En anteriores posts nos centrábamos en los grandes cambios tecnológicos que experimentaremos en este 2014. Uno de los mayores desafíos actuales para las empresas sigue siendo la implantación definitiva de aplicaciones basadas en la nube. Contar con una infraestructura de este tipo puede transformar la forma de trabajar de cualquier negocio.
La fuerza del cloud va más allá de su capacidad de almacenamiento. Lo realmente interesante es lograr una convergencia con las tecnologías sociales y móviles. El intercambio de información de forma segura a través de canales internos o externos es el gran avance que necesitan las empresas para mejorar la productividad.
Al hablar de cloud computing nos referimos al acceso a cualquier tipo de información o servicio alojado en servidores de Internet, que atienden peticiones realizadas por parte de los usuarios desde cualquier dispositivo. Este tipo de tecnología supone un importante ahorro de costes para las empresas.
La nube aporta una integración rápida con cualquier tipo de aplicación, agilizando el uso de herramientas empresariales. Las soluciones cloud son fáciles de implantar y requieren menor inversión. La accesibilidad es el punto fuerte de este tipo de tecnología, ya que cualquier usuario tiene acceso pleno a la información que necesita desde cualquier punto.
El cloud no solo ayuda a mejorar la productividad. Una buena estrategia en la nube puede ofrecernos nuevos modelos de negocio. La tendencia actual favorece el disfrute de servicios digitales mediante el pago por uso. Este nuevo mercado es ya una realidad que se irá consolidando en poco tiempo.
La expansión de la tecnología en la nube contrasta con una cada vez más alta preocupación por la seguridad en Internet. Muchas empresas se resisten a almacenar sus datos ‘fuera’ de sus instalaciones. La privacidad al trabajar con cloud computing exige un esfuerzo aún mayor para identificar claramente quién accede a la información.
Aun con sus contras, este tipo de tecnología ofrece una alta protección contra ataques externos, manteniendo los datos a salvo y, a la vez, accesibles para los usuarios.
¿Cómo adoptar la tecnología cloud?
Estar en la nube es rentable. Las empresas que emplean este tipo de tecnología obtienen mayores beneficios que aquellas que no lo hacen; de ahí el gran interés que ha despertado este fenómeno.
La adopción de la tecnología cloud no debe tomarse a la ligera, pues están en juego los datos confidenciales de nuestra empresa. Es preciso fijar una estrategia que valore todas las áreas de nuestro negocio, analizando exactamente qué necesitamos para dar el salto a la nube:
- Estrategia. La primera pregunta que debemos hacernos es por qué queremos estar en la nube. ¿Qué aplicaciones vamos a trasladar?, ¿cuándo es el mejor momento para dar el salto? El cambio al cloud supone un coste en tiempo y dinero. Por ello, merece la pena dedicar esfuerzos al estudio de un plan de migración que contemple todos los aspectos de la virtualización.
- Infraestructura. Una vez definida la estrategia, toca elegir la plataforma que vamos a emplear. La pregunta en este punto es: ¿qué tipo de nube es la más adecuada para mi negocio? La infraestructura cloud puede ser pública, privada o híbrida. En la primera de ellas, la nube es gestionada por personas ajenas a la organización. En la segunda, en cambio, el cliente tiene el control absoluto. La tercera es una mezcla de las dos anteriores. Las diferencias son notables, y los proveedores cloud, numerosos. Antes de decidirnos por uno de ellos, es preciso hacer una comparativa valorando los servicios y el coste de cada plataforma.
- Implementación. El último paso es siempre el más delicado. Debemos contar con la ayuda de un experto que nos ayude en el proceso de implementación. Nos moveremos paulatinamente, estableciendo plazos para la migración. Es necesario fijar pautas con el proveedor para poder supervisar los trabajos realizados a través de la nube. Lo que se intenta con ello es que la transición se lleve a cabo de forma suave.
La nube no es un fenómeno pasajero. La tendencia actual es tener todas las aplicaciones online, con lo que se consigue un ahorro notable para las empresas, pagando solo por los recursos que utilicemos. El salto cloud no es una ruptura, sino una nueva forma de trabajar que permitirá a las empresas crecer bajo la bandera de la productividad.
Foto: eduardo.robles, distribuida con licencia CC BY 2.0