mundo real y una pantalla digital para reproducir la información digital que hayamos incorporado con un programa informático. Como en muchos otros ejemplos, la llegada de los smartphones y las tablets a nuestras vidas ha sido el acicate y ha hecho que la RA se esté posicionando como una herramienta de uso cotidiano para investigar y vivir nuevas experiencias.
El sector del videojuego fue uno de los primeros en desarrollar aplicaciones con experiencias de RA, pero lo que más me fascina es poder ver personas en 3D y personajes tridimensionales. Jugar al fútbol y tener la experiencia de chutar una pelota de verdad con nuestro smartphone, pelear con monstruos “reales” con nuestro iPad o llegar a transformarnos en Spider-Man. Esta realidad aumentada se denomina RA con marcadores, ya que necesita marcadores para poder obtener información digital.
En el mundo de las tiendas físicas ya se están empezando a utilizar herramientas de RA, pero vamos un poco tarde en la incorporación de estas aplicaciones. No hace muchos meses llegó el primer probador virtual de ropa a una gran superficie; permitía probarse un infinito catálogo de prendas de ropa y complementos mientras era posible ver en una pantalla cómo quedaban las prendas. El uso de una pantalla colocada delante de ti te hace vivir una experiencia virtual en un espacio físico. Es lo que se denomina realidad aumentada sin marcadores.
Esta tecnología permite ver el producto que hay en el interior de una caja sin necesidad de abrirla, visitar un concesionario de coches y ver un modelo físicamente y, al mismo tiempo, verlo en nuestro dispositivo móvil y poder cambiar el color del mismo. Podemos poner un sofá o una mesa virtual en el salón de nuestra casa, añadir edificios y casas a las calles de los pueblos o ciudades para estudiar su impacto o ver el espacio galáctico en 3D. Es la denominada realidad aumentada tangible.
Ir por nuestra ciudad y poder identificar los lugares físicos que nos interesan y conocer en tiempo real la información acerca de ellos es la realidad aumentada de geolocalización. De esta manera, podemos conocer de las tiendas físicas su geolocalización y los productos que ofrecen; de los restaurantes u hoteles, los comentarios de otros usuarios sobre su experiencia; y en edificios y monumentos históricos podemos realizar una visita virtual antes de la visita física, además de ver imágenes de los mismos e información de interés.
En mi opinión, la realidad aumentada tiene todavía un largo camino que recorrer, pero lo cierto es que tiene cabida en nuestras vidas digitales y nos facilitará mucho nuestras experiencias reales gracias, eso sí, en gran parte, a nuestros dispositivos móviles.
Imagen @Johan Larsson distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0